Más protestas por lo de mi biblioteca
CORAL GABLES, FLORIDA (VIP-WIRE). “La inteligencia es como la ropa interior: la llevamos oculta, y debemos saber escoger a quién se la mostramos”… Anónimo.
Hoy y mañana, como de costumbre, son Días del Correo. Por favor, envía tu nombre y la población o ciudad desde donde escribes. Ricardo M. Bermúdez, de Caracas, pregunta: “¡¿Cómo es posible que haya donado su biblioteca al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano y no al de Venezuela, ya que este es su país y fue elevado al Salón de aquí? ¡Usted ama a México y odia a Venezuela!”.
Amigo Chardo: Varias veces he explicado que doné mi biblioteca al Salón de la Fama de Venezuela. Incluso, de allá vinieron a ver el material. Pero me dijeron que no tienen el espacio necesario.
Esa biblioteca pesó mil 550 kilos, más de tonelada y media. Incluso, aquí tengo 500 kilos más de libros y otros textos, que recibirán en Monterrey tan pronto cuando yo muera. En México edificaron un local especialmente para ese material, que es manejado por bibliotecarias y bibliotecarios profesionales.
Todo lo que yo pueda donarle a México es nada ante lo mucho que he recibido y sigo recibiendo de los mexicanos, especialmente en cuanto a amistad y acerca de mi profesión. Y sí, amo a México, amo a Venezuela y amo a toda la humanidad.
El umpire profesional Juan Loaiza, de Caracas, opina: “Hace poco te envié un correo donde emulaba tu estilo, al escribir un niño una carta a su padre, en la cual expresaba su preocupación, como jugador del beisbol, por teñirse el cabello de rubio, rojo o azul, dejarse horrible barba e ingerir todo tipo de sustancias nocivas, porque cree que solo así sería mejor pelotero. Ahora, otro virus maligno, el del ‘perreo’. Hermano, esto no va a acabar con el beisbol, pero sí deteriora su imagen”.
Ennio Minarini, de Montreal, pregunta: “¿Por qué Willians Astudillo no se estableció en Grandes Ligas y se fue a Japón?, me pregunta un amigo, y no tengo respuesta”.
Amigo Neno: Willians estuvo cuatro años con los Twins y uno con los Marlins, sin consolidarse en las Mayores. Quedó libre y fue afortunado al conseguir el contrato japonés.
Juan L. Bonilla, de Ensenada, pregunta: “Deseo leer una biografía de Pete Rose. ¿Cuál me recomienda?”.
Amigo y tocayo: Ya he leído 12 biografías de Pete. Escoge entre Charle Hustle, de Mike Towee; Hustle, por Michael Sokolove, o Pete Rose: My story, por Pete Rose y Roger Kahn. Esta última es la más costosa, pero también la mejor.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.