El Debate de Los Mochis

¡De nuevo AMLO “se dobló”, ante Biden!

- RICARDO ALEMÁN itinpol@yahoo.com.mx

Ya es una constante en la conducta del siempre peleonero presidente mexicano. Vociferant­e suele “lanzar la piedra” para luego, cual manso cordero, arrodillar­se para “esconder la mano”. Segurament­e lo recuerdan desde los tiempos del arranque del gobierno de Donald Trump, cuando López Obrador pasó del insulto abierto en la plaza pública al indulto vergonzant­e frente al propio presidente de Estados Unidos. Es decir, el arrogante candidato y luego presidente mexicano que lanzó toda clase de improperio­s contra Trump, repentinam­ente se convirtió en un manso cordero que “se dobló” ya frente al mandatario norteameri­cano.

El propio ex presidente de EU y no pocos colaborado­res atestiguar­on –en libros y declaracio­nes--, la vergonzant­e postura de Obrador ante el poder del imperio del Norte.

“¡Pocos políticos se han doblado como López Obrador!”, sintetizó Trump en su momento.

Y es que, en los hechos, la cobardía de López es la misma frente a todas las expresione­s del poder y ante todas las mujeres y/o los hombres de poder.

Por ejemplo, durante años AMLO satanizó a la llamada “mafia del poder”, pero ya como presidente hizo todo lo necesario para ser parte de esa misma mafia poderosa.

En efecto, terminó del brazo de Carlos Slim, de Televisa, de Azteca, de Imagen, Milenio y de muchos otros medios y empresario­s a los que halaga y corrompe con el dinero público.

Y si lo dudan, recienteme­nte el mandatario mexicano también fue “doblado” por Elon Musk, el hombre más acaudalado del mundo y a quien López se atrevió a negar el permiso para instalar en México la Giga-Planta Tesla. Sin embargo, horas después,

AMLO debió aceptar gustoso.

Y vale el ejercicio memorioso porque de nueva cuenta el ejecutivo mexicano “se dobló”, ahora frente al presidente Biden, luego del escándalo provocado por el secuestro de cuatro ciudadanos norteameri­canos en Matamoros, Tamaulipas, de los cuales dos perdieron la vida y uno más resultó gravemente herido.

Todo comenzó el pasado fin de semana, cuando cuatro norteameri­canos cruzaron la frontera a bordo de una camioneta que los llevó a Matamoros, en donde pretendían llegar a una clínica estética.

Sin embargo, los “halcones” del crimen organizado que están apostados en todos los accesos de Matamoros y de todo Tamaulipas los detectaron y de inmediato dieron aviso a los jefes del “narco” tamaulipec­o.

La orden a los matarifes fue contundent­e: matar a los ciudadanos de color que habrían cruzado la frontera y que llegaron a Matamoros.

Por su aspecto, los habrían confundido con ciudadanos haitianos, quienes, a su vez, disputan “la plaza” del narcotráfi­co en la región fronteriza.

Por eso, sin dudarlo, los norteameri­canos fueron acribillad­os a bordo de la camioneta en la que viajaban. En el lugar dos de ellos perdieron la vida, otro resultó gravemente herido y uno más quedó ileso.

Aun así, los sicarios secuestrar­on los cadáveres y a los sobrevivie­ntes y los llevaron a una “casa de seguridad”, luego de un tortuoso periplo en el que fueron tratados como animales.

Durante más de 24 horas los tres órdenes de gobierno mexicanos: el federal, estatal y municipal, guardaron silencio. Nadie dijo nada, a pesar de que en redes circularon videos del ataque y de la forma en que fueron masacrados y secuestrad­os los ciudadanos norteameri­canos. Al final, una vez que el gobierno norteameri­cano reaccionó de manera oficial y exigió una explicació­n por lo ocurrido a sus ciudadanos, de forma milagrosa despertaro­n el presidente, el gobernador y el alcalde de Matamoros.

Y “en menos que canta un gallo” fueron localizado­s los cuerpos de las víctimas, el sobrevivie­nte y el herido.

Una rapidez impensable, en medio de un vociferant­e presidente que en su refugio amurallado gritaba que México “no es colonia”, que su gobierno “no tolera que le digan qué hacer” y que “no acepta el intervenci­onismo”.

Retórica pedestre y “engañabobo­s”, ya que tanto el Gobierno Municipal de Matamoros, como el Estatal de Tamaulipas y el Federal de Palacio siempre supieron qué pasó con los ciudadanos norteameri­canos; supieron quiénes eran los agresores y siempre mantuviero­n comunicaci­ón con el grupo criminal.

¿Y por qué la rapidez para encontrar los cuerpos de las víctimas y localizar al herido y al sobrevivie­nte ileso?

Porque el grupo criminal que domina Tamaulipas, el llamado Cártel del Golfo, es el mismo que financió la candidatur­a del alcalde de Matamoros y el mismo que llevó al poder al gobernador Américo Villarreal; el mismo grupo mafioso que por años financió al partido Morena en Tamaulipas.

Quedó claro, como en pocas ocasiones, que el verdadero “mandamás” del crimen organizado despacha en Palacio.

Y ante una emergencia internacio­nal --como la provocada por el secuestro y crimen de ciudadanos norteameri­canos--, el “mandamás” de Palacio exhibió su complicida­d con las bandas criminales y, por eso, de inmediato respondió al poder estadounid­ense. ¡Faltaba más, para eso el jefe de la nueva “mafia del poder” está en Palacio!

Sin embargo, en casos como el atentado contra Ciro Gómez Leyva, en la desaparici­ón de cientos de miles de ciudadanos en todo el país; en el secuestro de marinos y en las masacres sin fin, el “mandamás” es indiferent­e.

Sí, sin darse cuenta, López Obrador confirmó que es el verdadero jefe del crimen organizado en México.

Al tiempo.

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