Alto a la violencia contra los medios
Cincuenta y ocho años informando en Hidalgo del Parral de pronto fueron interrumpidos ante la acción impune del crimen... en Ciudad Juárez otro comunicador fue acosado, perseguido y vigilado... Chihuahua aún llora la muerte de Miroslava Breach y Adrián Rodríguez muertos por las balas de la crueldad, la indolencia y la injusticia.
Así se vive la Libertad de Expresión en Chihuahua y México, un lugar de alto riesgo para ejercer uno de los derechos humanos universales, pero que la realidad nos indica que no existen condiciones para desempeñar la profesión con tranquilidad, más aún como se ha dicho en múltiples ocasiones cuando desde la autoridad se menosprecia la labor del periodista.
El atentado que sufrió el periódico Monitor de Parral debe ser un llamado de atención urgente para las autoridades, y claro está para el gremio periodístico en general, ya que no es posible que de manera impune se trate de amedrentar y acallar las voces del periodismo libre.
De entrada quienes perpetraron ese atentando lograron su objetivo, el periódico impreso el Monitor dejará de salir, según sus dueños hasta encontrar mejores condiciones para el trabajo periodístico, y en su edición digital ya no se tocarán temas policiacos de alto impacto. Una autocensura entendida al sentirse solos frente al crimen.
Tuve la oportunidad de hablar brevemente con Jorge Salayandía el mismo día del atentado, su
voz se escuchaba como siempre; tranquila y segura de lo que estaba haciendo, en ese momento la autoridad estaba acompañándolo para intentar levantar algún reporte o denuncia.
Sobre el comunicador y su familia en Parral, en el estado y en todo México nadie puede hablar o decir que tengan temas oscuros o relaciones peligrosas, al contrario siempre se han dirigido con respeto y profesionalismo, ese profesionalismo que a algunos les puede incomodar, pero así es el periodismo, incomoda a quienes están al margen de la ley y la sociedad.
Desde este espacio nuestra solidaridad a Jorge Salayandía y a su familia, toda una institución en los medios de comunicación en la “capital del mundo”, que continúen defendiendo la libertad de expresión como lo han hecho por décadas.
Sobre la agresión al periodista Hugo Valles en Juárez aún es poca la información que se conoce, sólo lo informado por él mismo a través de sus redes sociales, ojalá que la autoridad tome cartas en el asunto de manera inmediata para la tranquilidad del comunicador, su familia y del gremio en general. En Juárez sin duda el ejercer el periodismo es una profesión del alto riesgo.
Cómo ya se ha señalado en este espacio, “Impunidad contra periodistas, en memoria de Miroslava, Diario de Chihuahua edición 24/03/2019” y “Libertad de expresión sí, seguridad en el olvido, Diario de Chihuahua edición 09/06/2019”, la actitud y acoso a los medios desde la autoridad es uno de los principales propulsores de que la delincuencia aproveche y ejerza violencia contra los medios de comunicación y periodistas.
La realidad nos indica que cada día la libertad de expresión se ve amenazada por la inseguridad que se vive en torno al periodismo, lamentablemente auspiciado y fomentado desde las esferas del gobierno.
Ciertamente nadie, periodistas o ciudadanos, podemos quejarnos de la falta de garantías para ejercer la libre expresión de las ideas, ya sea en medios de comunicación o las diversas plataformas de información que existen, es más algunos pudieran acusar de un excesivo libertinaje, pero la realidad nos dice que el principal problema para ejercer este derecho es la violencia, principalmente la institucional.
Aún resuenan las palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador cuando en plena conferencia mañanera reclama al representante de la revista Proceso de no actuar de manera conveniente para la administración federal.
Aquí vale la pena retomar las palabras del director de la revista Proceso, Rafael Rodríguez en entrevista “Me gustaría que por un momento Andrés Manuel en lugar de sentarse en la silla presidencial se sentara en la silla del director de la revista Proceso para ver qué tan cómodo es ser independiente, qué tan cómodo es recibir vituperios, críticas, condenas de parte de quienes se sienten afectados por lo que Proceso publica”.
Y lo mismo hizo el presidente López Obrador contra los medios de comunicación Reforma y Sin Embargo: ataque y confrontación.
En Chihuahua sin duda el principal problema de los medios de comunicación es la confrontación con la autoridad, desde el gobierno se impone casi como política pública el ataque a los medios, y eso que se cuenta con mecanismos al menos en el papel que debieran ser la pauta para su protección.
Desde el año 2010, concretamente el 8 de septiembre, en el Periódico Oficial del Estado se publicó el acuerdo para la implementación del Sistema Integral de Seguridad para la Protección de Periodistas del Estado de Chihuahua, letra muerta porque a nadie le interesa.
Desde el año pasado, el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, aseguró que el Estado de Chihuahua tendría el mejor mecanismo de protección para defensores de derechos humanos y periodistas en todo el país, un compromiso que el mismo lanzó en el evento de relanzamiento de las mesas de trabajo interinstitucionales, pero todo ha quedado en palabras.
Así que mientras la autoridad siga viendo a los medios como sus enemigos, ¿qué se puede esperar de los delincuentes que su forma de actuar es implementando el miedo?
Aunque sea una frase trillada vale la pena repetirla una y mil veces, no se calla la verdad agrediendo a los periodistas.