Logra Campuzano añorado oro en ciclismo de montaña
Lima— La tercera fue la vencida para la mexicana Daniela Campuzano. Semanas después de sorprender con un cuarto lugar en la Copa del Mundo, la ‘Súper Dani’ aseguró ayer su añorado oro del ciclismo de montaña de los Juegos Panamericanos.
México arrasó en la montaña, ya que al triunfo de Campuzano se sumó horas después el de su compatriota José Ulloa en la rama masculina.
Durante una mañana fría en el Morro Solar –una serie de cerros desérticos con relevancia arqueológica en la zona limeña de Chorrillos– la hidalguense de 32 años aprovechó la ausencia de las poderosas competidoras de Estados Unidos y Canadá para dominar la especialidad con tiempo de 1 hora, 30 minutos y 45 segundos.
“Creo que la experiencia, el tiempo que llevo corriendo y me conozco mejor y, sobre todo, he aprendido a no estresarme y a creer en mí”, señaló al explicar su triunfo en Lima.
La argentina Sofía Gómez cruzó segunda a 25 segundos y la brasileña Jaqueline Mourão tercera a 26 segundos para acreditarse la plata y el bronce respectivamente. Luego, en la final de hombres, Ulloa se encargó de redondear la faena dorada para México en los pedales dentro de una prueba de vértigo, fuerza y resistencia.
Ulloa empleó tiempo de 1:25.03, sacándole 2:04 minutos de diferencia al segundo lugar, el brasileño Henrique da Silva, y 2:28 minutos al tercero, el chileno Martín Vidaurre, que aseguraron la plata y el bronce.
Campuzano, bióloga de profesión y novena en el escalafón internacional de la disciplina, venía de alcanzar el cuarto lugar en la Copa del Mundo disputada en Andorra a inicios de julio.
Y durante sus dos participaciones anteriores en los Juegos Panamericanos se había resignado a un cuarto puesto en Toronto 2015.
La mexicana se mantuvo desde el arranque en un pelotón que comandaban las argentinas Agustina Apaza y Sofía Gómez, pero comenzó a desprenderse casi desde la segunda vuelta en la carrera cross country de 4.2 kilómetros.
El trayecto está lleno de curvas, bajadas y tramos empinados sobre un terreno árido con pequeñas piedras puntiagudas.
“La verdad es que arranqué y sentí como que mis piernas no estaban listas, que se me hinchaban, desde ese momento me di cuenta que iba a ser una carrera difícil para mí, pero traté de no desesperarme y de a poco fui agarrando mi ritmo”, dijo en alusión a largar retrasada.