Sufragio efectivo, no represión
Pareciera una pesadilla que el presidente haya impulsado una ley en su natal Tabasco para criminalizar la protesta social, entidad donde gobierna su primo Adán Augusto López, quien se dijo dispuesto a defender jurídicamente la llamada “Ley Garrote” porque ya se ve venir la promoción de acciones de inconstitucionalidad en la Suprema Corte.
Si la “Ley Garrote” no es una traición de López Obrador al pueblo de México, déjeme decirle que se le parece mucho. La reforma atenta contra la libertad de manifestación, de expresión y contra los derechos humanos, al imponer hasta 20 años de prisión a quien proteste contra obras públicas, como la refinería de Dos Bocas, más cuando fue en Tabasco donde AMLO bloqueó las entradas a los pozos petroleros de Pemex en los años noventa y que fue en la protesta donde López Obrador tuvo su mayor crecimiento como líder social. ¿Qué decirle ahora a los millones de capitalinos afectados durante meses por el plantón de Reforma en 2006? Que al Presidente no le gustan las protestas que no son encabezadas por él; que el pueblo, además de bueno, es manipulable. ¿Qué pensar como ciudadano de las marchas en defensa de Obrador cuando tenía encima la sombra del desafuero? Y aunque el PAN se diga listo para defender a los afectados
por esta reforma, en realidad los descoloridos azules no tienen cara después de haber negociado en Baja California la ampliación inconstitucional de mandato para Jaime Bonilla, a cambio de maquillar la cuenta pública de la administración del saliente. El indiscutible triunfo de la elección de 2018 fue de la democracia y de la libertad.
López Obrador quiere ser recordado como los románticos próceres idealizados por Lucas Alamán en el siglo XIX, pero cada día se parece más a los presidentes Díaz Ordaz, Echeverría Álvarez, Fox Quesada y Calderón Hinojosa en lo represor, populista, ignorante y falto de vocación democrática. En ese orden. Periscopio. Como santo niño de pueblo, la Guardia Nacional (GN) comenzó a recorrer algunas de las estaciones del Metro y el Metrobús de la insegura capital del país para generar la percepción de seguridad, pero también se trata de habituar a la población a la militarización del espacio público.
Muchos usuarios de la red de transporte público se dijeron inconformes por los cateos realizados por la GN, cateos que fueron considerados como inconstitucionales por muchos ciudadanos.
Es inédito ver a militares en estos espacios, situación que se consideraría inconcebible en los tiempos del llamado “PRIAN”.
Bitácora de los Ángeles del Gordo. Hace un año, López Obrador consideró que las acusaciones de la llamada “Estafa Maestra” eran en realidad un intento por convertir a Rosario Robles en chivo expiatorio. Hoy, las cosas son distintas en la visión del
Presidente, pues lo más probable es que se vincule a proceso a quien fuera titular de Sedesol y Sedatu durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. En los próximos meses, veremos si se impone la justicia o la venganza.