Narcoviolencia en Sinaloa
ADOS FUEGOS. La violencia en Sinaloa ha venido subiendo de nivel. Este miércoles se vivió una de las jornadas más sangrientas de los últimos meses, 16 personas fueron asesinadas en pocas horas en la comunidad de Tepuche, perteneciente al municipio de Culiacán; comunidad que, por cierto, ha sido escenario de múltiples hechos violentos y enfrentamientos, sin que las autoridades hagan lo suficiente para frenar la escalada de violencia que se padece en dicha comunidad. Han matado a comandantes, elementos de Policía, integrantes de bandas rivales se han enfrentado y asesinado, incluyendo a comuneros. Se dice desde fines del 2019 que hay una disputa y rivalidad entre grupos de la delincuencia organizada, que ha ido subiendo de tono y aumenta el número de asesinatos y enfrentamientos. Culiacán es el epicentro de esos enfrentamientos, y también es la ciudad que registra el mayor número de víctimas de homicidio, pero también algunos municipios del norte del estado, como Choix, donde la violencia y los ajusticiamientos tampoco cesan.
Históricamente, en Sinaloa hay presencia de la delincuencia organizada, el principal y más grande grupo del narcotráfico del país tiene sus raíces aquí en la entidad. El Cártel de Sinaloa es también “puro Sinaloa”, y aunque no les guste a las autoridades reconocerlo, a nivel internacional pueden no saber dónde queda Sinaloa, pueden no conocer nada de sus bellezas naturales, de sus playas, sus ricas comidas, pero sí saben que hay narcotraficantes famosos que nacieron aquí y han escuchado el nombre de la entidad asociado a los grupos y líderes del narcotráfico.
Así que, la violencia en Sinaloa, como las olas del mar, sube y baja, dependiendo de los encuentros y desencuentros que hay entre los integrantes del crimen organizado. De pronto, cuando las cosas se calman, en realidad lo que vivimos no es resultado de las estrategias, sino más bien de “una paz narca”, un pacto y acuerdo entre ellos, que genera menos ejecuciones y menos violencia. Pero cuando las rivalidades vuelven, y los desencuentros se profundizan, el monstruo del narcotráfico, que siempre ha estado presente, revive y desparrama a lo largo de la entidad sangre, cadáveres y violencia. ¿O no?
Y lo peor es que, en medio de la pandemia, entre decenas de muertes por contagio, las autoridades se ven pequeñas, incapaces de frenar la escalada de violencia, porque a pesar de que tienen cinco bases de la Guardia Nacional en Tepuche (según dice el secretario de Seguridad), las ejecuciones, enfrentamientos y muertes siguen al alza. Lamentablemente, los elementos de Seguridad no conocen el terreno, menos los que vienen de fuera, desconocen la sierra, y les ganan la partida los integrantes de la delincuencia. ¿O no?
¿CUENTAS RETRASADAS? Desde el principio de la pandemia ha llamado la atención la forma como se lleva el cómputo de casos de contagio y muertes. Tanto en Sinaloa como en el país hay dudas, sobre todo porque algunas instituciones acumulan los casos y reportan hasta días después. Eso ha llevado a que se hable de los casos acumulados, y se trate de contrarrestar el impacto cuando se dan a conocer cientos de muertes y miles de casos de contagio; como fue recientemente en Sinaloa, al acumularse y reportarse más de 600 casos nuevos, que se dijo eran acumulados de días anteriores que el IMSS no había reportado. De igual manera, a nivel nacional se acumulan miles de casos y muertes. Por lo pronto, ya rebasamos en el país los 202 mil contagios y 25 mil muertes.