Cumplen la centenaria tradición de La Taspana
La centenaria fiesta es celebrada este año solo por los habitantes de la comunidad Sus orígenes se remontan hasta los años de la Intervención Francesa en Sinaloa
SAN IGNACIO. Taspanar significa limpiar la maleza, actividad que se realiza en San Javier cada tercer domingo de octubre. Esta tradición data de la época de la Intervención Francesa, hacia los años de 1862 a 1865, a raíz de un pacto entre la familia Volado y el señor Vicente Zazueta, que adquirieron el compromiso que una vez terminada la temporada de lluvias, ellos limpiarían el pueblo de toda la maleza que hubiera crecido con los temporales. Este año, debido a la pandemia de Covid-19, la fiesta fue solo realizada por los lugareños, quienes desde temprano comenzaron con la limpia. Y contrario a otras ocasiones, no fueron acompañados por la música de banda, sino de una bocina, y se refrescaron con cerveza. Además, adornaron uno de los callejones con machetes y caguayanas colgando, como símbolo a esta gran tradición. Hombres y mujeres de todas las edades recorrieron calles y callejones con sus afilados machetes eliminando la maleza que creció con las pasadas lluvias.
u Algarabía
Sumidos en la algarabía escuchaban la música de banda salida de una bocina que otra persona cargaba atrás de ellos. Otros más lo hacían con hieleras con cerveza para calmar la sed de los taspanadores, a quienes no les importaban las altas temperaturas. Alberto Torrero, habitante del lugar, señaló que la actividad realizada este domingo fue con la finalidad de que esta tradición centenaria no se pierda, sino todo lo contrario, que cuando se pueda volver a festejar, se haga con más ganas.
Originalmente, a esta festividad acuden cientos de turistas nacionales y extranjeros, generando con ello una gran derrama económica. Estos partían de la entrada del pueblo encabezados por la música de banda, y seguidos por el tradicional “burro bar”, animal que va jalando una carreta en la que transporta un gran barril que contiene bebida de refresco sabor toronja con tequila, que es ofrecido a los taspanadores para que calmen su sed y se ambienten. Después de terminar su faena, estos se concentran en las carpas que son colocadas a un costado de la plazuela, donde el baile es amenizado con tambora.