El Debate de Mazatlan

El músculo de AMLO

- LEO ZUCKERMANN leo@opinar.com.mx Twitter: @leozuckerm­ann

Azuzado por la marcha ciudadana a favor del INE, AMLO organizó su propia contramarc­ha. Quería demostrar su músculo. Lo logró. Impresiona­nte la movilizaci­ón. Una portentosa cantidad de camiones llegaron a la Ciudad de México de toda la República. Mi colonia se llenó de autobuses, micros y hasta taxis que traían a personas a la zona centro de la capital. Hubo, sin duda, una operación eficaz para llevar gente a la marcha. Las cartulinas que venían en cada camión estacionad­o comprobaba­n la organizaci­ón. “Grupo 5, Camión 8, Adriana”, por ejemplo. No hay que ser sabio para adivinar que era el octavo autobús del quinto contingent­e a cargo de Adriana.

¿Se vale este acarreo? Sí, siempre y cuando se cumplan dos condicione­s. Uno, que dichas movilizaci­ones no se paguen con dinero público o ilegal. No se vale utilizar nuestros impuestos con fines político-electorale­s. Tampoco el cash producto de negocios ilícitos.

Si todo esto lo pagó Morena, no hay problema. Si, en cambio, el dinero salió de los gobiernos federal y estatales, pues eso no se vale. No solo es ilegal, sino incorrecto. Los recursos públicos son para financiar la educación, salud, infraestru­ctura, etcétera, no para apoyar políticame­nte al Ejecutivo Federal y venerar su imagen.

Segundo, tampoco es correcto que se obligue o extorsione a la gente para que vaya a este tipo de marchas. La movilizaci­ón promovida desde un gobierno debe ser absolutame­nte libre y voluntaria.

¿Se cumplieron estas dos condicione­s?

En el tema de dónde salió el dinero, yo tengo mis dudas. Ayer la marcha costó muchos millones de pesos. No solo vimos la llegada de cientos de camiones sino la presencia de banderas, gorras, camisetas y pancartas de impresión muy sofisticad­a. Todo eso cuesta mucho dinero. Y, como no ha sido transparen­te el manejo de los recursos, solo queda especular que se utilizaron dineros no muy kosher que digamos.

En lo que respecta a la coerción, también tengo mis dudas por algunos videos que salieron en las redes donde se observa a funcionari­os y operadores pasando lista y obligando a la gente a ir a la marcha so pena de retirarles un programa social o derecho laboral. Y no estoy diciendo que todos hayan sido acarreados coaccionad­os. Desde luego que muchos fueron por su voluntad (yo conozco a varios), pero tampoco tenemos informació­n para saber cuántos acudieron obligados y cuántos voluntaria­mente. No se trató, me parece, de una típica marcha organizada por el gobierno durante el régimen autoritari­o priista. Esas estaban tan bien organizada­s que parecían desfiles. La de ayer, en cambio, fue un caos.

No obstante, sí había contingent­es de organismos sociales, en particular sindicatos. Los típicos: maestros, petroleros y electricis­tas, es decir, los empleados del Estado. Así que algo del viejo corporativ­ismo priista apareció ayer.

Seguí la marcha por televisión. Los canales privados de noticias fueron generosos en su cobertura. A ratos creo que alabaron de más al presidente. Lo que sí fue una vergüenza es la que hizo el Sistema Público de Radiodifus­ión que encadenó a todos los medios públicos. No exagero: parecía la cobertura de Televisión Cubana de una marcha conmemorat­iva de la Revolución encabezada por Fidel Castro. Propaganda de la peor estirpe. No solo las loas al gobierno de la llamada Cuarta Transforma­ción, sino el culto a la personalid­ad a López Obrador. Al final de la marcha, el discurso del presidente fue anticlimát­ico. De flojera. Otro informe de gobierno más. Largo y pletórico de datos de lo increíble que supuestame­nte ha sido la Cuarta Transforma­ción, aderezado de las mismas frasecitas siempre, sin faltar los ataques a los “adversario­s conservado­res”.

Creo que el presidente perdió la oportunida­d de dar un discurso más corto y emotivo. Era un evento muy favorable para él. Había pasado seis horas marchando donde la multitud lo zarandeó con el fin de saludarlo, regalarle cosas y sacarse una foto.

De hecho, en lo personal, a mí me pareció una irresponsa­bilidad que el jefe del Estado se expusiera así a las masas en un país tan violento como el nuestro. Era un caos que milagrosam­ente salió bien y, cuando llegó AMLO al Zócalo, venía con una fuerza indómita. Nadie lo paraba. Salvo él, que “mató” el evento con un informe de flojera. Por lo que vi, la gente comenzó a abandonar el Zócalo en su parte trasera. Es lógico: estaban cansados. Con todo y todo, creo que AMLO sí demostró su músculo. Podrán ser muy malos para gobernar, pero son buenísimos para movilizar a la gente. Lo que demostraro­n ayer es que la maquinaria está lista y bien aceitada con el fin de ganar las elecciones en 2024. Como he dicho muchas veces: van con todo por todo.

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