CUANDO EL SISTEMA C-4 RECIBIÓ 589 LLAMADAS EN TAN SOLO UN DÍA
Los reportes anónimos se saturaron, aseguró el propio Renato Ocampo Alcántar, titular de SESESP
Las voces de desesperación y angustia aún están presentes en los radiooperadores del Centro de Comando, Control, Comunicación y Cómputo (C-4), quienes atendieron el descontrol social generado en aquel «jueves negro». Renato Ocampo Alcántar, secretario ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Sinaloa (SESESP), dio a conocer que faltó más que nada coordinación entre fuerzas federales y del estado de Sinaloa. Sin comunicación
El funcionario estatal dio a conocer que ese día se supo de la situación gracias a lo que estaban captando las cámaras de seguridad en las calles, y no porque lo comunicara quienes ya estaban llevando acabo el operativo. Reprobó que ese día no hubiese coordinación, por lo que la situación pudo tomarlos por sorpresa. Destacó que ese jueves hubo mucho flujo de llamadas, donde los ciudadanos tuvieron que informar cómo estaba la situación en las calles: «Mucha gente asustada, en crisis, y hacían llamadas que saturaban las líneas del 9-1-1, y a través de ellas se pudo saber dónde estaban ocurriendo las circunstancias», citó Renato
Ocampo.
Aunque resaltó que otras de las denuncias anónimas vinieron directamente de los mismos grupos delincuenciales para poner desorden social y descoordinación, abrir así otros flancos que ni siquiera estaban abiertos con la única intención de distraer a las fuerzas del orden, quienes se dirigían a puntos donde estaba la presencia de delincuentes armados. Comentó por otro lado que no podían andar agentes en una sola patrulla, pues se enfrentaban con gran cantidad de personas armadas en otros vehículos, asegurando que fue realmente una circunstancia atípica. Destacó además que esta situación se ha presentado en otros estados de la república, pero nunca en Sinaloa. Jóvenes envueltos en el crimen
Por otro lado, el funcionario afirmó que, más allá del saldo rojo del enfrentamiento entre civiles y cuerpos de seguridad, la ciudadanía se quedó con muchas enseñanzas, entre ellas saber que quienes se dedican a actividades ilícitas no solo ponen sus vidas en riesgo, sino a la misma ciudadanía en general, que está expuesta a verse inmiscuida en una situación de peligro en las calles.
Ocampo Alcántar indicó que desde que se presentó dicho fenómeno de violencia se ha estado trabajando para evitar otra circunstancia similar, más que nada en un proceso de recuperación de confianza, pero sobre todo trabajando entre Gobierno y sociedad. Señaló que las familias deben hacer grandes esfuerzos para rescatar esos valores tan importantes para evitar que jóvenes se vean envueltos en hechos delictivos, tal y como se observó ese día, cuando andaban generando una ola de violencia. Reflexión policial
«Yo pienso el cambio principal fue que realmente que todavía necesitamos más personal, más gente, que estamos preparados para reaccionar en determinado momento, pero que todavía tienen muchas cosas por cubrir», fueron las palabras del secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán, Óscar Guinto Marmolejo, al referirse sobre la enseñanza que les dejó el llamado «jueves negro».
Por otra parte, dijo que sirve también para la sociedad en el sentido de reflexionar sobre la situación que se está viviendo, además para que los padres de familia sepan en qué andan sus hijos.