Marchen… ¡Ya!

Adiferencia de la Marcha Ciudadana que se realizó en defensa de una institución, la que se desarrolló el domingo pasado fue en torno a una sola persona, inmersa en el ego, el capricho y la intencionalidad electoral.

En vez de gobernar bien y para todos, López Obrador azuzó a sus huestes para que le elevaran incienso y acataran la orden como si fuera una agrupación militar. Y si bien resultó la de Morena cuantitativamente mayor a la del domingo que le antecedió, la de la ciudadanía pesó mucho más en lo cualitativo, prueba de ello es que la Reforma Electoral que desde la presidencia se ha pretendido imponer contra el INE, no prosperará en el Legislativo.

Una marcha que además tuvo un elevadísimo costo y de la que nadie sabe hasta ahora con claridad quien la pagó, como tampoco cuántos de los asistentes se presentaron bajo amenaza de perder el empleo, el programa social de que dispone o algún otro beneficio que tienen.

Sabemos que las marchas forman parte de las libertades y de la justa democrática, por lo que son legales y procedentes, pero dejan de serlo y hasta constituyen un delito cuando se sitúan fuera de los plazos electorales, y peor aún, si se emplean recursos públicos para financiarlas.

Nos sigue haciendo entonces falta que las instituciones competentes en estos asuntos, nos clarifiquen todas estas interrogantes con el propósito esencial de que, en caso de haber violaciones a la ley, como se sospecha, sean denunciadas y se castiguen severamente.

Marcha que derivó en el 4º. Informe de Gobierno del presidente López Obrador, también a imagen y semejanza de los repudiados gobiernos priístas, con su malabarismo de datos, cifras y estadísticas, que no solo evidencian ineptitudes notorias, lo mismo en economía que seguridad o salud, entre muchos otros rubros, sino que soslayan grotescamente los grandes problemas y retos de la Nación, por carecer de un proyecto de Nación que a fin de cuentas ha sido substituido nefastamente por la ocurrencia y la improvisación, adicionada por risibles definiciones como el “Humanismo Mexicano”.

A la vista de lo acontecido, ha quedado claro que el peso del Estado operará ventajosamente y hasta ilegalmente en favor de Morena con miras hacia el 2024, y en una de esas, de un Maximato que debería reprobar e impedir la sociedad mexicana en su conjunto, otorgando su voto a una alianza opositora.