El Diario de Chihuahua

Inercia neoliberal

- JAQUE mate sergio sarmiento Twitter: @Sergiosarm­iento

No se puede llevar a cabo una nueva política con los mismos esquemas de la política neoliberal tecnocráti­ca”.Andrés Manuel López Obrador

Ciudad de México.- El presidente López Obrador dijo ayer que Carlos Urzúa, quien renunció a la Secretaría de Hacienda el 10 de julio, había defendido un “continuism­o neoliberal” en el Plan Nacional de Desarrollo: “Era una concepción todavía en la inercia liberal y había que marcar la diferencia”. En su carta de renuncia Urzúa señalaba, en contraste, que se han tomado decisiones sin sustento y sin considerar que las políticas públicas deben estar exentas de ideologías de izquierda o de derecha.

Es muy claro que la renuncia de Urzúa se debió a diferencia­s ideológica­s con el presidente. Al contrario de lo que ocurría en el período del desarrollo estabiliza­dor, que el presidente ha señalado como ejemplo del rumbo que debe seguir el país, López Obrador no permite que las decisiones económicas las tome el secretario de Hacienda, como ocurría con Antonio Ortiz Mena. Busca, de hecho, concentrar todas las decisiones, incluso las más técnicas. Cuando ayer se le preguntó a Andrés Manuel qué haría si el nuevo secretario de Hacienda, Arturo Herrera, se opusiera a las “obras prioritari­as” de su gobierno, la respuesta fue: “Lo convenzo. Fíjense que tengo maneras de convencer, tengo argumentos”.

Los ideólogos del lopezobrad­orismo no tardaron mucho en lanzarse contra Urzúa, como lo hicieron con Germán Martínez tras dejar el IMSS. La renuncia de Urzúa “era previsible”, comentó en Twitter el coordinado­r de los senadores de Morena, Ricardo Monreal. “No es fácil adaptarse a un proyecto cuyo objetivo es sacudirse el neoliberal­ismo; los intereses son fuertes; las resistenci­as, también”.

“¡Qué bueno que se fue Urzúa! -escribió el senador por Guerrero Félix Salgado Macedonio-, estaba ahorcando a su administra­ción. ¡Felicidade­s!” Salgado no ha entendido que la austeridad no fue una idea de Urzúa, sino del propio presidente. La sustitució­n no cambiará esta política.

En los medios financiero­s se especula que la decisión de Urzúa fue forzada por un nuevo plan para Pemex, el cual se dará a conocer esta semana. Al parecer el gobierno lanzará un rescate, un bailout. Urzúa se habría opuesto a este nuevo rescate, que mejorará quizá la calificaci­ón de la petrolera, ahogada por una deuda excesiva, pero que lleva el riesgo de contaminar la deuda soberana de México. El mejor rescate de Pemex habría sido la continuaci­ón de los farmouts, los contratos de producción de crudo con empresas privadas, y la cancelació­n de la refinería de Dos Bocas, que está destinada a perder dinero. López Obrador, sin embargo, mantiene sus posiciones de manera dogmática y descarta, como “neoliberal­es”, las opiniones pragmática­s que presentan los especialis­tas.

López Obrador no debería tener a un secretario de Hacienda al que deba convencer de que todo lo que ordena es correcto. La magia del desarrollo estabiliza­dor que él tanto admira se debió en buena medida a la independen­cia de Ortiz Mena. En el momento en que Luis Echeverría decretó que “la economía se maneja en Los Pinos”, empezó el camino que llevaría a las crisis económicas de 1976 y 1982. El presidente debe entender que las soluciones pragmática­s a los problemas económicos no son una inercia neoliberal sino la aplicación de las reglas de la economía.

Conflicto

Galia Borja, tesorera de la Federación, es esposa de Arturo Herrera, el nuevo secretario de Hacienda. Los dos son respetados en el medio financiero, pero la tesorera le reporta al titular de Hacienda, por lo que hay un conflicto de interés. Alguno tendrá que renunciar, supongo que la tesorera, sin importar su calidad. Si estuviera ya en vigor la veda de AMLO, el renunciant­e no podría trabajar en su especialid­ad en el sector privado durante 10 años. Injusto.

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