MORENA: LUCHA DE PODERES ENTRE DIVISIONES INTERNAS
Para especialistas consultados por EL DEBATE, el partido de Andrés Manuel López Obrador sigue comportándose como un movimiento con ADN de oposición Destacan que en los estados no hay dirigentes ni líderes que marquen la estructura del partido, incluido Si
El poderío que pudiera representar dirigir nacionalmente a Morena ha provocado ya una serie de desencuentros internos y división de grupos en Congresos locales y federales entre los militantes y aquellos que ya han alzado la voz para quedarse con la batuta que hace unos años le perteneciera a Andrés Manuel López Obrador, como Mario Delgado, Bertha Luján, Alejandro Rojas Durán y la actual presidenta interina de Morena, Yeidckol Polevnsky.
Para politólogos y columnistas entrevistados por EL DEBATE, con ello, la crisis interna existe y seguramente arreciará en los próximos meses, de cara a la elección del partido, que también es el más rico actualmente en prerrogativas y con mayores bases ocupadas tanto en presidencias municipales, como en diputaciones y senadurías.
Desencuentros
Jaime González Ochoa, analista político y experto en temas electorales, destacó que Morena, que tiene apenas cinco años de haber sido creado, está compuesto por el mismo ADN que todos los partidos políticos en México, sobre todo si se toma en cuenta que fue creado con experredistas, expanistas, expriistas, expetistas, «y todos los ex que te puedas imaginar», indicó. Por ello, no desestimó que lleguen sumamente divididos a su proceso interno.
El experto destacó que los interesados en el puesto ya han tenido una serie de desencuentros, como el pasado mes de junio, cuando el equipo o la gente de Bertha Luján logró imponer ciertos acuerdos al interior del Consejo Nacional, hasta lograr la destitución del que entonces representaba a ese partido en el INE, Carlos Suárez. «Esto nos indica que van a llegar fracturados, como la mayor parte de los partidos cuando hacen la elección de sus dirigentes, ya sea a nivel municipal, a nivel estatal o a nivel nacional».
Sin embargo, indicó que un problema que ocurre particularmente en Morena es que no están actuando como partido político, sino como un movimiento de partido opositor, que ha dado «baldazos» en todo el país, tanto en Congresos locales, como en el Congreso federal.
En ese sentido, afirmó que el propio presidente de la República declaró que venía de ser opositor, por lo que miraba positivo que la gente se manifestara y dijera lo que no le gusta; aunque, por otro lado, permite leyes como la de Tabasco, la ley garrote, que impide manifestaciones: «Todo ese tipo de cosas nos pinta de cuerpo entero de qué está hecha esa organización, lo ha repetido López Obrador, “yo no voy a meterme, ese es un asunto del partido”; sin embargo, él es el que mueve los hilos y jala el teclado para donde mejor convenga. Van a llegar divididos, pero tienen el fiel de la balanza, que es el propio presidente de la República».
Por ello, dijo que cuando el mandatario vea quién puede aguantar más durante el proceso, podría decir con quién de los interesados alinearse. Mientras tanto, aseguró que las bases van a salir fracturadas: «No solo Mario Delgado se ha anotado para participar o competir, él como líder de su bancada en la Cámara ya sumó un poco más de cien diputados a su causa. No hay que dejar de lado a Bertha Luján, que también ya alineó un número importante de diputados; y Alejandro Rojas, que ya anda trabajando en todo el país, está buscando el encuentro con los militantes; y a Yeidckol Polevnsky, que no quiere dejar la dirigencia, que ella es interina». Sin bases en los estados
La imagen de Yeidckol Polevnsky ya está
muy desgastada y es muy probable que no permanezca en la presidencia del partido, consideró Héctor Ponce, columnista político de esta casa editorial, quien destacó que ve a un Mario Delgado fuerte, negociador y conciliador, que cuenta con el respaldo de los diputados y de los senadores, lo que le daría un equilibrio a Morena. «Él va a ser», aseguró. Además, dijo que es gente cercana de López Orador y tiene muy buena relación con Ricardo Monreal. Sin embargo, reconoció que también Bertha Luján tiene un perfil fuerte, que parte de que conoce las bases de su partido y a la militancia. Ponce destacó además que, en el caso de Sinaloa, el partido no tiene dirigencia, a lo que atribuyó que cada quien trabaja por su lado y han existido problemas en
el Congreso y el grupo parlamentario está dividido, además de que cada alcalde trabaja por su lado, comentó: «Definitivamente, hay una lucha de poderes. Primero, nunca se imaginaron tener estos resultados que tuvieron y este poder, y eso significa que hay mucho dinero, mucho poder; están peleándolo, y hay muchos grupos, eso es lo que ha pasado. Simplemente, en Sinaloa, yo identifico tres, cuatro grupos dentro de Morena, grupos grandes», enfatizó. Morena, movimiento sin pies ni cabeza La lucha actual de poderes en Morena es monolítica y deja ver a todas luces un partido dividido por segmentos o tribus, donde se mueven todas las aspiraciones y corrientes, expresó el analista Roberto Soltero: «Una de ellas es la de Bertha Luján, la de Mario Delgado; y otra corriente que apoya Ricardo Monreal es la de Alejandro Rojas; y la propia de Yeidckol Polevnsky, que dice “yo me quiero reelegir”, y entonces no se ve una uniformidad de criterios al interior», comentó.
A su vez, destacó que el presidente López Obrador ha dejado suelto el andamiaje de las postulaciones, porque él «trae otros fierros en la lumbre» que lo requieren. Indicó que tampoco se vislumbran otros personajes con injerencia, como la ministra de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, «cada quien anda buscando su santo, entonces se ve muy disimulado todo».
Para Soltero, el hecho de que Morena esté compuesto por exintegrantes de otros partidos poco influye sobre la contienda de la dirigencia, puesto que los personajes que ya han alzado la voz son experredistas: «De por sí Morena no es un partido, es un movimiento, no tiene pies ni cabeza en los estados, no tienen cuadros políticos. Aquí en Sinaloa no han podido conformar la Mesa Directiva. ¿Por qué?, por las ambiciones propias de poder de los que dirigen los cuadros ahí arriba», subrayó.
Por haberse caracterizado como una persona muy centrada, Roberto Soltero consideró que Mario Delgado estaría en posición de ser un buen dirigente de Morena, además de destacar sus orígenes, su preparación y la responsabilidad que tiene: «Obviamente, pudiéramos pensar que sí contaría con el apoyo del presidente de la República», concluyó.
«Van a llegar fracturados como la mayor parte de los partidos cuando hacen la elección de sus dirigentes» Jaime González Ochoa Politólogo
«Nunca se imaginaron tener estos resultados que tuvieron y este poder, y eso significa que hay mucho dinero, mucho poder; están peleándolo, y hay muchos grupos» Héctor Ponce Columnista político
«Morena no es un partido, es un movimiento, no tiene pies ni cabeza; en los estados no tienen cuadros políticos» Roberto Soltero Analista político