Artistas de todo el mundo inundan Edimburgo en el arranque de sus festivales
2 mil 600 artistas de 41 nacionalidades participarán en la 73 edición del tradicional certamen, que permanecerá vigente hasta el 26 de agosto
Agosto es sinónimo de festivales en Edimburgo. La capital escocesa se transforma para acoger desde ayer y hasta el día 26, a miles de artistas que darán vida a numerosos espectáculos de danza, música, comedia y artes visuales durante el Festival Internacional y el Fringe.
Si bien el primero ofrece una programación centrada en la danza, la música clásica y el teatro en los escenarios más prestigiosos de la ciudad, como el palacio Usher Hall, el segundo tiene un carácter más desenfadado, pues su fuerte es la comedia y su género estrella el “stand up”. Ambos tienen la habilidad de cambiar la fisonomía de Edimburgo, cuyas calles principales dejan prácticamente de ser transitables para convertirse en escenarios improvisados de funciones teatrales, actuaciones musicales o de malabares
El Festival de Edimburgo nació en 1947 y surgió tras la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día se ha consolidado como el festival de la comedia en el mundo anglosajón, por lo que atrae a nuevas generaciones. que buscan atraer la atención de un público desbordado ante la inabarcable oferta de actividades.
µ Sobre el evento
La 73 edición del Festival Internacional arrancó ayer en el estadio Tynecastle de Edimburgo con un concierto de Los Ángeles Philharmonic, la orquesta dirigida por el venezolano Gustavo Dudamel, que interpretó himnos de la Edad de Oro de Hollywood y bandas sonoras de los filmes Star Wars, Harry Potter y ET.
A través de sus 2 mil 600 artistas de 41 nacionalidades, el certamen busca destacar su carácter más inclusivo con el programa You are here
(Estás aquí), en un momento de gran incertidumbre sobre cómo serán las relaciones del Reino Unido con el resto del mundo, después de que abandone la Unión Europea el próximo 31 de octubre. Entre sus obras destacan The crucible, una representación del Ballet de Escocia basado en una obra de teatro de Arthur Miller, o The secret river, de la compañía de teatro de Sídney, que lleva a escena la novela de ≋ate Grenville sobre la historia de Australia.
El Fringe desborda todas las previsiones con sus más de 3 mil 800 espectáculos, que desde el 2 de agosto invaden la icónica Royal Mile, donde a cada paso el visitante se topa con actuaciones musicales, espectáculos de fuego o representaciones teatrales que se extienden a los teatros, iglesias y pubs de toda la ciudad.
Con participantes llegados desde 63 países, este certamen callejero pretende que en su actual edición sea el público quien cree su propio festival a partir de su vasta programación en la que hay desde monólogos a tertulias políticas, espectáculos de circo, cabaret y burlesque. Nacido en 1947 como un evento alternativo al reconocido Festival de Edimburgo, que también surgió tras la Segunda Guerra Mundial, el Fringe se ha consolidado como el certamen de la comedia en el mundo anglosajón, por lo que atrae a muchos jóvenes que buscan la oportunidad para que sus carreras despeguen.
Para la directora del Fringe, Shona McCarthy, la variada programación que ofrece puede hacer que el público “encuentre difícil decidir qué ver y dónde ir”, pero, al mismo tiempo, puede ser un aliciente para adentrarse en lo desconocido.
“Les alentamos a aventurarse más allá de su zona de confort y a experimentar algo nuevo y emocionante que tal vez no hayan considerado antes. Esperamos que todos vayan a ver al menos un programa que no está en su lista de visitas obligadas, algo completamente al azar de lo que no sepan nada”, señaló.
Durante todo agosto, Edimburgo acoge una decena de festivales, ya que además de sus dos más conocidos, alberga el certamen de bandas militares, el del libro, el de la televisión, el de jazz o el de gastronomía.
El director del Festival de Edimburgo, Fergus Linehan, destacó el papel de los artistas, a quienes definió como “los verdaderos héroes” de este homenaje a la cultura que son los festivales. “Gaiteros, bailarines, actores, poetas, dramaturgos, novelistas, pintores, escultores, directores, coreógrafos, comediantes, diseñadores, cantantes e intérpretes... gracias por hacer de Edimburgo el único lugar en el que quiero estar en agosto”, afirmó.