AMLO, CONGRUENTE; PEÑA NIETO, NERVIOSO
La toma de posesión presidencial más popular de la historia ocurrió ante la escena pública el pasado 1 de diciembre, donde, más allá del discurso, los protagonistas de la escena expresaron muchas cosas más sin decir una sola palabra
Ciudad de México.- Todos los seres humanos nos delatamos con nuestras actitudes, con nuestro modo y nuestra manera de hablar y con los movimientos de nuestro cuerpo. La forma de vestir y la imagen pública juegan un papel más importante del que podríamos pensar en el ámbito político. «Saberse vender» es fundamental. Comunicar, transmitir, conectar y dar una buena impresión es parte del arte de la imagen pública. Por ello, en entrevista exclusiva para EL DEBATE, Coca Sevilla, consultora y experta en esta materia, reveló lo que el expresidente y el nuevo presidente demostraron sin darse cuenta el día de la sucesión.
µ La imagen de AMLO Andrés Manuel López Obrador resultó ser muy congruente ante los ojos de Sevilla, pues señaló que el tabasqueño no tuvo ningún cambio inesperado o mensaje distinto en el uso de la comunicación o imagen que desde campaña manejó: «De hecho, desde que llegó, me llamó mucho la atención cómo llega en su cochecito, en su Jetta. Realmente lo que te puedo decir es que, en términos generales, para mí el mensaje para el pueblo de México, para todos nosotros, fue un mensaje diferente. No estamos acostumbrados a una cuestión así tan sencilla, tan austera, tan cercana. Para mí, en ese sentido, no tanto AMLO, porque él se manifestó de la misma manera, sino que para nosotros, para los que estamos acostumbrados a la clase política, fue muy diferente», subrayó la consultora.
µ Un Peña Nieto incómodo
Por otro lado, Enrique Peña Nieto tuvo la desventaja —en la percepción de la experta en imagen— de que toda su expresión no verbal hablara por él. Explicó que, si bien el expresidente cumplió con todo el protocolo de imagen física para la ocasión con su vestimenta (el traje oscuro, la camisa blanca, la corbata roja, bien peinado, pulcro, en buena forma física y acorde al evento), el sudor que emanaba de él delató el gran nerviosismo que tenía por las indirectas de López Obrador: «Era más que obvio que en toda la dedicatoria que le dieron (AMLO a Peña), sí estaba muy descompuesta su expresión facial, la mirada. Había momentos en que se veía cómo se limpiaba el sudor. Se veía descompuesto. En una frase, para mí era como “aguantando vara, aguantando, aguantando”, porque lo vimos muy claramente. Una muy larga parte del discurso (de AMLO), la primera parte estuvo dedicadísima (a Peña). Al principio le agradeció, pero, por lo demás, las indirectas directas estuvieron constantes», señaló Coca Sevilla.
Incluso, agregó que la expresión corporal y facial, la mirada perdida, estarse tocando la cara y su cuerpo delataron que el expresidente Peña Nieto no la estaba pasando muy bien durante el discurso de López Obrador.
Pese a esto, para la consultora, Peña Nieto se mantuvo a la altura de la situación, simplemente escuchando: «¿Pues qué podía decir? Absolutamente nada». Ni Porfirio Muñoz Ledo, diputado presidente de la Cámara de Diputados, se escapó al análisis de la experta. «La cara descansando en su mano en todo momento, como de hartazgo; pero la de Peña Nieto era más bien como de preocupación, como de mucho nerviosismo y mucha incomodidad».
µ Falta dinamismo al tabasqueño
Si bien la experta mencionó que López Obrador lució congruente y usó atinadamente los colores que comunican poder en su vestimenta, códigos atinados en una toma de protesta, su imagen es carente de dinamismo y lo opaca: «Entiendo que haya querido usar el color institucional, pero siento que a él le falta mucho más contraste. Estaba muy opaco el color de la corbata y le falta en ese sentido cierto dinamismo a su imagen. Con otros matices se puede generar contraste en su rostro, pues se ve muy oscuro y esto demerita una imagen dinámica», explicó la especialista poblana.
Otro detalle al que el presidente no presta atención, pero que en imagen pública es importantes —de acuerdo con la con-
Sin cambios en imagen
La consultora afirma que AMLO usó el día de su toma de protesta la misma comunicación que en campaña.
sultora—, es la talla del traje, pues «se le veía enorme»: hombreras demasiado grandes, la camisa en los hombres debe salir por lo menos centímetro y medio después de la terminación de la manga del saco, «cuestiones que demeritan mucho la presencia de una persona y que contribuyen a una imagen de otra época y hasta de no liderazgo», abundó. Otro ejemplo en imagen pública es el uso de las mancuernillas, pues son un código de poder, y al usar una camisa con botones en lo puños lo hacen ver aún más accesible, de acuerdo con la semiótica (símbolos cargados de significados) de las prendas, explicó: «Considero que es su esencia, no creo que estén creando a una persona diferente. Sin embargo, sí considero que está siendo bien asesorado. Sí creo que los consultores que tiene ahí en términos del discurso, estrategias y tácticas, sí le están como corroborando el mensaje», opinó, lo que refuerza al romper los códigos de proxemia, que se refiere a la distancia que un personaje público debe guardar con los ciudadanos. «En todos los aspectos que implican la imagen pública, que hablamos de vestimenta, comportamiento, de comunicación verbal, no verbal, el hecho de que haya un hilo conductor por supuesto que tiene un impacto en la percepción pública de este hombre y de su nueva estrategia, porque no nada más es él, es lo que representa, lo que estaba diciendo en su discurso, y a nivel internacional por supuesto que impacta».
µ Empatía
En sus viajes a Latinoamérica, Coca Sevilla ha comprobado que la imagen de un político de buena reputación se asemeja un poco a esta estrategia. «Cuando pregunto de una buena imagen, siempre sale José Mujica, expresidente de Uruguay, y me hizo pensar sin tanto extremo en algo así, por diferente, cercano, sencillo, muy austero y, bueno, sí creo que, por supuesto tiene un impacto a nivel internacional», señaló.
En la experiencia de Coca Sevilla como consultora de imagen, López Obrador ha
logrado construir una que dice a la ciudadanía «soy como tú, somos iguales, padezco de lo mismo que tú y quiero lo mismo que tú: justicia, igualdad, acceso al desarrollo», porque rompe protocolos y refuerza con sus frases populares como «me canso, ganso» o «Ricky Riquín Canallín».
La directora y fundadora de la Agencia de Imagen Alterego se refirió al momento contado por AMLO el día de la sucesión presidencial sobre que se cruzó con un joven en una bicicleta, lo que a su juicio conectó de una gran manera; sin embargo, al analizar la frase de «me canso, ganso», afirma que «esto sí nos pone en un nivel profesional que para un evento de tal envergadura no va».
Ligeros ajustes
En AMLO, la consultora recomienda vestimenta de su talla y variar colores para reflejar
más dinamismo.
µ Aspectos a mejorar
Sevilla destacó que López Obrador podría conectar aún más y atraer incluso a otras audiencias: «En la psicología del estilo de las prendas, lo que puede suceder es que, por ejemplo, por un mal ajuste en la prenda parezca que no das resultados. Él (AMLO) se ve como empolvado. Hacerle ciertos cambios a su imagen que le aporten», sugirió. Para la experta, lo primero y más importante es que el presidente trabaje en su oratoria: «Si fuera un buen orador, ¡imagínate! ¡Si así conecta! Podría enganchar aún más con otras audiencias».
Del vestir, la experta opinó que el mandatario podría cambiar detalles tan simples que no le resten fuerza a su discurso y que, al contrario, lo hagan ver jovial, dinámico y actual.
Estas mejoras —afirma— «se podrían lograr si usara mayor contraste en sus combinaciones de ropa, pulir su corte de cabello, tratarle el rostro, pues las bolsas que tiene en sus ojos lo hacen ver cansado y poco dinámico; usar estampados como rayas en las camisas y en las corbatas y usar la talla adecuada del traje». Para Sevilla, lo que tiene en contra el presidente en su imagen es que se ve de mayor edad de la que tiene, por lo que insiste en que los cambios propuestos le pueden favorecer y no afectarían su esencia; al contrario, fortalecerían aún más su imagen pública.
«(Peña) se veía cómo se limpiaba el sudor, se veía descompuesto. En una frase, para mí era como “aguantando vara”»
Coca Sevilla
Consultora de imagen
«La (cara) de Peña Nieto era más bien como de preocupación, como de mucho nerviosismo y mucha incomodidad»
Coca Sevilla
Consultora de imagen
«Él (Andrés Manuel) se ve como empolvado, (habría que) hacerle ciertos cambios a su imagen que le aporten»
Coca Sevilla
Experta en imagen