Al diablo con la vida
La vida es el don más preciado de la creación, por lo que despreciarla es una negación aberrante. No obstante, las abrumadoras evidencias de que el ser humano desprecia la vida de los demás, que nos indican, como dice una popular canción “la vida no vale nada”, inclusive a veces se hace presente hasta el desprecio a la propia vida, con los cada vez más frecuentes suicidios.
La destrucción del medio ambiente, los cotidianos asesinatos, el aborto, las guerras y otras mil manifestaciones de conductas indeseables, dan cuenta de la degradación humana y lo peor aún, de la indiferencia colectiva.
Pero nada justifica el desprecio a vivir y permitir que se viva. Nada justifica que nos estemos acostumbrando a las muertes violentas, a las masacres que antes hacían que la nación entera ardiera de indignación y hoy es solo una noticia menos importante que el anuncio de triunfo o fracaso de nuestro equipo de futbol.
A veces es muy difícil entender algunas conductas humanas, pero materializar la expresión “al diablo con la vida” es absolutamente imposible.
Imposible entender la razón por la que los humanos no respetemos la vida de los humanos, cómo imposible entender que no respetemos la vida en general.
Y esa imposibilidad de comprensión se magnifica, cuando hemos presenciado escenas de mexicanos que arriesgan su vida por su prójimo, cuando tenemos noticias de conductas ejemplares que sublimizan la grandeza de nuestro pueblo.
Entonces, ¿Qué nos pasa? ¿En qué momento y por qué razón perdemos el camino?
Al diablo con la vida, la vida no vale nada y no valdrá mientras veamos con indiferencia como se la quitan al de enfrente, al de al lado al amigo o al desconocido.
Hagamos todos que la vida valga lo que realmente vale la vida, que es el don más preciado del ser humano.
Hagamos de nuestra patria un oasis de bienestar, respeto y paz.
Hagamos de México lo que desearon quienes dieron la vida por esta maravillosa tierra.
Por un México digno y unido hagamos un pacto.