San Ignacio celebra 473 años de fundación
Durante los últimos tres días, los residentes de la cabecera municipal han disfrutado actos culturales Antes de la llegada de los españoles, el municipio estuvo habitado por los pueblos indígenas
SAN IGNACIO. Cientos de feligreses de distintos puntos del municipio acudieron a la parroquia de San Ignacio para festejar, como todos los años, al Santo Patrono de esta comunidad. El obispo de Mazatlán, Mario Espinoza Contreras, fue el encargado de oficiar las confirmaciones, mientras que el párroco de la referida capilla, Arturo Gallardo Vela, brindó las primeras comuniones.
Los festejos por el 473 aniversario de la fundación de este pueblo iniciaron el pasado lunes con eventos ofrecidos por Casa de la Cultura, donde los niños expusieron sus trabajos manuales realizados en los cursos de verano.
Por la noche, la plazuela principal se llenó de algarabía. Las familias se congregaron a disfrutar la tarde fresca que ofreció la llovizna y pudieron admirar de la tradicional quema del castillo, que llenó el cielo de colores al estallar de las centellas. Una vez más, los pobladores reafirmaron su fe y dejaron
de manifiesto que en el municipio sigue predominado la religión católica.
La historia
San Ignacio fue fundado en 1633 por el padre jesuita Diego González de Cueto. El nombre original de esta región era Piaxtla. De acuerdo con la tradición oral, existe una famosa leyenda del pequeño poblado denominado Piaxtla, así llamado hasta que los españoles colonizaron la región hoy conocida como la municipalidad de San Ignacio, concretamente la cabecera de este municipio.
Antes de la llegada de los españoles estuvo habitado el municipio por los pueblos indígenas piaxtlas, totorames, xiximes, hinas, humis, sabaidos y un poco de tepehuanes en los límites de la sierra de Durango. En 1748, en lo que hoy es el municipio de San Ignacio, los misioneros jesuitas establecen, río arriba de la cabecera, la principal misión, denominada Santa Apolonia, con los pueblos de visitas de San Mateo y Santiago, compuestas por indígenas mexicanos, según ilustra el prestigiado historiador Héctor Olea en Opus: Los asentamientos humanos de Sinaloa. Por esas fechas empieza a cobrar auge la minería regional, actividad que llega al clímax en el siglo 19 en la sierra de El Candelero y la situación geográfica del pueblo de San Ignacio, por lo que Piaxtla fue determinante para el buen éxito del desarrollo minero. Actualmente, la minería continúa explotándose en el municipio, en su mayoría por grandes empresas extranjeras, y otros pocos la realizan de forma rústica en sus comunidades, quienes aseguran que el preciado oro que se obtiene es de buen kilataje.