RAFAEL SANTANDREU
Psicólogo
El psicólogo Rafael Santandreu se muestra convencido que las cosas no hay que cambiarlas desde la queja sino desde la ilusión; por eso, asegura que para hallar la felicidad hay que dejar de ser “drama qeens” y “drama kings” y centrarse en tener proyectos ilusionantes.
Lo asegura en una entrevista con EFE con motivo de la publicación de su último libro “No hagas montañas de granos de arena (y todo son granos de arena)” (Grijalbo), que considera como un “manual” con el objetivo de reeducar la mente para que el lector pueda conseguir la felicidad.
Las causas
A juicio del psicólogo, tres de los obstáculos que impiden al ser humano alcanzar esa felicidad son, por un lado, el tener la creencia errónea de que los hechos que nos ocurren son los que nos ponen felices o infelices, cuando en lo que hay que centrarse es “en que la clave del mundo emocional es uno mismo”.
El segundo error es la carga de necesidades: “Cada necesidad creada, inventada es una carga”, asegura Santandreu, quien sostiene que la solución es “volverse ligero de equipaje”.
Un tercer obstáculo es la pérdida de la capacidad de disfrutar de las cosas pequeñas, tales como mirar por una ventana durante un viaje en tren y de ahí que sea partidario de tratar de hacer las cosas a un tercio de la velocidad a la que se hacen hoy en día.
En el libro abunda en la psicosomática y cómo la mente puede producir sintomatología física “muy bizarra” tras lo que opina durante la entrevista que en España se hace un uso “exagerado” de los psicofármacos que hay que combatir “claramente” porque “en muchísimos casos están haciendo más mal que bien”. Santandreu está convencido de que casi todo el mundo puede reeducar su mente para alcanzar la felicidad y cree que el libro puede facilitarlo pero se necesita un trabajo “serio, intenso y diario”.
Cuestión de voluntad
También pueden hacerlo, aclara, incluso aquellos que se encuentran en situaciones más desfavorecidas, como, por ejemplo, un amigo suyo al que le amputaron las cuatro extremidades y que, a pesar de ello, es una de las personas más felices que ha conocido. “Esas son lecciones muy importantes, porque lo que nos explican es que todos tendremos adversidades a lo largo de nuestra vida, nadie se liberará, pero cómo nosotros procesamos eso que nos sucede es la clave”, subraya.
Ejemplos sobran
Considera que el ser humano es victimista y explica que uno de los componentes de la neurosis es la queja y cuanto más dramática, peor, por eso pone de ejemplo al científico Stephen Hawking, quien a pesar de su estado de salud -padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA)- tenía una norma personal, que era que quejarse es “inútil” y “una perdida de tiempo”.
“No quejarse no significa no querer mejorar las cosas o no tener grandes proyectos ilusionantes, pero no desde la queja, sino desde la ilusión, por hacer cosas bonitas, por uno mismo y por los demás (...) Somos drama queens y drama kings y hay que dejar de serlo si quieres ser feliz”, destaca Santandreu.
A su juicio, el 90 % de la soledad de la que se queja la gente “no existe”, sí afirma que hay una real, como la que puedan sentir muchas personas mayores que ni pueden salir de casa, pero otras no son reales, como las de las rupturas amorosas.
“No estás solo. Y la primera razón es que alrededor tuyo está el género humano, es decir, tus hermanos y hermanas potenciales, gente que tiene un hambre de amar brutal y están ahí fuera. Por lo tanto, esa idea de soledad está en tu cabeza (...) No te vas a poder sentir más amado y acompañado que si tu abres tu corazón a los demás”, reflexiona Santandreu. Y resalta que no querer tener razón proporciona paz y que en el campo de la política, se ven “muchas malas formas y comportamientos irracionales” para imponer un visión, algo que cambiará, dice, si la sociedad también lo hace.
“¿Y cómo cambiar la sociedad? Cambiando nosotros, tú mismo, tú el primero”, asevera.