¿Y todos los demás? “el Químico” no actuó solo
Previo a leer la presente nota, invito a mi estimado/a lector/a a siempre observar la presunción de inocencia, que además de ser un principio vital de la justicia en nuestro país, es un derecho humano fundamental. El uso de la ley con fines políticos jamás será legítimo, bajo ninguna circunstancia. Entre 2018 y 2022, el ayuntamiento de Mazatlán se encontró envuelto en incontables escándalos relacionados al mal manejo de los recursos municipales, a partir de una serie de viajes, fiestas y adquisiciones onerosas y legalmente cuestionables. La adjudicación directa de 2,139 luminarias de la empresa Azteca Lighting a un precio superior a los 400 millones de pesos resultó el catalizador de múltiples denuncias e investigaciones que llevaron a la destitución informal del entonces alcalde en la segunda mitad del año pasado. Como resultado, a principios de esta semana se celebró la primera audiencia del “Químico” Benítez ante un juez de control sobre un presunto desempeño irregular de la Función Pública durante su mandato como alcalde de Mazatlán.
Cabe recalcar que, de encontrarse un vicio en el manejo de los recursos del ayuntamiento, éste sería un problema sistematizado. Por lo que, si bien el mencionado proceso representa un paso adelante para la justicia; sería un error señalar únicamente al exalcalde, ya que dichas actividades y gestiones irregulares no habrían sido realizadas directa y exclusivamente por Benítez Torres, sino que en realidad existiría una larga lista de actores involucrados, cuya responsabilidad pudiera incluso superar la del edil.
Al igual que la maleza no se limpia cortando sólo la planta más grande, no se puede cantar una victoria para la aplicación de la ley si esta no implica un proceso de investigación y responsabilización íntegra, que más allá de una jugada política tenga como objeto único y fundamental brindarle justicia al puerto de Mazatlán y a sus habitantes.
La interminable saga que ha protagonizado el municipio en los últimos años no sólo implica el mal manejo de los recursos, sino también todas sus ramificaciones. El gobierno municipal ha desperdiciado el potencial económico, humano y cultural del puerto, y se han abandonado a muchos sectores de la población, que diariamente sufren por la falta de apoyos y servicios públicos de calidad.