Fin o medio
La manifestación del 26 del pasado mes de febrero va mucho más allá de solamente defender al INE. El INE no es un fin en sí mismo, es un medio muy importante, que no sólo favorece la democracia y justicia electoral en nuestro país, sino que ha garantizado la paz social al poner en manos de la ciudadanía los resultados de las elecciones.
Injusto e irracional negar que, aunque seguramente el actual INE padece deficiencias, éstas son susceptibles de superación; también injusto e irracional ignorar que gracias a esa institución, rompimos la nefasta racha de toda una vida de hegemonía partidaria.
Hoy, como un acto de elemental justicia, podemos afirmar que a diferencia de otras naciones (admiradas por algunos compatriotas) como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, China o la misma Rusia, en México, a la llegada del INE, por la presidencia de la república, han pasado tres partidos distintos en las últimas cuatro elecciones, lo que antes era impensable.
Este hecho, definitivamente supera cualquier dicho. El INE no podría estar supeditado a alguna corriente política y la razón es simple; no puede estarlo porque sus reglas de operación son incluyentes, da cabida a todas las posturas e ideologías políticas.
La construcción y mejoramiento del árbitro electoral se ha llevado a cabo con aproximaciones sucesivas que datan de 1917, aunque es hasta 1996 en que se le desligó de la tutela del gobierno en turno y se convirtió en un organismo independiente.
Y es a partir de ahí cuando nuestra democracia comienza a florecer realmente, es cuando la ciudadanía comienza a confiar en la validez de su voto.
Por todo ello, no se trata de defender al INE, mucho menos atacar a alguna corriente política, se trata de defender la democracia, a México, defender el futuro de nuestra descendencia, de la paz y justicia electoral, se trata del respeto al voto y a la armonía social.
No confundamos, el INE no es México, mucho menos lo son sus consejeros. Lo que sí es nuestro árbitro electoral, sí es un valioso medio para asegurar el respeto a nuestro voto y con ello a la paz e integridad nacional.
Es cierto, defender al INE es defender nuestro voto, es defender la democracia, nuestra tranquilidad electoral.
El INE es un medio, el medio para continuar avanzando hacia la perfección de nuestra anhelada democracia.
Sí, el INE no se toca, porque tocar al INE es tocar a México, es tocar nuestra estabilidad social.
Hagamos votos por continuar camino a la superación.
Por un México digno y unido hagamos un pacto. Gracias.