“SOY UNA ACTRIZ, no UNA ESTRELLA”
Rosa María Bianchi asegura que hacer televisión significaba “prostituir” la actuación; se cansó de preparar a las nuevas generaciones de actores
Ciudad de México-- Para Rosa María Bianchi, quien suma casi medio siglo de trayectoria en los escenarios teatrales, televisivos y cinematográficos, existen dos carreras en la actuación: una es la de las estrellas y la otra es de las actrices.
Las estrellas trabajan con su físico y explotan su personalidad, mientras que las actrices trabajamos con los personajes”, explicó la actriz argentina radicada en México desde 1971.
Siempre estuve consciente de que mi tipo físico, mi energía y manera de ser no eran los de la protagonista de una novela. Los productores siempre me vieron como la antagonista y no me importó, porque yo solo quería ser actriz”, platicó Bianchi.
Estelarizar una telenovela, dijo, no debe ser el fin del actor, pues considera que su propósito es el de contar historias con el apoyo de todo un elenco.
Dentro de ese elenco algunos tendrán más carga que otros y aquello que desencadena una situación no siempre repercute en el estelar. Aunque en teatro se dieron las circunstancias de protagonizar, lo cierto es que nunca busqué el primer crédito en televisión”, subrayó.
Su ilusión fue ser bailarina clásica
La ilusión de Rosa María Bianchi fue convertirse en bailarina clásica, pero la crisis económica en su natal Argentina la hizo viajar a México, donde incursionó como actriz de teatro. Después saltó a la televisión y hoy es una de las consagradas en el arte que ha preparado a varias generaciones de histriones.
Fue en 1969 cuando visitó México por primera vez. Tenía 22 años y estando aquí tuvo la oportunidad de asistir a varias obras de teatro que dejaron en ella una gran necesidad por subir al escenario.
La economía en Argentina siempre ha sido muy inestable. Al concluir la prepa, mis papás no podían pagarme una carrera de actuación y tuve que trabajar para lograr pasear en México. Estando aquí, conocidos me dijeron que acá podría hacer lo que allá no y me lancé a la aventura”, recuerda la argentina.
Cuna de Lobos, su primera telenovela
La experiencia en Cuna de lobos como la secretaria “Bertha Moscoso” y después bajo el nombre de “Michelle Albán”, fue brutal gracias al éxito que la historia alcanzó a nivel internacional.
Una televisora comenzó a ofrecer sus exclusividades, y recuerdo haber tenido miedo porque no me fuera a tocar, pues tenía que pagar las colegiaturas de mis hijos que aún seguían en la primaria. Por fortuna me consideraron y apenas hace dos años se me terminó”, afirma la actriz.
Fueron tiempos en los que vivió de manera holgada, pues le decían que su exclusividad sería vitalicia. Hacía una telenovela cada dos años y, a diferencia de otras actrices, tenía la oportunidad de escoger los proyectos en los que deseaba participar.
Cuando me la quitaron no me enojé, al contrario, quedé muy agradecida porque durante muchos años viví muy bien, estuve apapachada y tranquila en lo económico. Nunca tuve que hacer algo que me obligaran y hasta viví año y medio en Argentina sin perder mi exclusividad. Hoy las cosas cambian y yo siempre acepto los cambios”.