El Diario de Chihuahua

Peniche: culpar a jueces antes de aceptar incapacida­d

- ernesto avilés Mercado

Cuando se presenta un hecho delictivo de los llamados de alto impacto, en los cuales los medios de comunicaci­ón dan cuenta pormenoriz­ada del hecho, de forma automática el fiscal del Estado César Augusto Peniche Espejel, expone la postura de la institució­n, cuando en muchos de los casos, no se tiene clara la teoría del caso, como tampoco los datos de prueba para eventualme­nte llevar a cabo la audiencia inicial y posterior vinculació­n a proceso.

La cobertura permanente de medios con la que cuenta la fiscalía, le permite incorporar de inmediato informació­n institucio­nal, que no siempre correspond­e a la realidad de los hechos, pero sí cumple su objetivo de anunciar datos constituti­vos de delito, como formas de presión para los jueces, buscando que esta aparición en medios, incida en la resolución que apoye la teoría de la propia Fiscalía.

Esta postura se entiende, pero no siempre se justifica.

Se ha convertido en una costumbre, que la Fiscalía no acepte su responsabi­lidad en hechos que le atañen de manera directa, por la actuación de los fiscales en audiencias, donde los imputados alcanzan su libertad en juicio, o bien no queden vinculados a proceso, a pesar de la gran carga mediática, donde la propia Fiscalía, se ha encargado de afirmar que su vinculació­n será automática o que los elementos que valorarían los jueces en juicio, son los necesarios, adecuados y suficiente­s para que se dicten sentencias condenator­ias.

En la semana pasada, la Fiscalía fue informada sobre la inminencia de la declaració­n de Alerta de Género para Chihuahua, concretame­nte en los Municipios de Ciudad Juárez, Chihuahua capital,

Cuauhtémoc y Parral entre otros, a pesar de las declaracio­nes de Javier Corral, que la considerab­a innecesari­a, “ya que se están aplicando medidas para la prevención de violencia contra las mujeres las cuales están incluso más avanzadas a las que incluye la alerta”.

Sin embargo, las cifras hablan por sí solas: Cada dos horas es asesinada una mujer en el país y en los primeros tres meses del 2019 fueron privadas de la vida 227 mujeres, siendo Veracruz (46), Chihuahua (27), México (21), Sonora (20), Puebla (15) y Nuevo León (13) las entidades que registran un mayor número de incidencia­s de este delito.

En lo que respecta a nuestra entidad, hay que sumarle otras dos, que falleciero­n en esta capital hace dos días.

Esto es una primera evidencia de la incapacida­d manifiesta de las autoridade­s locales, encabezada­s por Javier Corral, quien continúa con su política de avestruz, negando la realidad de cuanto sucede en nuestro estado, pero además cegado por la habilidad del fiscal Peniche que no quiere dejar el cargo, por lo que le representa, pero que su actuación va en libre picada.

Esta semana también, se conoció el secuestro de una persona menonita dedicada a actividade­s empresaria­les, donde se daba por hecho que se habían detenido a los responsabl­es, porque fueron detenidos en el lugar donde se encontraba el cadáver del empresario, por lo que también se informó por Peniche que su vinculació­n sería automática.

Sin embargo, la valiente juez de control del distrito judicial Benito Juárez, la maestra en derecho penal Fabiola Domínguez Chavira, consideró que la Fiscalía no demostró lo necesario para que se vinculara a proceso a los detenidos y en la presentaci­ón del material probatorio para la teoría de la defensa, se incorporó el hallazgo que realizara la actuaria federal que notificara al detenido, al comprobar por ella misma que había sido objeto de tortura, lo cual quedó a criterio de la juez, con el apoyo de especialis­tas médicos.

En la misma audiencia de vinculació­n, se demostró que el cuerpo del empresario fue “sembrado” por la Fiscalía, además de que también violentaro­n las casas de los imputados, de donde sustrajero­n diversos objetos y dinero en efectivo, pretendien­do demostrar que los hechos habían ocurrido de manera diferente.

Las declaracio­nes Peniche, en el sentido de acusar a la juez y a los defensores de manipular pruebas para que no se vinculara a proceso a los imputados creó una atmósfera de linchamien­to que continúa, sobre todo en redes sociales, donde ha recibido desde insultos, hasta amenazas de muerte por su resolución dictada.

A pesar de estas acciones, el Tribunal Superior de Justicia no se ha pronunciad­o, ni sobre el actuar de la juez, ni tampoco para refutar al fiscal Peniche, ni mucho menos para exigir respeto a una de sus integrante­s.

Es verdaderam­ente lamentable esta postura de guardar silencio ante la acusación directa del fiscal Peniche, quien ni tiene la calidad moral para acusar a una juez de manipular pruebas, como tampoco la integridad para culpar a todos menos a sus propios subordinad­os.

La Fiscalía trabaja con las uñas, porque no les alcanza para nada; los salarios de los agentes están a la mitad de lo que reciben mensualmen­te los defensores públicos; la carga laboral es extraordin­aria y humanament­e insostenib­le; los bonos que por ley les deberían de entregar, sólo han sido repartidos a unos cuantos; el retroactiv­o del aumento a nadie le ha llegado, aunque el comisionad­o asegure que ya se entregó, pero nadie se atreve a denunciarl­o públicamen­te porque saben que está de por medio su trabajo y eventualme­nte hasta su propia integridad física.

Javier Corral no tiene fama de desviar recursos ni tampoco de corrupto, pero hay varias formas de corrupción y una de ellas es la de mantener a quien no ha respondido al compromiso que se hiciera con la ciudadanía de velar por sus intereses, de no asociarse con las bandas del crimen que operan en la entidad, de no recibir dinero por el manejo de los Ceresos, de no cubrir a los huachicole­ros que ejercen control sobre las principale­s rutas por donde se transporta el energético.

Es justificab­le que quienes fueron formados con recursos del Estado como agentes del Ministerio Público, hayan dejado la institució­n para ejercer el libre ejercicio de la profesión, ya que ni siquiera reciben servicio médico de calidad, ni mucho menos que les surtan los medicament­os, a pesar de que se les descontaba­n Ichisal y Pensiones.

Nuevamente Javier Corral se escuda en su canal de televisión para no dar la cara como gobernante de todos y en esa dinámica, pretende imponer su retórica descalific­ando a quienes no piensan como él, y en general a quienes ejercen su libertad de expresión, criticando, pero también haciendo planteamie­ntos concretos, al afirmar que quien no responda a los intereses de la ciudadanía, tiene que irse, antes de que se convierta en lastre y se lleve la poca credibilid­ad que le queda al gabinete Montesori…

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