Parque Revolución, emblema de la ciudad
El Parque Revolución, ubicado en la calle Nicolás Bravo entre Tercera y Quinta, es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad, que alberga historia y es punto de reunión, de atracción turística, donde los paseantes disfrutan de un espacio público al aire libre.
Esta área verde ha estado en la mira de muchas eventualidades; sin embargo, gracias a los cuidados de los vecinos, ha permanecido vigente y se le da mantenimiento constante para que tanto el pasto como los árboles no se sequen.
Tiene una senda perimetral usada para correr, área de arena con juegos para niños y aparatos de ejercicio, además de un espacio de convivencia para actividades artísticas como presentaciones musicales, poesía, teatro, narrativa, danza, mesas para juegos de mesa y convivencia, entre más actividades.
Durante algunos años se hacía un tipo mercado o tianguis donde se juntaba la gente para intercambiar artículos, ofertar comida, postres, también hacer venta, además de hacer algunas actividades, algo que molestó a los pobladores, por qué había demasiada gente extraña a la zona y tenían temor de maltrato del lugar y cierto riesgo, razón por la que pidieron a la autoridad intervenir para que no se volvieran a poner de una forma tan masiva.
El lugar se ha convertido en un punto de reunión para los visitantes de la zona
Entre los atractivos turísticos, está el gran cenotafio en honor al General Francisco Villa, que es vitiado por turistas y es centro para la representación en los paseos del trolebús, donde un actor personifica al Centauro del Norte para contar una parte de su historia y tomarse varias fotos.
En el centro está una media glorieta donde están inscritos los nombres de los numerosos jefes revolucionarios de todas las vestiduras y matices políticos; sin embargo, durante varios años, algunas personas sin escrúpulos han usado graffiti para mancharlos y poner otras inscripciones.
En general, es bien cuidado y con iluminación, pero hay algunas partes que requieren mayor mantenimiento por parte de las autoridades.
Para conocer un poco de historia de este lugar, anteriormente era conocido como el Panteón de la Regla, ya que luego de la epidemia quedó bajo la jurisdicción del titular de la parroquia y se le llamo “Panteón de Nuestra Señora de Regla”. Era para inhumar restos de gente de clases media y
acomodada.
Fue ahí cuando el comandante de la División del Norte se mandó edificar una cripta con una capilla realizada en cantera en un estilo gótico, lugar donde nunca fueron llevado los restos luego del asesinato aquel 20 de julio de 1923 en Hidalgo del Parral.
En 1884, el Ayuntamiento de la ciudad acordó la clausura de este cementerio, pues dentro de sus murallas ya no había cupo para abrir más sepulturas. No fue hasta 1957, cuando se firmó un acuerdo definitivo para el arrasamiento del Panteón de la Regla tras lo cual el Ayuntamiento acordó convertirlo en jardín público con el nombre de “Antonio Deza y Ulloa”, fundador de la ciudad de Chihuahua. En 1963 se modificó el acuerdo anterior para llamarle “Parque de la Revolución”, y en el centro se construyó una media glorieta con los nombres de revolucionarios.
Este es uno de tantos parques que albergan mucha historia, leyendas, mitos, centro de convivencia y un referente más de la capital del estado.