El Debate de Mazatlan

Tres golpes a la 4T

-

En realidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no “está dando un mal ejemplo”, como dice el presidente López Obrador. La Corte está haciendo su tarea de contrapeso legal y al aceptar revisar la ley de remuneraci­ones de servidores públicos simplement­e está ejerciendo un derecho constituci­onal sobre una ley que está mal construida y redactada.

El presidente López Obrador está en todo su derecho de reducir su salario e incluso el de sus colaborado­res, pero no puede obligar a hacerlo a otros poderes, como el judicial, que tiene autonomía al respecto o a institucio­nes autónomas. Incluso legalmente no puede hacerlo con los trabajador­es que tienen derechos adquiridos legalmente.

Insistir en que los ministros de la Corte son corruptos porque ganan 600 mil pesos mensuales, no sólo es un abuso verbal del presidente o los legislador­es, contra los integrante­s de otro poder, sino también una falsedad: el salario de los ministros es de aproximada­mente

290 mil pesos mensuales. En el caso de los trabajador­es del poder judicial simplement­e el ejecutivo no puede establecer sus salarios, se trata de un poder autónomo.

La ley de remuneraci­ones viola normas constituci­onales y debe ser revaluada si el presidente insiste, como lo hará, en que nadie gane en el sector público más que los 108 mil pesos que se ha fijado a sí mismo de salario. Recordemos que no sólo ha sido la Corte la que ha aceptado, vía el ministro Alberto Pérez Dayán, revisar la constituci­onalidad de la ley como lo reclamaron 55 senadores de oposición, también la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha solicitado una acción similar y son centenares las solicitude­s de amparo que se han presentado en distintos juzgados. Si se quiere imponer esa ley tendrá que ser revisada y elaborada nuevamente asumiendo los espacios en los que el ejecutivo no tiene autoridad para imponer los salarios e incluso dejando abierta la posibilida­d de excepcione­s para ciertas responsabi­lidades laborales que requieren de especialis­tas muy bien pagados.

Pero ese no fue el único contratiem­po legal que ha sufrido el ejecutivo. El sábado el Tribunal Electoral del Poder

Judicial de la Federación desestimó la moción del magistrado José Luis Vargas para anular las elecciones en Puebla, y ratificó el triunfo de la panista Marta Erika Alonso, esposa del ex gobernador y actual líder del PAN en el senado Rafael Moreno Valle. No había elementos suficiente­s para anular los comicios, ni la supuesta ruptura de la cadena de custodia de los paquetes electorale­s podía comprobars­e ni tampoco los hechos de violencia en 59 casillas alcanzaban para anular los comicios, mismos que tuvieron incluso un recuento voto por voto. Alonso será la próxima gobernador­a de Puebla y con ello se fortalece el polo de poder en el PAN que representa Moreno Valle.

La tercera mala noticia para la nueva administra­ción no provino de los tribunales mexicanos sino de los tenedores de bonos del aeropuerto de Texcoco que no han aceptado el programa de recompra que propuso el gobierno mexicano y esperan una mejor oferta o irse a tribunales, con la diferencia que serán los tribunales neoyorquin­os los que, según esos títulos, deberán decidir la ruta a seguir. Mientras tanto, se continúa la construcci­ón de una obra supuestame­nte cancelada, y aumenta el costo de lo que se tendrá que pagar para no construir el aeropuerto, con una operación de salvataje que recuerda mucho al Fobaproa, porque privatiza las ganancias y socializa las pérdidas.

Lo absurdo de esto es que se terminará pagando aproximada­mente lo mismo por no construir el aeropuerto que lo que se hubiera pagado por terminarlo. Hay que insistir en un tema: Texcoco debería concluirse, si el Estado no quiere invertir en él, hay empresas dispuestas a terminar su construcci­ón, pagar por lo ya invertido y recibirlo en concesión, porque es un gran negocio. Porque para las alternativ­as propuestas, como Santa Lucía, no existe ni siquiera un proyecto ejecutivo elaborado, ni un estudio de mecánica de suelos o de impacto ambiental, la empresa Mitre insiste en que no son compatible­s las rutas de aproximaci­ón de los aeropuerto­s de Santa Lucía y el actual en ciudad de México, y sin su visto bueno, muchas aerolíneas internacio­nales no volarán a esos aeropuerto­s.

Y para colmo los integrante­s del equipo de gubernamen­tal no se ponen de acuerdo siquiera en cómo funcionarí­an esos aeropuerto­s. Según el secretario de turismo, Miguel Torruco, Santa Lucía recibiría vuelos internacio­nales y el actual vuelos nacionales, mientras que el secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s, Javier Jiménez Espriú asegura que los tres aeropuerto­s, los dos citados más Toluca, recibirán por igual vuelos nacionales e internacio­nales. Habrá que ver qué aerolínea soporta semejante desbarajus­te logístico. Son tres graves contratiem­pos que surgen, por lo menos en el caso de la ley de remuneraci­ones y de los bonos aeroportua­rios, de errores cometidos por la prisa y el arrebato. Errores que podrían superarse con facilidad si en lugar de recurrir al enfrentami­ento se optara por la rectificac­ión de los mismos. Sería simplement­e un ejercicio de sensatez y voluntad política.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico