El cinismo político de EUA
En la antigua Grecia, una de sus corrientes filosóficas más estudiadas fue la llamada Escuela Cínica. Fundada por Antístenes, esta corriente de pensamiento fue muy criticada por otros grandes filósofos, como el mismísimo Platón, quienes desacreditaban su radicalismo como forma de vida, pues no sólo pregonaban el ascetismo (renunciación a placeres materiales) como una forma de vida, sino que también tendían en cierto modo a la anarquía, pues desacreditaban toda forma de organización social como modelo de convivencia. Hoy en día, la conceptualización del cinismo como tal se ha difuminado como corriente ideológica, pero en contraparte, su dimensión como adjetivo se ha intensificado, sobre todo en el ámbito de la política, ya que ello sirve para calificar a todas esas personas que muestran desvergüenza al mentir o al momento de defender posturas contradictorias y que son vituperables.
En este sentido, al igual que los seguidores de esa escuela del pensamiento del siglo IV a.C., en la actualidad impera también una gran desconfianza hacia el valor de la honestidad. La percepción generalizada es que la ambición y el cinismo es lo que domina la vida de la mayoría de los políticos hoy en día, así que por más que se esfuercen por convencernos de lo contario con su manida retórica discursiva, difícilmente lograrán tener éxito, pues como versa el refrán… “la mula no era arisca, los palos la hicieron”. Para muestra basta poner como ejemplos algunos casos que demuestran que el cinismo político no distingue actores ni naciones.
En esta ocasión nos referiremos al sonado caso de los ciudadanos estadounidenses secuestrados en Matamoros, donde dos de ellos fueron lamentablemente asesinados. Tras este suceso, inmediatamente algunos políticos de ese país, principalmente de extracción republicana, condenaron el hecho y lo tomaron como otro pretexto más para justificar su insistente propuesta de catalogar como terroristas a los cárteles de la droga en México. No podemos negar el hecho de que dichas organizaciones criminales son en cierto modo unos terroristas, ya que la definición de ese término lo describe como todo acto destinado a producir terror en la población, y eso es lo que en diversas entidades han estado haciendo últimamente los cárteles de forma sistemática, ya sea para presionar o amedrentar a las autoridades.
Sin embargo, catalogar a esos criminales como terroristas bajo criterios de ideologías extremistas, es una consideración a todas luces errónea y exagerada, la cual sólo busca justificar una acción militar estadounidense en nuestro país, lo que para ellos sería otra raya al tigre, es decir, otra violación más a la soberanía de una nación, por parte de quienes siempre se han asumido como la policía del mundo.
Lo curioso de este caso, particularmente sobre el hecho de la mediática indignación que se ha encargado de hacer el gobierno norteamericano, a raíz de lo acontecido con sus conciudadanos en Tamaulipas, es que sólo condenaron el hecho por sí mismo, pero nunca hicieron mención de los atenuantes del caso, donde finalmente se supo que los cuatro estadounidenses (tres hombres y una mujer), resultaron ser todas unas fichitas con abultados antecedentes penales, y quienes habitualmente cruzaban a nuestro país para abastecerse de drogas.
No justificamos por supuesto que dos de ellos hayan sido asesinados. Pero tampoco justificamos el cinismo político de EUA, quienes han tomado este caso como pretexto para sus ambiciones injerencistas. Ojalá que así se indignaran también los políticos estadounidenses ante tantos crímenes que padecen los inmigrantes dentro de su territorio. O que en lugar de usar las miles de muertes por sobredosis que hay en ese país, como su argumento principal para pretender violar el suelo mexicano, so pretexto de acabar con los cárteles de la droga, voltearan más bien hacia dentro de sus fronteras y trataran de descifrar y erradicar los contubernios que existen con sus propias autoridades locales. Y es que está visto cómo son estas, las que, sea por omisión o colusión, permiten la distribución de las drogas a sus consumidores finales.
Por si fuera poco, vemos cómo EUA ha pretendido igualmente endosarle a México la exclusividad del problema del narcotráfico y sus espirales de violencia, cuando es evidente que este es un problema multifactorial donde, entre otros, esta el tema de las armas que se fabrican en EUA y que tantas muertes causan en ambos lados de la frontera…, ah, pero eso parece no indignarles tanto.