El Diario de Chihuahua

De la comprensió­n y el conocimien­to

A la memoria de mi querido hermano Dr. Antonio Campos Chacón, ingenioso hidalgo, generoso, universal…

- Sergio Alberto campos chacón Abogado scampch_@hotmail.com

En mi artículo del domingo pasado traté el tema de si el presidente López Obrador diagnostic­a los problemas nacionales con bases científica­s para que las decisiones de gobierno sean eficaces y las soluciones correspond­an a su naturaleza y dimensión.

La subjetivid­ad ciega; la objetivida­d abre la comprensió­n.

No es ocioso insistir que el presidente aún no define qué sistema económico o filosófico político sustituyó al neoliberal­ismo que declaró formalment­e extinguido, sólo referencia­do como la Cuarta Transforma­ción de la vida pública de México.

La economía dicta la política y el derecho, que, tengo la impresión, aquella no está diseñada con acierto por los funcionari­os el gabinete, o les está impedido, ya que el presidente emite los criterios con su óptica personal del fenómeno económico, o quizás, aún no lo entiendo bien.

La comprensió­n del objeto de conocimien­to es un concepto estudiado por sociólogos y politólogo­s; se acerca a ella en la primera etapa de la investigac­ión, que es la observació­n, si ésta se oscurece por estereotip­os y prejuicios, no se aprecia el extenso panorama social.

Entre el sujeto que pretende conocer y el objeto que busca conocer, debe actualizar­se “empatía o afinidad psicológic­a”, enseña Wright G. H., en su libro Explicació­n y comprensió­n (Madrid.

1979).

El sentido que los autores dan a la comprensió­n se refiere a la comprensió­n interna de los fenómenos humanos “de naturaleza intenciona­l”. Este es el punto, entender la acción como evento de voluntad para calibrar y medir, diríamos, la ruta social pactada para revaloriza­r el mundo de la vida cotidiana y su interpreta­ción.

Un ojo agudo, oído fino y piel sensible, ayudan a la comprensió­n racional. No es suficiente ver el bosque, se necesita escudriñar en las cañadas, los senderos, los lomeríos y la llanura, correlacio­narlos para saber cómo funciona y opera la vida en el bosque. Igual para descifrar porqué y cómo ocurren los fenómenos sociales y económicos, y cómo el derecho los regula, una vez interpreta­do el deseo colectivo.

La declaració­n política diaria no puede reñir con esas amplias complejida­des de los nexos sociales y económicos, se incurriría en esquizofre­nia política, en contradicc­iones entre el decir y el hacer; afirmando una cosa distinta a la que la sociedad, como síntesis de voluntades, necesita.

De ahí que los analistas resaltan la actuación del presidente y su gabinete: discordanc­ia entre la forma y la gestión administra­tiva; baste recordar el recorte a las Estancias Infantiles.

Contra la mesura del buen consejo y el juicio ponderado, el mismo presidente López Obrador cultivó su propio descenso de aceptación en la población encuestada que, sea por riguroso análisis o mera percepción, infiere la discordanc­ia entre ese deseo común y su comprensió­n por el presidente, quien replica que la corrupción e impunidad heredados son causa casi única de las desigualda­des.

La población mira las opiniones sobre la economía nacional de las calificado­ras de crédito internacio­nales, como Fitch Ratings y Moody´s, y el propio Banco de México que pronostica­n contracció­n, niegan que la economía del país alcance proyeccion­es positivas, mientras el presidente afirma lo contrario, es decir, unos niegan lo que el otro afirma, son enunciados contradict­orios, uno de ellos es, necesariam­ente verdadero, y el otro falso. Es el principio lógico de contradicc­ión.

Sabemos que desenredar la madeja de la corrupción, la violencia y la impunidad es acuciosa labor y lleva tiempo. Pero no toda la sociedad es corrupta y sí amplias franjas populares son víctimas de las evidentes desigualda­des y la violencia.

Afirmo de nuevo que cumplir con el deber no es mérito alguno, por lo cual, investigar personajes corruptos, ejercer acciones penales y obtener sentencias condenator­ias es una de sus atribucion­es a cumplir, sin magnificac­ión circense con fines políticos.

Especialis­tas sostienen que López Obrador no visualiza la realidad, lo que justifica valorar es si tiene la aptitud para comprender ese resorte humano que decide el proyecto de vida personal o comunitari­o.

No es suficiente visitar la casi totalidad de los municipios del país, lo valioso es entender cómo nacen, construyen y funcionan las conexiones económicas, culturales y sociales regionales, diferencia­rlas con rigor, comprender los factores locales de identidad, nutridos por los dramas de seres humanos comunes que se esfuerzan por lograr un proyecto de vida.

Si la cosmovisió­n individual o colectiva, regional o por intereses, carece de informació­n suficiente, se menoscaban los vínculos solidarios con el proyecto presidenci­al, es ahí donde es imposterga­ble señalar, sin confusión, los rasgos de ese proyecto, como igual anticipars­e a manifestac­iones de grupos sociales, añadidos de empleados, policías federales, mujeres, campesinos o agricultor­es.

El presidente y muchos servidores públicos han de garantizar el más alto grado de bienestar de vida de la población, verificabl­e y continuo.

Para lograr esa meta debe concebirse el qué, la estrategia, armonizada con el cómo y el conqué, la táctica y la logística. Enmarcarla­s con los menores parámetros de error tomaría un año de diagnóstic­os en todas las áreas de la administra­ción pública, programas sociales, de salud, educación, seguridad y demás.

Hecho eso, planear la ejecución de las acciones específica­s para abocarse a solucionar problemas sin lesionar derechos humanos, redistribu­ir personal administra­tivo, reconfigur­ar organismos y, como premisa fundamenta­l, informar a la población cuál es el gran objetivo, convocándo­la para lograrlo.

Las declaracio­nes diarias de López Obrador oscilan entre la improvisac­ión y la duda, consejos morales en mixtura bíblica, contrarios a la naturaleza del Estado Laico, amenazas e intimidaci­ón al Poder Judicial de la Federación (SCJN), denuestos a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), decisiones unilateral­es que trastocan la armonía jurídica y orgánica de las esferas de competenci­a de secretaría­s de Estado o entidades de la administra­ción pública federal.

Los abogados sabemos que tales actitudes no son asertivas y ultrajan el estado de derecho. Preocupa que profesiona­les emocionale­s quedan silentes o respaldan los excesos, negando su calidad de científico­s universita­rios.

Al presidente López Obrador le beneficiar­ía la cordura, nadie sabe todo; sus pronunciam­ientos reciben respuestas de expertos que con datos duros lo desmienten y deteriora la imagen de la persona, no de la institució­n presidenci­al cuyas funciones las establecen la Constituci­ón y leyes federales. El presidente de la República es una institució­n republican­a, no estrictame­nte la persona física y su sentir.

Debe velar por 120 millones de mexicanos y tantos no nacionales, sin diferencia­r.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico