De este ‘cuero’ sí salen más correas
Por tres generaciones han logrado mantener el legado y tradición de la región al crear calzado típico de la entidad Desde los 13 años, Saúl Sepúlveda, junto a sus hermanos, aprendió el oficio de zapatero de su padre Guadalupe
En un pequeño local del municipio de Guasave se encuentran los hermanos Sepúlveda, una familia “de cuero”, que ha luchado contra viento y marea ante las nuevas tendencias en calzado y han logrado mantener vivas las tradiciones mexicanas al crear calzado regional hecho completamente a mano.
El señor Saúl Guadalupe Sepúlveda y su hermano Aden Pastor Sepúlveda tienen más de 30 años con el oficio del calzado. Aprendieron de su padre, Guadalupe, y se ha transmitido la enseñanza hasta la cuarta generación.
Una familia de cuero
Saúl relató que su abuelo empezó hace 70 años en el oficio del calzado regional. La enseñanza se transmitió en cada nueva generación. Con una sonrisa recordó cómo su padre, Guadalupe Sepúlveda, les enseñó a él y sus hermanos cómo hacer calzado desde cero, pues antes ni siquiera existían máquinas para coser ni cortar el cuero, por eso todo lo tenían que hacer a mano, desde huaraches, fundas, carrilleras (cinturones revolucionarios donde se colocaban las balas).
”Desde la edad de los 13 años comencé a ayudarle a mi ‘apá’. Llegaba de la escuela y me ponía ayudarle ahí en la casa. Lo primero que hacíamos eran los remaches y nos ponían a barrer. Así nos encarrilamos en el oficio. Ahorita ya tengo 47 años, ya van 33 años que estoy en este oficio”, destacó. Actualmente se encuentra la cuarta generación, pues Saúl y su hermano Aden han comenzado las clases de calzado para que sus hijos aprendan un oficio con la finalidad de tener las herramientas para salir adelante en la vida.
De a poco comenzó a aprender a hacer calzado, lo que le ayudó para salir adelante en la vida, debido a que su padre siempre les hablaba de la importancia de tener un oficio o una carrera técnica.
Con el oficio del calzado, Saúl logró juntar dinero para estudiar una licenciatura en derecho, pero como el campo laboral es muy demandante, fue complicado el poder ejercerlo, por eso agradeció mucho que su padre le enseñara un oficio y a sus hermanos.
Dificultades
Al pasar el tiempo, las familias que se dedicaban al oficio del calzado, quienes lo creaban desde cero, se tuvieron que afrontar a la diversidad de calzado que comenzó a llegar al municipio de Guasave desde Guadalajara. Los jóvenes fueron optando por otros calzados, es por ello que se fueron adaptando con nuevos modelos para poder subsistir ante la competencia.
”Tal vez a los hijos de ellos no les gustó seguir con el oficio y sí hay demanda de ese calzado, pero a lo mejor la llegada de calzado de otros estilos de Guadalajara a la mejor los desplazó a los huaracheros y nosotros hemos persistido aquí en la región”, destacó.
Contó que desde hace 35 años se vieron en la necesidad de ir comprando maquinaria para cortar y coser el calzado, porque antes se hacía a puro cuchillo y martillo. Todo el corte de la suela proviene de una llanta y esta era cortada a cuchillo y navaja, pero en busca de la perfección adquirieron nueva maquinaria para tener molduras listas para hacer el calzado.
Actualización
Hace más de 10 años, los jóvenes venían con imágenes en sus teléfonos para que la familia Sepúlveda los replicara, con eso lograron actualizarse a través de los años. Posteriormente llegaron las redes sociales, en las cuales lograron posicionarse y difundir su página en Facebook. “Tuvimos que actualizarnos para poder seguir vendiendo. Mandamos hacer nuevas molduras a como está la demanda, lo que va pidiendo la juventud. Por ejemplo, ahora se vende calzado de tres puntadas. Es nuevo, antes se usaba puro huarache de capellada. El primero que existía era el huarache de correa de cuatro arpones”, destacó.
Ahora con las redes sociales, se han expandido no solo a las zonas serranas, sino también al extranjero, donde muchas personas solicitan el calzado debido a su comodidad. ”Viene mucha gente de Estados Unidos y nos mandan pedir de la frontera. Mandamos para Los Cabos, Mexicali, Nogales, Caborca, a muchas partes. Vendemos de mayoreo a menudeo. Nuestra página se llama Huarachería La Sin Rival, porque no tenemos rival. Así le puso mi padre. Ahí nos pueden encontrar en las redes sociales”, destacó.
Se siente muy bonito que nuestros hijos sigan el legado y también que nos busque gente del extranjero"