Nuevo ataque a cámaras de vigilancia; es el quinto este año
Delincuentes armados aprovechan la oscuridad de la noche para disparar en el bulevar Maquío Clouthier, del sector Lomas de San Isidro
Culiacán. Los llamados `ojos de Culiacán' siguen siendo atacados por grupos delincuenciales. Ayer fue la quinta agresión que ocurre entre los meses de febrero y marzo, solamente en la capital del estado.
Los casos están quedando impunes y pese a los patrullajes que se montan en la ciudad, por parte de los tres niveles de gobierno, aún no es posible que estas acciones violentas puedan ser frenadas.
El ataque
Apenas habían pasado algunos minutos de este lunes 13 de marzo, cuando a los números de emergencia se reportaron balazos contra cámaras de vigilancia en el sector San Isidro, al sur poniente de la capital. Agentes preventivos adscritos a la zona, de inmediato se trasladaron a la avenida Maquío Clouthier, a pocos metros del arco donde está ubicado el fraccionamiento mencionado, lugar donde dos cámaras fueron baleadas con armas largas. Uniformados que llegaron al sitio indicado se percataron que había dos cámaras dañadas por los balazos.
Los policías notificaron a la Fiscalía General del Estado (FGE) para que enviara a personal de investigación y de Periciales para que se hiciera cargo del caso.
Hasta ayer, sólo se supo que encontraron casquillos percutidos de calibre AK-47, de los llamados “cuerno de chivo”.
Víctor Cisneros, director de C4, dio a conocer que en ese punto de ayer, no hubo afectación, puesto que ya estaban vandalizadas. Resaltó que van 12 dañadas en Culiacán en lo que va del año, 11 de ellas fijas y una PTZ.
Antecedentes
En enero del 2017 hubo una inversión de unos 50 millones de pesos para la compra de cámaras de seguridad urbana en Sinaloa, en la administración del exgobernador Quirino Ordaz Coppel. Los equipos llegaron y se instalaron en lo alto de bases de metal, en puntos estratégicos o de mayor afluencia, con el fin de no solo estar pendiente de los hechos delictivos, también para cualquier incidente. Sin embargo, esto no gustó a grupos criminales, pues de acuerdo a fuentes de seguridad, estaban siendo observados.
Es por ello, que de acuerdo a datos periodísticos, desde entonces, los generadores de violencia han buscado la manera de destruir las cámaras a punta de bala.
De sur a norte, con armas largas y cortas, los delincuentes dañaron los equipos de comunicación.
Y no solo eso, sino también la red de fibra óptica.
En los primeros años de funcionamiento de las cámaras hubo casos donde tumbaron los postes, otros más los cortaron con rehilete y también en otros sitios quedaron gran cantidad de casquillos regados.