Deporte en agonía
El deporte mexicano en terapia intensiva, la austeridad republicana lo alcanzó, nuestros atletas en cada justa olímpica, campeonatos mundiales, juegos panamericanos y centroamericanos exhiben ante el mundo el calvario de las carencias, la falta de apoyos, de voluntad gubernamental y política por mejorar el equipamiento deportivo y las condiciones de los atletas de alto rendimiento y del deporte en sí, que por falta de planeación estratégica eficaz, de prioridad presupuestaria y desinterés gubernamental agoniza. Los éxitos deportivos son producto del sacrificio, esfuerzo, entrega de los atletas y del apoyo incondicional de sus familias, que sin importar el señalamiento buscan en las calles el apoyo comunitario; las instituciones pretenden adjudicarse los triunfos, la hechura de los atletas.
Los logros deportivos de una nación reflejan su realidad social, política y económica; México en este contexto pone en evidencia el país que somos, pobre, corrupto, sin cultura, inseguro y violento; la esperanza de atletas de alto rendimiento, deportistas, cronistas, promotores y miles de familias que le apuestan al deporte como herramienta de transformación social, se esfumó con la llegada de la 4T, hace semanas por voz de atletas se destapó la cloaca de los abusos y las corruptelas, así como el retiro de apoyos y becas para olímpicos, para-olímpicos, atletas y semillero deportivo. Lamentable cuando la titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara, una atleta reconocida, que vivió en carne propia la indiferencia, gubernamental y las fallas del sistema deportivo, compareció ante la Cámara de Diputados, reconoció públicamente las fallas y carencias económicas. Dijo: “Nos vamos a quedar sin recursos. Ya no vamos a poder pagar ni la luz”.
Sus dichos revelaron la gravedad que vive el organismo público, el cual debe el salario de los últimos tres meses a unos 250 empleados, debido a que entrará en “números rojos” a partir de agosto. “Hemos tenido que hacer ajustes y replantear cómo se gasta el presupuesto”.
El máximo ente del deporte mexicano sufrió una reducción del 35% de la partida presupuestal y deberá renegociar ante el Congreso federal una ampliación para pagar los gastos
Nos vamos a quedar sin recursos. Ya no vamos a poder pagar ni la luz”.
básicos de todo el año y las becas económicas a los deportistas. La polémica por los recortes saltó a la luz el mes pasado, después de que un grupo de deportistas de alto rendimiento denunciara públicamente la situación, el judoca Nabor Castillo, medalla de plata en los Panamericanos de Guadalajara publicó en su cuenta de twitter: “Gracias Conade por bajarme la beca, si de por si era poco 5,000, ahora 2,000. Recibo menos que los ninis, qué tristeza”.
La esgrimista Alely Hernández, bronce en los Panamericanos de 2011 y 2015, publicó en la misma red social: “Me pregunto si las personas que manejan este organismo también sufrieron un ajuste en sus carteras”.
Expertos señalan que una potencia deportiva demuestra éxito mundial, nacionalismo, prosperidad económica, cultura. Leí en un blog deportivo que desde la creación de los juegos olímpicos en la Antigua Grecia, el triunfo de los atletas era asumido como logro de su lugar de origen, las disciplinas de ese entonces, muy relacionadas con las cualidades militares que debían poseer quienes integraban los ejércitos de cada ciudad-estado, sus triunfos se vitoreaban como logros de los reinos o gobiernos, es decir, son convenientes en términos propagandísticos y electoreros.
En la década de los 30, particularmente en la olimpíada de Berlín 1936, el triunfo se convirtió en una poderosa estrategia de propaganda de la Alemania Nazi, el régimen de Adolfo Hitler intentó “confirmar” la presunta supremacía de la raza aria. Algo similar ocurrió durante la Guerra Fría con el enfrentamiento entre el bloque capitalista, encabezado por Estados Unidos, y el bloque socialista, liderado por la Unión Soviética, el triunfo olímpico fue usado como proselitismo a favor de uno u otro modelo político-económico.
En Estados Unidos la base o semillero deportivo está en los colegios y universidades, lugares donde se forman los atletas que terminan compitiendo en los juegos olímpicos o en el profesionalismo. El apoyo de las instituciones educativas a través de becas para adolescentes y jóvenes con potencial es vital. Cuando dejan la universidad, muchos de ellos ya han cosechado victorias y les resulta fácil integrarse a deporte profesional, que cuenta con un aparato muy fuerte de patrocinios privados, en caso de no dedicarse al deporte como profesionales al finalizar sus estudios universitarios, su esfuerzo y dedicación les doto de un título profesional.
En Rusia, heredera de la extinta URSS, China y otros países exintegrantes del bloque comunista, le apuestan al deporte de iniciación, recibe por parte del Estado recursos con la finalidad de formar generaciones de atletas, convertirse en potencias mundiales. En este modelo, el deporte es puesto al nivel de política pública prioritaria. Lejano a nuestra realidad.
Entre los modelos americano y oriental se ubica el de los países de Europa occidental, que funciona con una estructura piramidal muy jerarquizada en donde la base la forman los clubes hasta llegar a las federaciones deportivas europeas. Se da una participación mixta entre el Estado y la Iniciativa Privada, en donde el primero básicamente regula la actividad del segundo.
El contenido de este blog es muy interesante, describe cómo funcionan estos tres sistemas que dan como resultado éxitos deportivos. Pone como ejemplo, los Juegos Olímpicos de Río 2016, se ubican en el medallero a cuatro superpotencias indiscutibles: Estados Unidos, China, Reino Unido y Rusia. Le siguen Alemania, Japón, Francia, Corea del Sur, Italia, Australia, Países Bajos y Hungría. Seguramente en Tokio 2020, la lista de los doce primeros en el medallero será prácticamente la misma.
Especialistas afirman que los factores ajenos al deportista mexicano que logra asistir a las justas deportivas son: Uno. La ausencia de un sistema deportivo coherente y eficiente como el que tienen los países más exitosos. Dos. La mala administración de los recursos con los que se cuenta. Tres. Quienes están al frente de las instituciones rectoras del deporte no tienen las capacidades ni la voluntad de trabajar para cambiar y mejorar las condiciones de los deportistas. Cuatro. Hay una saturación mediática de un solo deporte, el futbol, pareciera que es el único deporte que existe, en detrimento del fomento y la práctica de las 27 disciplinas olímpicas restantes.
Ante la falta de apoyos, a pocos días de celebrarse los juegos Panamericanos en Lima Perú, medios informativos publicaron la deserción de 5 atletas, que por lo antes expuesto decidieron naturalizarse en otros países para seguir trabajando por sus sueños. Entre ellas, la esgrimista Paola Pliego, Linda Ochoa y Gabriela Bayardo de tiro con arco, ahora compiten por Estados Unidos y Holanda, respectivamente; los clavadistas Jonathan Ruvalcaba y Kevin Chávez, representan a República Dominicana y Australia, respectivamente, incluso, Jonathan ya compitió en Plataforma de 10 metros ganando por su nuevo país.
Los deportistas acusaron que tomaron su decisión en base a los problemas con sus federaciones, quienes los obligaron a participar en selectivos internos, fueron limitados a participar en el extranjero, así como no respetaron sus lugares en selección nacional. Señalaron que ello viene desde la dirección de Alfredo Castillo en la Conade, y se agudizó con Ana Gabriela Guevara.
Para mejorar el nivel competitivo y las condiciones del deporte en México debe priorizarse en la agenda gubernamental, fomentar programas y estrategias eficaces, sin importar la administración federal, estatal o municipal que la haya promovido, el deporte no tiene color ni partido político, además de legislar con recursos. Se requiere mayor inversión en instalaciones y recursos para que los deportistas tengan todas las herramientas necesarias para mejorar su nivel, ofrecer más becas, el target es maquilar talentos no desanimarlos. México tiene las herramientas necesarias para convertirse en un país de primer nivel el deporte, no se trata de descubrir el hilo negro, todo es voluntad, buscar el cómo sí por el bien de México. Sumemos voces de conciencia.
Ana Gabriela Guevara