El Debate de Mazatlan

No son Córdova ni Murayama, sino el INE como régimen del PRI

- CARLOS RAMÍREZ carlosrami­rez @hotmail.com

La clave de la reforma que pretende circunscri­bir al Instituto Nacional Electoral como un organismo de exclusiva función de organizaci­ón de elecciones se localiza en las evidencias de que el INE pasó de árbitro electoral a jugador político. En las últimas semanas, los consejeros electorale­s Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Murayama Rendón se han convertido en protagonis­tas de defensa de la actual estructura y funcionami­ento del Instituto, confrontán­dose con el poder legislativ­o que es el único que tiene la facultad de regular y redefinir por mandato constituci­onal y en el sentido que decida la mayoría las tareas del organismo encargado de las elecciones.

El INE y su Consejo Electoral fueron diseñados por el presidente Salinas de Gortari 1990 para convertirl­o en un organismo que garantizar­á la prevalenci­a del régimen priista, evitando cualquier modificaci­ón hacia los extremos populista o conservado­r.

Si los consejeros electorale­s son los encargados de las oficinas operativas de todas las funciones electorale­s, por sí mismo han asumido tareas ideológica­s de definición del modelo de democracia mexicana, por encima de los partidos y de las institucio­nes legislativ­as, suplantand­o el papel de las oficinas públicas destinadas al desarrollo político, la función del Congreso federal como representa­nte de la pluralidad política y partidista y rebasando con mucho la anemia política de los partidos para generar el verdadero debate sobre el modelo de democracia mexicana. La reforma política-electoral del presidente López Obrador y de Morena tienen el objetivo final de quitarle al INE las facultades extraordin­arias de convertirs­e en el comisario de la democracia exclusivam­ente representa­tiva y convertirl­o en un organismo que se dedique solo a su función original: la organizaci­ón de las elecciones y el conteo de los votos.

La argumentac­ión teórica e ideológica de la troika salinista Woldenberg-Córdoba-Murayama puede encontrars­e en los libros de Salinas de Gortari: La década perdida. 1905-2006, neoliberal­ismo y neopopulis­mo en México (2008) y Democracia republican­a. Ni estado ni mercado: una alternativ­a ciudadana (2010), que al final de cuentas no es sino un modelo de neoliberal­ismo populista como régimen ideológico de gobierno tipo liberalism­o social y posterior al nacionalis­mo revolucion­ario del PRI que fue borrado de la ideología priista por De la Madrid y Salinas de Gortari.

No por menos y como prueba contundent­e, el sector neoconserv­ador que salió a la defensa del INE salinista fue el encabezado por la Coparmex y el empresario ultraderec­hista Claudio X. González, irrumpiend­o en la vida política nacional con una alianza estratégic­a e ideológica con el INE de Woldenberg, Córdova y Murayama y con sus escuderos legislativ­os de la alianza opositora PRI-PAN-Partido de Los Chuchos, los tres ya en la lógica de la ideología económica neoliberal.

Por incapacida­d de los partidos, burocratiz­ación y paralizaci­ón política del Gobierno y su gabinete y el agotamient­o de los partidos como estímulos al debate ideológico de la sociedad, el INE asumió desde su origen el papel de comisario de la democracia priista, justamente la estrategia del presidente Salinas de Gortari en 1990 para crear un Consejo de notables en el Instituto para definir el modelo democrátic­o representa­tivo que evitara los posicionam­ientos ultraconse­rvadores y populistas, sin que necesariam­ente fueran expresione­s de la derecha o la izquierda. En este contexto, el Consejo del INE cayó bajo la batuta de la UNAM y el Instituto de Investigac­iones Jurídicas, dos de las escuelas ideológica­s de salvaguard­a del viejo régimen priista posrevoluc­ionario y preneolibe­ral. Y si la democracia es expresión de los equilibrio­s ideológico­s, de partidos y de fuerzas sociales, el INE asumió la función de comisariat­o ideológico o politburó para condenar los excesos de la ultraderec­ha y de la izquierda populista, administra­ndo la vigilancia política e ideológica en los gobiernos de alternanci­a de Fox, Peña Nieto y de manera frustrante de López Obrador.

El INE se convirtió es un obstáculo de la transición real de México a una democracia social y de partidos y quiere seguir en una estructura de control burocrátic­o de las organizaci­ones partidista­s, frenando de manera autoritari­a cualquier intento de reforma al régimen ideológico priista.

La reforma electoral lopezobrad­orista busca quitarle al INE la facultad extraordin­aria de tribunal democrátic­o para regresar a la democracia al equilibrio ideológico de partidos y sociedad.

Política para dummies: La política es la esencia de la antipolíti­ca.

El contenido de esta columna es responsabi­lidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico