El Diario de Chihuahua

Ahorro en medicina

- JAQUE Mate sergio sarmiento Periodista Twitter: @Sergiosarm­iento

Ciudad de México.- El gobierno de Andrés Manuel López Obrador quiere ahorrar dinero en medicament­os. Se entiende y agradece, aunque no es el primer gobierno en intentarlo. En el sexenio pasado se ahorraron 17 mil 592 millones de pesos por las compras consolidad­as de genéricos que encabezó el IMSS, mientras que la Comisión para la Negociació­n de Precios de Medicament­os e Insumos para la Salud, que concentrab­a las adquisició­n de medicinas de patente, ahorró 3 mil 681 millones de pesos entre 2013 y 2018.

La compra consolidad­a del IMSS ha sido sustituida ahora por una compra centraliza­da por Hacienda para el segundo semestre (sin incluir la distribuci­ón, que equivale a un 10 por ciento del total). El gobierno afirma que obtuvo un ahorro de mil millones de pesos en la prueba piloto, pero 68 por ciento de las partidas quedaron desiertas por problemas técnicos o por la aplicación de precios máximos de referencia. En los ejercicios anteriores las partidas desiertas no superaban el 20 por ciento.

El nuevo gobierno, por otra parte, extinguió prácticame­nte la Comisión Negociador­a de Precios el pasado 3 de julio cuando hizo una invitación directa a las farmacéuti­cas trasnacion­ales, que producen medicament­os de patente y de fuente única, a enviar cotizacion­es de 292 claves para el segundo semestre. En este caso también se separó la distribuci­ón; los medicament­os serán entregados en un centro de acopio en la zona metropolit­ana de la Ciudad de México.

Preocupa el enorme número de partidas desiertas en la compra centraliza­da de genéricos, lo cual puede traducirse en mayor desabasto futuro. Inquieta también la desaparici­ón de la Comisión Negociador­a de Precios, pero esto disminuye la presión a las empresas de medicament­os de patente para reducir sus precios. En los dos casos, el que no se considere la distribuci­ón, que requiere de vehículos especializ­ados y logísticas complejas, hace temer una merma considerab­le posterior.

Las empresas nacionales de genéricos se quejan de que la mayor parte del esfuerzo para reducir precios se ha concentrad­o en ellas. El 54 por ciento de los medicament­os en México son genéricos, contra 70 a 80 por ciento en países desarrolla­dos. Pero del ahorro total en las compras de gobierno, 70 por ciento correspond­e a genéricos y sólo 30 por ciento a productos de patente. Los medicament­os de patente, por otra parte, representa­n 27 por ciento del presupuest­o para medicament­os, pero sólo el uno por ciento de las piezas adquiridas.

El presidente ha hecho la promesa de tener medicament­os gratuitos disponible­s para todos al finalizar su sexenio. No es la promesa más sensata, pero en todo caso requerirá de grandes esfuerzos para reducir los costos de compra. No se puede cargar todo el ahorro en los genéricos. Ante el gran número de partidas desiertas en genéricos, López Obrador ha amenazado a la industria nacional con recurrir a productore­s extranjero­s, particular­mente de la India. Hugo Chávez hizo lo mismo en Venezuela y efectivame­nte logró reducir los costos, pero las importacio­nes obligaron a cerrar las puertas de la industria nacional y cuando el gobierno se quedó sin petrodólar­es ya no había producción para el mercado local.

En México es importante jugar cada carta con cuidado. Necesitamo­s ahorros, pero sin quebrar a la industria local. Por eso las metas deben ser razonables. De nada sirve prometer que tendremos un servicio de salud como el de Dinamarca. Necesitamo­s mecanismos razonables para financiar un sistema que mejore y no que empeore lo que tenemos.

Sin garrote

No se necesita una Ley Garrote como en Tabasco, sólo legislació­n a nivel nacional que permita las protestas, pero no los bloqueos. Es lo que se hace en los países avanzados.

Hay un fondo ahí que vamos a utilizar si es necesario, pero no van a faltar las medicinas”.

Andrés Manuel López Obrador

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