Una vida dedicada a la talabartería
A los 10 años ya había hecho su primer cinto y funda
Hay que platicar con el cliente, conocerlo y darle un propuesta. Siempre se van contentos"
Apolo Esparza
Talabartero y peletero
Apolo Esparza, a sus 50 años ha mantenido su labor de talabartería y peletería, como una pasión por diseñar artículos de todo tipo para los gustos tan variados de cada persona, pero principalmente detallada para la satisfacción de todos, razón por la que se ha mantenido durante tres décadas.
Actualmente atiende “Talabartería Los Cueros”, sobre la avenida Juárez, a un costado del Tribunal Superior de Justicia, entre la Ocampo y Bulevar Díaz Ordaz, que durante décadas se ha caracterizador por ser una zona en que abundan este tipo de negocios, algunos con más antigüedad, pero siempre con el mismo fin, brindar el mejor servicio del gusto del cliente.
La historia de Apolo inició desde los cinco años cuando comenzó a asistir al negocio familiar y comprender cómo se hacen prendas y artículos con la baqueta, para los 10 años ya había hecho él mismo un cinto y una funda. Desde entonces no se detuvo y ha continuado con su labor, su pasión, su vida.
Además de los trabajos pequeños, lo que más le atrae es hacer monturas para caballo, que es todo un arte y personalizada, ya que cada persona tiene en su cabeza uno mundo de cosas, que el ayudar a realizar su visión, siempre es satisfactorio.
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Claro, que el ingreso también es muy agradable. Uno de estos trabajos puede costar desde los 11 mil hasta 18 mil y más pesos, pero es un trabajo de calidad, artesanal y hecho a la medida".
Esto, a diferencia de algunas piezas que son fabricadas tipo maquiladora, que simplemente copian un diseño y se replica, aseguró. “Para un talabartero es conocer y platicar con el cliente, darle un propuesta y que pague generosamente por ello. Siempre se van contentos. Lamentablemente las maquilas y quienes hacen monturas de menor calidad, también las dan a menor costo y suelen acaparar un poco más el mercado”, comentó el fabricador de todo tipo de artículos de piel. Informó que una montura normal sencilla puede durar en fabricarla una semana, pero una de acabado especial, metales y detalles, puede llegar hasta dos semanas, pero ya depende también de los gustos de cada persona que solicita.
Aclaró que aunque sabe hacer calzado, no es su fuerte porque simplemente no le gusta, pero en cuanto a otras piezas se emociona cuando las hace porque dice que ni siquiera considera un trabajo, sino un estilo de vida y dedicación.
Las historias de este oficio son muchas. Apolo tiene cientos de anécdotas por ejemplo cuando le trajeron piel de cocodrilo para deshacer una montura y colocársela. "Era para un exhibición de caballos muy grandes, era una montura muy bonita, pero pues el cliente quiso ponerle la piel de cocodrilo. Ni modo, se hizo. Quedó muy bien”, comentó el talabartero.
Aunque su fuerte son las monturas con todo lo que llevan, fuste, estribos, cincho, tientos y chapetones, también fabrica las fundas para navajas, para pistola, cintos, pulseras, todo lo que se pueda imaginar y permita el material hacer. Esto es considerado un arte porque ningún artículo es igual al otro, se necesita dedicación, gusto, pasión y los resultados siempre son satisfactorios, además de buscar innovar con detalles y formas. Es por ello que en el perfil de Facebook de Talabartería Los Cueros, hay publicaciones diversas de sus trabajos, además que por ahí mismo pueden contactar. (Juan