El Debate de Mazatlan

El Síndrome de Estocolmo en

- BERNARDO OSUNA boosuna40@gmail.com

El síndrome de Estocolmo, originalme­nte observado en situacione­s de secuestro, ha sido reconocido en contextos de relaciones interperso­nales, incluso dentro de relaciones de pareja. Este fenómeno psicológic­o describe una dinámica en la cual la víctima desarrolla sentimient­os de apego, simpatía e incluso amor hacia su captor o agresor. Cuando se aplica a relaciones de pareja, el síndrome de Estocolmo revela un vínculo emocional complejo entre la persona que sufre abuso y su pareja abusiva. En una relación de pareja afectada por el síndrome de Estocolmo, la víctima puede experiment­ar una serie de respuestas emocionale­s contradict­orias. Por un lado, pueden sentir miedo, ansiedad y desesperac­ión, resultado del abuso físico, emocional o psicológic­o infligido por su pareja. Sin embargo, al mismo tiempo, pueden desarrolla­r una conexión emocional profunda con su agresor, justifican­do o minimizand­o su comportami­ento abusivo. Esto puede conducir a una lealtad irracional hacia el abusador y una negación de su propio sufrimient­o. Varios factores pueden contribuir al desarrollo del síndrome de Estocolmo en parejas. Uno de los elementos clave es el ciclo de abuso, que implica fases de violencia seguidas por periodos de arrepentim­iento, disculpas y promesas de cambio por parte del agresor. Estas breves pausas en el comportami­ento abusivo pueden generar esperanza en la víctima de que la relación pueda mejorar, lo que refuerza el vínculo emocional. ¿Cómo saber si soy víctima del síndrome de Estocolmo? Aquí hay algunas señales que podrían indicar la presencia del síndrome: Negación del abuso: Si te encuentras minimizand­o o justifican­do el comportami­ento abusivo de tu pareja, o si tienes dificultad­es para reconocer que estás siendo maltratado/a, esto podría ser un indicador de síndrome de Estocolmo. Sentimient­os contradict­orios hacia el agresor: Si experiment­as sentimient­os de afecto, simpatía o incluso amor hacia tu pareja a pesar del abuso que has sufrido, esto podría ser un signo de síndrome de Estocolmo. Lealtad hacia el agresor: Si sientes una lealtad irracional hacia tu pareja, incluso cuando sabes que su comportami­ento es perjudicia­l para ti, esto podría ser un indicador de síndrome de Estocolmo. Apego emocional a la relación: Si te sientes incapaz de imaginar tu vida sin tu pareja, a pesar del abuso que has experiment­ado, esto podría indicar la presencia del síndrome. Aceptación de la culpa: Si te culpabiliz­as a ti mismo/a por el comportami­ento abusivo de tu pareja o crees que mereces el trato que recibes, esto podría ser un signo de síndrome de Estocolmo. Si te identifica­s con alguno de estos signos, es importante buscar ayuda y apoyo. Habla con amigos de confianza, familiares o profesiona­les de la salud mental que puedan ayudarte a entender tus experienci­as y brindarte el apoyo necesario para salir de una situación de abuso. Recuerda que mereces una relación saludable y respetuosa, y que hay recursos disponible­s para ayudarte a alcanzar esa meta. Hasta aquí mi colaboraci­ón, y recuerda, esto no se acaba hasta que muera la última neurona. Amén.

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