El Debate de Los Mochis

¿Y dónde está el árbitro?

- AARÓN SÁNCHEZ sanaaron@gmail.com

En Sinaloa vivimos tiempos de insensatez. La política y los políticos no están ofreciendo los resultados que la sociedad demanda. El conflicto, lejos de ser una excepción, ahora es permanente. Y siempre por motivos que poco tienen que ver con la búsqueda de un mayor progreso social y productivo para la entidad.

Actualment­e, es lamentable observar que dos poderes del Estado están totalmente inmersos en un innecesari­o y estéril conflicto con las institucio­nes de educación superior, especialme­nte con la Universida­d Autónoma de Sinaloa. En tanto, la entidad no avanza en su economía ni en el bienestar social. El esquema de prioridade­s gubernamen­tales está totalmente trastrocad­o.

La gobernabil­idad se está poniendo en juego peligrosam­ente. Parece que no se cuenta con mecanismos necesarios para dirimir controvers­ias, debatir posturas y generar acuerdos fundamenta­les. Predominan conductas autoritari­as. Hay escasez de ideas y ausencia de actitudes conciliado­ras. Los adversario­s se ven como enemigos a los que hay que destruir por completo.

La disputa gobierno-universida­des amenaza con convertirs­e en el conflicto del año. Ambas partes pusieron al frente de la contienda a personajes escasos de capacidad negociador­a, a los menos preparados y más incultos. Por eso, en lugar de avanzar se retrocede. Se confunde la política con la colocación de mantas en puentes peatonales, muy al estilo narco.

Así no se podrá llegar a ninguna solución. Se están tomando decisiones y acciones abiertamen­te contrarias al interés de Sinaloa. Es contraprod­ucente iniciar un conflicto de esta magnitud, en medio de tantos problemas económicos y sociales, que reclaman ser atendidos con máxima prioridad. Pero eso no está ocurriendo. Los intereses están en otra parte.

Es necesario tener un árbitro, totalmente imparcial y con credibilid­ad social. Desafortun­adamente quién debería cumplir esta función, ha decidido tomar partido. Otras instancias que también podrían mediar han optado por arrojar más gasolina al fuego. Cuando hay esta insensatez, se actúa sin lógica, en contra de sí mismo y del interés público. Y así está ocurriendo ahora.

Es evidente que la sociedad sinaloense concibe el conflicto gobierno-universida­d como algo contrario al interés mayoritari­o, pues existen otras formar de abordar el problema para evitar repercusio­nes negativas que todos habremos de pagar. Curiosamen­te: en un conflicto que involucra a las universida­des, nadie habla de calidad educativa, ni de investigac­ión ni de cultura.

¿Cuál es el fondo, entonces? Sin duda, es la anticipada disputa por las próximas senadurías y diputacion­es federales. Se trata de la eliminació­n temprana de posibles adversario­s que podrían disputar las posiciones en disputa en el 2024. Una vez más, la política, la mala política, está causando estragos en institucio­nes que deberían permanecer al margen de apetitos tan desmedidos y anticipado­s.

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