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La alcaldesa María Eugenia Campos Galván logró salvar de último momento el espinoso tema de la “Ley Antifamilia”, que el cabildo aprobó el 26 de junio y revirtió un mes después, el pasado martes. Con mucha habilidad Maru tomó la bandera de la defensa de la familia ante la reforma constitucional que pasaron los diputados de su propio partido; además aprovechó para mandar un mensaje de fuerza al interior y al exterior del PAN.
Pero no todo fue miel y dulzura. La alcaldesa debió apretar tuercas y jalar orejas a sus operadores de primera línea, porque en menos de una semana le encendieron más fuegos de los que apagaron.
Comenzaron con el acarreo sin disimulo al sitio de recolección de firmas para el plebiscito, lo que alteró de más los nervios de los de Wikipolítica y la Red de Participación Ciudadana.
Luego el jefe de Gabinete, Mario Vázquez, se resbaló con las respuestas que básicamente confirmaron la movilización de la burocracia municipal con ese fin, que nada tendría de malo si no se hiciera parecer como algo malo por los mismos involucrados.
Pero mal salían de un problema cuando se les coló, después de haber hablado y negociado con todos los grupos azules, Paco Navarro como candidato casi único a la dirigencia municipal del PAN.
Lo pudieron haber adoptado a tiempo al exfuncionario de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, pero antes hubo berrinches y pataleos, cuando los operadores municipales debieron ser el primer factor de poder digno de tomarse en cuenta para la negociación sobre la dirigencia del PAN en la ciudad.
El tercer punto fue el brete de la reforma con la que hizo el papelito el cabildo.
Demasiados frentes de batalla abiertos gratuitamente como para no llevarse una reprimenda los encargados de cuidar la buena marcha del ayuntamiento.
Acorde a los nuevos tiempos morenoazulados, que estimula con gran fervor la actual administración estatal en busca de congraciarse con Palacio Nacional, hay enroques en el área de la salud.
Ha llegado a la dirección médica del Instituto Chihuahuense de Salud, el urgenciólogo Jesús Ramón Lozano Saucedo, ex candidato de la Cuarta Transformación por el sexto distrito en 2015.
El Ichisal, como sabemos, es uno de los dos organismos descentralizados más importantes del gobierno del estado, que maneja una importante red hospitalaria de segundo y tercer nivel.
Nos dicen que no hay un mínimo de relación del nuevo funcionario en su alta responsabilidad con el secretario Jesús Enrique Grajeda, por lo que por esa vía no hay explicación del nombramiento.
Lozano viene desde la administración del exsecretario de salud Ernesto Ávila. Es una de sus herencias dentro de la secretaría, donde ejercía como subdirector médico del instituto.
Igual que él, prácticamente la estructura continúa intocada, por eso hay muy pocos avances en los problemas neurálgicos.
Sigue la sombra del médico militar sobre la importante área del gobierno estatal con severos problemas por más que se quieran tapar.
Por ello es normal y lógico que Grajeda se haya encontrado con pared al pretender hacer el mínimo cambio o impulsar acciones de fondo. Es una muy poco funcional figura decorativa.
Pero no es el único antecedente el de Lozano su militancia y candidatura Morena. Hace dos años realizó una campaña contra el gobernador y el Fiscal, por la detención de su hermano Enrique Lozano Saucedo, detenido como responsable del secuestro de dos jóvenes.
Enrique era jefe de policía en Buenaventura y fue vinculado a proceso penal por esa desaparición de los jóvenes sonorenses.
Actualmente Enrique sigue en prisión. La versión del urgenciólogo en aquel aciago momento es que era un chivo expiatorio de la Fiscalía en busca de culpables, aunque fueran fabricados y dar una respuesta por los hechos por la presión social de la familia de los jóvenes.
Ahora, Jesús despacha abajito del Director General del Ichisal y Secretario de Salud, Jesús Enrique Grajeda.
Por su encargo, deberá acompañarlo a reuniones oficiales donde seguramente se encontrará con el Javier Corral, claro, cuando éste regrese de sus vacaciones mazatlecas.
Por supuesto será una situación incómoda, particularmente cuando es hora de que su hermano sigue detenido, sin que haya una resolución definitiva.
La Fiscalía está batallando para encuadrar el delicado asunto. Lo peor de todo es que el caso tiende a ser definitivamente una construcción desde el capricho del ministerio público.
Una mancha más.
Carga con la pesada loza del nepotismo en sus espaldas, pero pese a ello, Marcelino Gómez Brenes no cesa en su empeño de construir candidatura hacia el 2021.
Lo mejor de todo es que la operación política es natural desde la posición que le toca desempeñar como servidor de la nación y responsable de la región Chihuahua dentro de la Secretaría del Bienestar.
Desde muy temprano, todos los días, recorre calles y colonias, entrevistándose con las personas, con el extraordinario pretexto del censo del bienestar.
Ese censo le otorga personal, vehículo, gasolina, viáticos y todo lo necesario para continuar construyendo candidatura.
En la imagen una muestra de lo que él anda desarrollando en esa actividad, tomada de su propia red social.
“Dando cumplimiento a la instrucción de nuestro presidente, visitar casa por casa para verificar la implementación de los programas sociales del Gobierno de México”, dice con gran responsabilidad.
Ese día estuvo en Nuevo Delicias, pero antes ha recorrido otras muchas zonas, en un activismo envidiable y bajo cobertura del ejercicio del servicio público.
Hasta donde sabemos, después del manazo público por el asunto de parientes suyos, ya no aparecen en nómina transparente.
Que no es tan transparente, porque resulta que ni él mismo se encuentra dentro del listado de funcionarios públicos.
Imposible no tratar el asunto por el contexto de opacidad en que ha sido envuelto y la ausencia de cortesía mínima.
Sabemos todos que el gobernador se encuentra de vacaciones, pero que no hay un dato oficial al respecto.
Que se ha tomado mucho más de los cinco días que la Constitución señala como mínimo para notificar a los otros poderes, interrumpiendo el plazo con apariciones esporádicas. No ha tenido tiempo de informar a los chihuahuenses.
Pero de lo que sí tiene tiempo es de su activismo en redes sociales, con una amabilidad muy consistente y confianzudo. Se habla de tú con mucha facilidad.
Resulta que le dio un inocente like a una columna de cine que tiene Jime Ladu, quien ni tarda ni perezosa contestó en la misma red social del mandatario con corazones intensamente rojos.
Indudablemente no es un like de cualquier hijo de vecino. Es uno de los 32 gobernadores del país.
“Javier Corral le dio «me gusta» a mi video columna y ya me sigue... Siempre lo he admirado por como defendió que no se hiciera la Ley Televisa, para mí un honor”. El gobernador no se quedó con el agradecimiento. Por supuesto que desde su retiro vacacional le contesta muy, pero muy afable: “Con mucho gusto Jimena, te sigo y ahora comparto tu columna, ágil y estructurada, coincidiendo en varios de tus enfoques sobre los temas que abordas. ¡¡Abrazo!!”.
La breve conversación -difundida por ella misma- y una imagen de su rostro, las puede observar en la columna digital.
Un asunto que ha sido dejado de lado en el empecinamiento por la construcción del CAM, destruyendo las antiguas canchas de la Colonia Santo Niño, pasando por encima de la oposición de los vecinos, es el manejo de la alberca.
Era un espacio de recreación y atención para terapias, a un precio accesible, y con buen manejo mediante concesión.
Ahora, con el argumento de la remodelación, que tiene dos años y meses, cancelaron dicho contrato y vendrá una reasignación a modo.
En ese ínter, más de 600 usuarios han sido maltratados impunemente, enviados a las albercas de la Universidad, donde hay un precio más elevado.
Pero el colmo, es que aún es hora de que no se reabre, parece que hubo graves errores en la remodelación y quién sabe en qué condiciones se hará.