Crisis sin par

Lo que viene para México es una crisis económica muy profunda. Ya se ha reflejado en la pérdida de cientos de miles de empleos a nivel nacional. En Mazatlán lo hemos visto con el cierre de negocios. El sector turístico de nuestra ciudad vivía, hasta antes del COVID-19, una bonanza casi sin precedentes. Se empezaba a hablar ya de iniciar con la cosecha de lo que había sido la organización del Tianguis Turístico. Recordemos que muchos de los acuerdos y de las ventas que se amarraron con operadores turísticos en ese evento se empezarían a materializar a partir de este 2020. Todo eso se complicó.

Sin embargo, el mazatleco, y el mexicano en general, se ha sabido siempre sobreponer a las adversidades. La adaptación del sinaloense es algo ya comprobado, pero que ahora se tiene que poner a prueba una vez más. En esa lucha, el Gobierno en sus tres niveles debería tener un apoyo más activo en no dejar solo al ciudadano.

Los apoyos ofrecidos —en créditos, para los cuales no todos califican— son insuficientes. El decálogo de diez puntos que emitió el presidente López Obrador para salir de la crisis no ayuda a pagar las rentas o las hipotecas; tampoco sirve para ir a comprar alimentos al supermercado para la familia ni para calzado... para nada en realidad. El Fondo Monetario Internacional estima que México tendrá una caída de 10.5 por ciento en su producto interno bruto para 2020. Ese es un indicador que al presidente no le gusta; sin embargo, se materializa en más pobreza y desigualdad. Lamentablemente, no se ve un plan agresivo para combatir este fenómeno. Ojalá llegue pronto.