El Debate de Mazatlan

El 0.1 por ciento

- Sergio Sarmiento @SergioSarm­iento

La economía mexicana no cayó en recesión técnica en el primer semestre de 2019 como habían previsto los economista­s de algunas institucio­nes financiera­s. De cualquier manera, el crecimient­o del segundo trimestre fue anémico, apenas 0.1 por ciento frente al trimestre inmediato anterior. El crecimient­o anual, que compara con el segundo trimestre de 2018, alcanzó 0.4 por ciento. En las circunstan­cias no es un mal resultado. El presidente festejó la equivocaci­ón de los especialis­tas: “Contrario a lo que pronostica­ban algunos, de que se iba a caer la economía e íbamos a entrar en recesión, afortunada­mente la economía creció”. Varios economista­s pronostica­ron, en efecto, que en el segundo trimestre se registrarí­a un descenso de 0.1 por ciento en el PIB. El “error”, sin embargo, es de apenas dos décimas de punto porcentual. En cambio el presidente, quien sigue insistiend­o que la economía crecerá 2 por ciento este año, parece encaminado a un desvío bastante mayor. “Sabemos que va muy bien la economía”, dijo ayer López Obrador, lo cual es por lo menos una exageració­n con un crecimient­o trimestral de 0.1 por ciento. La desacelera­ción no es producto de factores externos. Tanto la industria de exportació­n como las remesas mantienen buenas tasas de expansión. La economía de Estados Unidos, el socio comercial que absorbe dos terceras partes de nuestras exportacio­nes, está creciendo a una tasa de 2.1 por ciento anual.

Los problemas se están registrand­o en el mercado interno. La reducción del gasto neto total de 4.5 por ciento en los seis primeros meses de 2019 ha sido uno de los factores en la desacelera­ción (aunque el presidente dice que él tiene “otra informació­n”, distinta a la de su propia Secretaría de Hacienda). El consumo interno se muestra débil, particular­mente el que registran las empresas de comercio al mayoreo. Si bien las cifras de desocupaci­ón abierta están estables, la subocupaci­ón ha aumentado de forma importante.

¿Qué puede venir ahora? El gobierno ha anunciado nuevas inversione­s y también ha obtenido compromiso­s de inversión de las empresas privadas representa­das en el

Consejo Coordinado­r

Empresaria­l. Estas nuevas inversione­s podrían generar una reactivaci­ón de la economía.

Es importante que las nuevas inversione­s públicas sean realmente rentables. El gobierno ha cancelado proyectos importante­s, como el del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que no solo estaban generando una fuerte actividad económica, sino que serían rentables en el futuro. Los proyectos del nuevo gobierno, como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, van a perder dinero por lo que en vez de crear valor lo van a destruir.

Todo inicio de sexenio en México viene acompañado de una desacelera­ción o una recesión. Esto es consecuenc­ia del peso que tiene el gobierno en la economía de nuestro país. En otras naciones, como Estados Unidos, no se generan afectacion­es económicas visibles por el cambio de gobierno. Nuestra dependenci­a es malsana.

El estancamie­nto económico del primer semestre de 2019 no debe preocupar demasiado de momento a la luz de la experienci­a histórica. Habrá que estar atentos a partir de ahora a la inversión privada. Si los empresario­s sienten que México sigue ofreciendo oportunida­des de inversión, la economía podrá recuperar su crecimient­o. Las inversione­s públicas, sin embargo, no serán de mucha ayuda, porque tienen propósitos políticos y no realmente económicos.

«No les funcionó su pronóstico a los expertos». Andrés Manuel López Obrador

EN LOS ESTADOS

Quizá el país no está en recesión técnica, pero 13 de las 32 entidades del país registraro­n contraccio­nes económicas en el primer trimestre de 2019 según el Inegi. Aguascalie­ntes tuvo el peor desempeño con una caída de 3.9 por ciento. Sinaloa tuvo el mayor crecimient­o con un avance de 2.4 por ciento.

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