De intermediación del gobernador
Aunas horas del vencimiento del plazo para publicar el presupuesto aprobado por el Congreso el gobernador Quirino Ordaz Coppel decidió hacer, por primera vez, uso de las facultades legales que tiene frente al Poder Legislativo local: regresó al Congreso el presupuesto aprobado, con las observaciones correspondientes. Ahora, el Legislativo deberá atender, o no, las observaciones del Ejecutivo y aprobarlo por mayoría calificada, 27 diputados de 40. La vez pasada lo aprobaron más de 27 en lo general, pero cuándo se dieron las observaciones y reasignaciones sólo lo aprobaron 19. Atrás quedó el escenario de confrontación entre poderes. El Ejecutivo realizó una intermediación política haciendo lo que el nombre de su puesto describe: el gobernador gobernó (reconociendo que el sustantivo está en el verbo).
Ahora lo que sigue será la definición de los diputados de atender o no las observaciones. Mientras tanto el gobierno del estado ejercerá el mismo presupuesto de 2018. Sólo eso. Habrá que esperar, primero, a que se lleve a cabo el trabajo legislativo en la Comisión de Hacienda de la Cámara. Luego, se apruebe en esa Comisión. Paso seguido observar si se logra la votación de mayoría calificada. Puede darse el caso que simplemente se llegue a una situación en dónde no se logre y se posponga indefinidamente la votación. Luego, ya que ese dictamen se logre aprobar se comenzarán a bordar algunos escenarios: (1) El número de diputados que apruebe el presupuesto podrá ser sujeto a interpretación jurídica y por lo tanto atacada en tribunales: por un lado, por diputados que no estén de acuerdo, y por el otro, por el Ejecutivo. (2) La intervención de la esfera política del gobierno federal sobre la acción legislativa de la mayoría de Morena. En el sentido de ir a favor o en contra de las observaciones del gobernador al presupuesto. Es decir, se verá si hay o no voluntad política del gobierno federal para concertar con el gobernador de Sinaloa o se va a sostener un apoyo político a los legisladores locales y federales de Morena. (3) Este último escenario pondrá, en Sinaloa, prácticamente en marcha el proceso sucesorio. Cualquiera que sea el resultado del veto y regreso del presupuesto al Congreso del gobernador, los grupos al interior de Morena han empezado muy anticipadamente la lucha por la candidatura a gobernador del 2021.
DE PRESUPUESTO 2019 PARA
PARTIDOS POLÍTICOS
En 2018, año de la elección intermedia en Sinaloa, los partidos tuvieron un presupuesto de 146.2 millones de pesos. En 2019, año sin elecciones, de acuerdo a la ley a los partidos se les aprobó en agosto pasado un presupuesto de 115.6 millones de pesos. De los millones de 2018 el PRI tuvo 44.3, Morena 10.9, el PAS 25.8, el PAN 24.7, PT 2.9, lo demás se repartió entre otros 6 partidos y los candidatos independientes. En 2019 los 115.7 millones se repartirán sólo a cinco partidos, con cantidades completamente diferentes: PRI 29.95, Morena 44.6, PAS 13.3, PAN 17.5 y PT 10.3 dejando fuera a todos los otros seis partidos del 2018. La variación de Morena, 400%, es más significativa si se observa que tendrá más financiamiento que el PRI en año electoral. Por su parte, el PRI cae a un financiamiento que representa el 68% de lo que recibió en año electoral. El PAS cae a la mitad de lo del año pasado y el PAN disminuye un 30%. El PT aumenta sus recursos públicos 300%. Estas cifras fueron calculadas en agosto por el órgano electoral. El lunes el Instituto Estatal Electoral del Estado (IEES) va a actualizar los montos de acuerdo al aumento al salario mínimo. El proyecto del IEES suma 121.2 millones. Eso será el monto que van a distribuirse cinco partidos en Sinaloa.
PÁRRAFOS: DE MORENA EN SINALOA
Las variaciones de financiamiento reflejan un escenario partidista con una hegemonía, en financiamiento público, evidente de Morena. Si el IEES aprueba el proyecto de actualización del financiamiento para partidos en 2019, Morena estaría recibiendo 46.7 millones. Ese partido, ganador de alcaldías y mayoría del Congreso local en Sinaloa, a la fecha aún no ha definido su nueva dirigencia estatal ni las municipales. No hay una línea directriz política que aglutine y coordine las diversas expresiones de representación política: senadores, diputados federales, diputados locales y en los ayuntamientos a los alcaldes, regidores y síndicos procuradores. Tampoco se observa una lógica de apoyo político a las líneas de gobierno del presidente de la República. Todo se reduce a una serie de expresiones en las redes sociales que surgen inclusive bajo un parámetro azaroso. La pregunta: ¿quién es el interlocutor de Morena en Sinaloa? Es de difícil respuesta. Ninguno de los alcaldes, legisladores o funcionarios del gobierno federal pudieran responder a esa interrogante. ¿Con quién pueden los grupos de interés de Sinaloa establecer acuerdos e intermediaciones? ¿Quién puede establecer compromisos de interlocución con las esferas de gobierno en los tres niveles? Son preguntas que están siendo contestadas en la inmediatez, en el día a día. En política hay una máxima: todo vació, se llena. Habrá que estar atentos para analizar quién va a llenar el vacío de interlocución en Sinaloa: con grupos de interés, gobierno del estado, corporaciones, en fin, los arreglos que tienen que darse en torno al ejercicio del poder.