¿Para quién es la ciudad que construimos?
Las ciudad que queremos y aún no tememos debe ser construida con preeminencia ética, su desarrollo tiene que basarse en el bien común y sus acciones dentro de una lógica colectiva que considere al gobierno, empresas y sociedad civil para abatir la corrupción y fortalecer la democracia.
La corrupción se presenta de múltiples formas, una de ellas es en las áreas de desarrollo urbano, explicarla puede resultar algo complejo debido a la manera en que se practica. Por una parte, se puede presentar al generar plusvalías a través de acciones públicas –cambios de suelo y modificaciones a las normas para la densidad de población y altura- y realizando inversiones públicas que aumenten el valor del suelo -infraestructura, metro, parques, etc.-. Por otra parte, y en la cual me centraré, es en la emisión de licencias de negocios y de construcción, que simplemente por esta razón un proyecto inmobiliario puede llegar aumentar en un 10% su valor y su permiso se puede prolongar hasta por dos años.
El contexto actual obliga a las administraciones municipales a trabajar desde la ética colectiva, su transformación comienza con la empatía, aceptación y reconocimiento hacia los ciudadanos, pasando por una innovación disruptiva que involucre procesos de sistematización y digitalización, desarrollo de un software libre, un proceso en línea con algoritmos que deje fuera las manos burocráticas y facilite la interacción entre el gobierno y ciudadanía.
Las administraciones municipales podrían a bien implementar una plataforma digital urbana y territorial que permita democratizar la información -que esta sea para todos-, dar a conocer la información catastral, sus áreas de zonificación y usos de suelo, licencias de construcción y negocios georreferenciadas, cual es el potencial de construcción de los predios de la ciudad y que tipo de negocio se puede abrir en una propiedad.
El primer paso en el estado ya se dio, actualmente los ayuntamientos tienen certidumbre catastral y la información digitalizada de cada predio, excelente función que realizó el Instituto Catastral del Estado de Sinaloa a través de su Visor Territorial. El siguiente paso será dejar atrás la parte burocrática y política para que construir las ciudades transparentes, ordenadas y con softwares libres que queremos y aún no tenemos.