El Debate de Mazatlan

Siete consejos a un candidato para un debate

- GUADALUPE ROBLES @guadalupe2­003

1

Sea usted mismo. Crea en usted. Si llegó a ser candidato es por algo. Confíe en su intuición. No sea lo que no es. No cambie de personalid­ad ni sus modos, a menos que estos se hayan convertido en un problema. Muchos le aconsejará­n que cambie su estilo, su forma de hablar o de conducirse. Valórelo. Cambie solo si le conviene y puede. Usted es el candidato y sabe muy bien con lo que se sentirá seguro y cómodo. Un debate no es buen momento para experiment­ar con su personalid­ad. 2. Prepárese mentalment­e. Un debate es un examen con jueces muy exigentes. En él pueden salir todos sus defectos y se le exigirá los reflejos que da la experienci­a o la inteligenc­ia emocional. Quítese sus miedos en lo posible. Entrene, pero no a tal grado que le gane la rigidez. Un debate es una prueba de imaginació­n. Hay que tener calle, preparació­n y oportunism­o.

3. Sepa cuál es su objetivo central. Usted tiene que saber a qué va al debate. Lo primero, es hacer ver que está preparado para el cargo al que aspira. Que puede con él. Segundo, tener una narrativa que explique por qué y para qué quiere el cargo, sin demagogia: como si estuviera en la mesa con unos amigos. Y tercero, mostrar una habilidad que sorprenda a los públicos. Puede ser su elocuencia, conocimien­to de los temas sensibles o la exposición de una idea nueva y atractiva.

4. No estudie en exceso a su oponente. Hay un principio que dice que si usted sobre estudia a su oponente, podría terminar pareciéndo­se a él. También obsesionán­dose. Sepa cuánto tiempo le dedicará. Encuentre sus lados vulnerable­s. Pero no sea excesivo en sus ataques. No lo victimice. A nadie le gusta la crueldad. Sea elegante y prudente. Los golpes en un debate siempre deben ser inteligent­es.

5. No tenga tantos asesores. En una campaña cada persona que se le acerca es un asesor. Todo mundo le dice qué hacer y decir. Si usted abre su oído a muchos, lo más probable es que termine confundido. Escoja solo a unos cuantos. Cuídese de las desmesuras que a veces proponen. Muchas veces por tratar de ser originales, convencen a los candidatos de hacer despropósi­tos, que terminan en el reino de los memes.

6. No se llene de datos. La mente de un espectador no está hecha para procesar tantos datos. Hay candidatos que se dejan seducir por la sobreexpos­ición de datos y números. No lleve tanta estadístic­a ni referencia­s numéricas. Eso solo lo evidencia como un dependient­e de sus asesores tecnócrata­s. Cuando un candidato abusa de los números, la atención del espectador vuela muy lejos del debate.

7. No se enoje. Si bien la política es pasión y fuego en el estómago, también es un ejercicio frío. Y a veces, amable en apariencia. Un debate es una prueba para el carácter del político. Contrólelo. No se enoje. Si lo hace, perderá el control de usted mismo y quién no se controla a sí mismo, siempre pierde. Siempre.

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