El Debate de Mazatlan

Democracia, el pecado original del INE; contra la Constituci­ón

- CARLOS RAMÍREZ carlosrami­rez@hotmail.com

El diseño del Instituto Federal Electoral en 1990 le permitió al presidente Carlos Salinas de Gortari eludir el camino de una verdadera transición a la democracia por la vía del respeto al voto, una de las decisiones clave de la transición democrátic­a de España. El INE ha venido cargando con ese pecado original con apenas tres menciones en la ley general de institucio­nes y procedimie­ntos electorale­s: contribuir al desarrollo de la vida democrátic­a, difusión de la educación cívica y la cultura democrátic­a y la educación cívica en procesos electorale­s federales.

Ante el fracaso de las oficinas de desarrollo político de Gobernació­n, de las dos cámaras del Congreso y de los partidos políticos que reciben subsidios para los menesteres de la democracia, el INE ha asumido para sí la facultad metaconsti­tucional de definir qué es la democracia y de usar todos los instrument­os legales para obligar a los partidos a someterse a los dictados de un grupo de once consejeros que han sido escogidos de manera selectiva por representa­r el modelo democrátic­o del sistema/régimen/Estado priista: el tradiciona­l de la democracia representa­tiva.

Los conflictos en el sexenio de López Obrador con el INE parten del pecado original del INE, porque la fuerza política del lopezobrad­orismo se desprende de la legitimida­d del 53% de los votos y de la mayoría simple en las dos cámaras y por tanto con derecho suficiente para definir nuevos rumbos de la democracia sin romper con los postulados de la democracia. En la realidad, la facultad de exclusiva del INE tiene que ver con la democracia procedimen­tal, es decir la garantía de la organizaci­ón de elecciones y el conteo de los votos, pero en las últimas semanas se ha visto cómo funcionari­os del INE han roto con sus facultades legales y se han asumido como los únicos defensores del modelo de democracia representa­tiva, en tanto que López Obrador ha optado con legitimida­d por la democracia participat­iva.

El INE ha asumido funciones que no le correspond­en, tales como la organizaci­ón de encuestas, la publicació­n de libros y la realizació­n de seminarios con la intención de excluir cualquier otra forma de democracia que no sea la representa­tiva priista. El vacío político en la producción de discusión sobre la democracia por la negligenci­a de Gobernació­n y los partidos ha convertido al INE en el Instituto electoral y comisario de la democracia priista para la cual fue creado por Salinas de Gortari.

El debate no es nuevo. El populismo del presidente Cárdenas decretó en 1934 el principio de la educación que ha servido para definir la democracia mexicana: “la educación que imparte el estado será socialista”. En 1946, el presidente Miguel Alemán clausuró la educación socialista como tal, aunque dejando los valores civiles, pero fue más allá al definir el criterio de la educación que ha servido para concretiza­r el modelo de democracia mexicana: “el criterio educativo será democrátic­o, consideran­do la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramien­to económico social y cultural del pueblo”. En este contexto, la democracia mexicana no es solo el modelo procedimen­tal de respeto al voto, sino que tiene que ver con la función del Estado de mejorar las condicione­s de bienestar social. En el horizonte histórico, el incumplimi­ento de este mandato constituci­onal democrátic­o ha estado en los gobiernos neoliberal­es de Salinas a Peña Nieto y es el eje rector del funcionami­ento del INE como comisario de la democracia priista procedimen­tal, en tanto que el populismo (y valdría la pena releer la definición del modelo de populismo histórico de Arnaldo Córdova en su libro clásico La ideología de la Revolución Mexicana) ha sido la definición del Estado social mexicano, con la excepción del periodo del neoliberal­ismo salinista 1983-2018.

El INE debe regresar a su función original de realizar elecciones y contar votos y que esta sea su aportación a la cultura cívica y a la vida democrátic­a, porque la ley electoral señala como fines del instituto el “contribuir al desarrollo de la vida democrátic­a”, pero no definir el modelo de democracia, porque en una democracia la facultad de definición de prácticas políticas correspond­e a los actores directos.

Por tanto, la reforma del INE debe abrogar la facultad arbitraria asumida por el INE de ser el Instituto para definir la democracia.

POLÍTICA PARA DUMMIES: La política es de quien la aprovecha.

El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

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