Ven “embestida” de AMLO contra el Poder Judicial
El presidente está obsesionado con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tiene que respaldar su llamado Plan B en materia electoral, señala especialista
Las controversias constitucionales y mediáticas que rodean al Plan B electoral sacuden la caja de Pandora sobre las discrepancias del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hacia el Poder Judicial de la Federación.
Los especialistas en ciencia política y leyes consideran que AMLO se pronuncia más como un líder de partido político que en representación justa de la investidura presidencial al atacar a la ministra de la Corte, Norma Piña.
¿Violencia política?
Desde la conferencia matutina, el presidente se lanzó en contra del Poder Judicial de la Federación acusándolos de corruptos. Además, criticó a la ministra Norma Piña, hecho que le ha valido acusaciones de la oposición por violencia política de género. Cabe destacar que esta semana, la Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió a trámite la controversia constitucional que presentó el Instituto Nacional Electoral contra la primera parte del Plan B. Marcos del Rosario Rodríguez, doctor en derecho, apuntó que la actuación, el funcionamiento de un poder, ya sea el Legislativo, el Ejecutivo o el Judicial, no debe de estar al escrutinio de otro poder, salvo que efectivamente existiese una violación al orden constitucional, pero paradójicamente, expuso que el órgano encargado de velar por el orden constitucional es el Poder Judicial.
División de poderes
“El hecho que desde el Ejecutivo se hagan acusaciones del actuar del Poder Judicial, que se ponga en entredicho la buena fama de los ministros y de las ministras, que se ataque a la presidenta… es grave”, lanzó.
Para el especialista, se trata de un ataque y presión desde el Ejecutivo que tiene que ver con la responsabilidad que tendrá la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la aprobación de la serie de reformas correspondientes al Plan B.
Por su parte, el especialista en leyes Alejandro Martínez
Serrano indicó que las acciones del presidente representan una invasión y una mala aplicación de sus propios criterios. “En la vida política hay formas de expresarse y si no se miden las consecuencias de las palabras se tiene un conflicto dentro del mismo sistema político”. El presidente de la República, en lugar de sostenerse como un poder, entre otros dos poderes, como es el Legislativo y el Judicial, mantiene una distancia y una confrontación que más bien se da desde una perspectiva de líder de partido político, opinó Armando Zacarías, doctor en ciencia política.
Contra la ministra Piña
Si bien reconoció que hay una serie de decisiones polémicas atribuibles a la falta de objetividad de los jueces, “es bastante complejo generar una opinión única respecto al Sistema Judicial, en la medida en que estamos hablando de diferentes niveles, algunos estrictamente apegados a una dimensión municipal, otros a una dimensión estatal, otros a una división federal y los diferentes ángulos y aspectos que aborda la temática judicial”, apuntó.
Para Armando Zacarías, hay una animadversión que tiene el presidente contra la ministra Norma Piña, en la medida de ella no representa el ámbito de interés que él tenía, aparentemente cifrado, en la ministra Yasmín Esquivel. Más bien, la ministra Norma Piña ha mantenido históricamente una serie de decisiones acordes a los planteamientos y los estudios de constitucionalidad.
Impactos
Los especialistas Marcos del Rosario Rodríguez y Alejandro Martínez Serrano advirtieron sobre los impactos de este contexto político. Por un lado, Marcos del Rosario Rodríguez indicó que los embates contra el Poder judicial no solamente van a persistir, sino que se van a incrementar porque “el presidente está obsesionado sobre la Corte, que tiene que respaldar su llamado Plan B”.
Expuso que la investidura presidencial se ve afectada y paradójicamente debilitada porque es un poder que está buscando subordinar a otro, en aras de intereses políticos y personales, cuando tendría que dejarle hacer su trabajo. Para Alejandro Martínez Serrano, se puede tener un impacto en el mediano plazo para el ámbito electoral, con las próximas elecciones y hasta 2024.