Agustín D. Valdez, leyenda del micrófono
Se acaban de cumplir ocho años del fallecimiento del ícono de la crónica deportiva
Hoy, rendiré tributo a uno de los personajes de la crónica deportiva que se mantendrá a la posteridad en el recuerdo del beisbol, especialmente en la plaza de Tomateros de Culiacán. Don Agustín D. Valdez, para muchos, el mejor narrador en radio del país. La voz oficial guinda durante medio siglo. Desde la Liga de la Costa en 1947 hasta la Mexicana del Pacífico en 1997. Tenía estilo único, inigualable, que gozó en grande en cuatro Series del Caribe y seis coronas de Tomateros, entre muchas satisfacciones.
Impecable trayectoria
Un viernes 18 de septiembre de 1923, abrió los ojos por primera vez en Mazatlán. Desde edad temprana, su familia se trasladó a Culiacán y se convirtió en una celebridad del beisbol y el más apasionado defensor de los colores guindas. Falleció el 10 de octubre del 2012 a los 89 años de edad, víctima de enfermedad irreversible en su casa de la colonia Guadalupe, en la capital sinaloense.
Uno de los momentos más grandes en su exitosa carrera fue cuando narró la serie mundial de 1968 en el Astrodome de Houston. Ser cronista oficial de México en las primeras Series del Caribe en Caracas, Venezuela —dos veces— en Santo Domingo, RD, y Hermosillo en los 70. Transmitió seis coronaciones guindas. Las que más se recuerdan, la del 78 con el memorable jonrón de Jesús Sommers en el sexto juego de la serie final ante Cañeros de Los Mochis. Y el 97, el hit ganador de Benjamín Gil frente a Hermosillo. Hemos escuchado a otros grandes cronistas, pero como Don Agustín, ninguno, a nuestro juicio.
También le gustaba escribir. Tenía sus columnas: “Unas cuartillas” y “No hay brea” y redactó el libro Cosas del beisbol.
Pluma de oro
Plasmar su historia, no alcanza ningún espacio. Tuve la fortuna de conocerlo, tratarlo, estar bajo sus órdenes 15 años en el Sol de Sinaloa. Mis inicios periodísticos ahí se forjaron y hoy se enriquecen en EL DEBATE. Don Agus, como se le identificaba, era el jefe de la sección deportiva donde compartíamos créditos con los consagrados Jorge Luis Telles, Antonio Velázquez y Leonardo Pérez. Estar al lado de esta figura me enaltecía, pero a la vez me exigía, y mucho, la verdad.
Ahí aprendí parte de los secretos de narrar y conocer el beisbol. Con estos conocimientos brinqué a la televisión 30 años. Escucharlo era una delicia. Voz agradable, excelente timbre, afable, ocurrente, simpático y con enorme pasión, particularmente cuando Culiacán fabricaba volteretas, rally y ganaba. Nadie como él. Por su amenidad y calidad, la afición se acompañaba de radio para escucharlo en pleno juego. Me abrió puertas para aprender a sacar estadísticas colectivas e individuales. Me dio oportunidad de transmitir una entrada en cada juego. Me responsabilizó de un programa matutino de Tomateros y la LMP todos los días. Me envolvió por completo en este pasatiempo que ha sido mi fuente de inspiración junto con mi padre, Fausto “Maracas” Castaños, — excelente expelotero de los 60— y desde luego de mi carrera profesional.
También tuve la oportunidad de estar a su lado como empresario y promotor de boxeo. La época grande del pugilismo profesional en esta capital fue bajo sus órdenes. Julio César Chávez protagonizó algunas de sus carteleras. La única pelea de campeonato mundial aquí, la promovió Don Agustín. Carlos Zárate expuso la corona universal gallo ante el africano Warringe Nakayama. En esta plaza presentó la pelea inolvidable de campeonato nacional del ídolo Chuyín López y Norberto Cabrera, que de la lona se levantó para arrebatarle de las manos el triunfo al zurdo inmortal, ante la desilusión de la multitud en el estadio Ángel Flores. Tuve la fortuna de ser su jefe de prensa cuando asumió la presidencia del Circuito de Basquetbol de la Costa del Pacífico, a inicios de los 80. La rica trayectoria tras los micrófonos lo llevaron a la inmortalidad del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en 1991, junto a Jaime Corella, Antonio Pollorena, Chara Manzur y el ampáyer Juan Lima.
De igual forma es miembro del pabellón sagrado en Culiacán. En 1995 se retiró del periódico El Sol y en 1997 de ser titular de la crónica guinda. La Liga Mexicana del Pacífico lo honró al poner su nombre a la XXVI temporada.
San Diego. Con otro excelente trabajo monticular del astro Charlie Morton y jonrones del dominicano Manuel Margot y Mike Zunino, los Rays de Tampa Bay vencieron ayer 4x2 a los Astros de Houston en partido de playoffs de las Grandes Ligas de beisbol. Con la victoria, el conjunto floridano se fue arriba 2-0 en su Serie de Campeonato de la Liga Americana. En un duelo de pitcheo entre Lance McCullers (Astros) y Morton (1-0), este último se llevó las palmas con una excelente faena monticular de cinco entradas en blanco.
Gran trabajo
Por su parte, McCullers (0-1) también estuvo soberbio durante siete capítulo, propinó 11 abanicados y de las cuatro carreras de Tampa recibió solamente una limpia, pero cargó con la derrota. Los inspirados Rays se pusieron temprano arriba 3 por 0 en el primer inning luego de que el cubano Randy Arozarena ligó sencillo al izquierdo, el surcoreano Ji-Man Choi alcanzara la base por error en tiro de la segunda y el dominicano Margot la sacara por el jardín central.
Acto seguido, los Astros amenazaron con dos outs y corredores en segunda y tercera por sencillo del cubano Yuli Gurriel y doblete del boricua Martín Maldonado, pero el quisqueyano Margot realizó una espectacular atrapada en el jardín derecho en un elevado de George Springer.
En el sexto, el puertorriqueño Carlos Correa acortó distancia (3-1) por los Astros al despacharle vuelacerca por el jardín central al relevista Peter Fairbanks. Los Astros buscan llegar a la Serie Mundial por tercera vez desde el 2017, cuando le ganaron a los Dodgers de Los Ángeles. El año pasado cayeron ante los Nacionales de Washington en el Clásico de Otoño.