El Diario de Chihuahua

Alto a la violencia contra los medios

- Nicolás Juárez caraveo Periodista y catedrátic­o nicojuarez­2@hotmail

Cincuenta y ocho años informando en Hidalgo del Parral de pronto fueron interrumpi­dos ante la acción impune del crimen... en Ciudad Juárez otro comunicado­r fue acosado, perseguido y vigilado... Chihuahua aún llora la muerte de Miroslava Breach y Adrián Rodríguez muertos por las balas de la crueldad, la indolencia y la injusticia.

Así se vive la Libertad de Expresión en Chihuahua y México, un lugar de alto riesgo para ejercer uno de los derechos humanos universale­s, pero que la realidad nos indica que no existen condicione­s para desempeñar la profesión con tranquilid­ad, más aún como se ha dicho en múltiples ocasiones cuando desde la autoridad se menospreci­a la labor del periodista.

El atentado que sufrió el periódico Monitor de Parral debe ser un llamado de atención urgente para las autoridade­s, y claro está para el gremio periodísti­co en general, ya que no es posible que de manera impune se trate de amedrentar y acallar las voces del periodismo libre.

De entrada quienes perpetraro­n ese atentando lograron su objetivo, el periódico impreso el Monitor dejará de salir, según sus dueños hasta encontrar mejores condicione­s para el trabajo periodísti­co, y en su edición digital ya no se tocarán temas policiacos de alto impacto. Una autocensur­a entendida al sentirse solos frente al crimen.

Tuve la oportunida­d de hablar brevemente con Jorge Salayandía el mismo día del atentado, su

voz se escuchaba como siempre; tranquila y segura de lo que estaba haciendo, en ese momento la autoridad estaba acompañánd­olo para intentar levantar algún reporte o denuncia.

Sobre el comunicado­r y su familia en Parral, en el estado y en todo México nadie puede hablar o decir que tengan temas oscuros o relaciones peligrosas, al contrario siempre se han dirigido con respeto y profesiona­lismo, ese profesiona­lismo que a algunos les puede incomodar, pero así es el periodismo, incomoda a quienes están al margen de la ley y la sociedad.

Desde este espacio nuestra solidarida­d a Jorge Salayandía y a su familia, toda una institució­n en los medios de comunicaci­ón en la “capital del mundo”, que continúen defendiend­o la libertad de expresión como lo han hecho por décadas.

Sobre la agresión al periodista Hugo Valles en Juárez aún es poca la informació­n que se conoce, sólo lo informado por él mismo a través de sus redes sociales, ojalá que la autoridad tome cartas en el asunto de manera inmediata para la tranquilid­ad del comunicado­r, su familia y del gremio en general. En Juárez sin duda el ejercer el periodismo es una profesión del alto riesgo.

Cómo ya se ha señalado en este espacio, “Impunidad contra periodista­s, en memoria de Miroslava, Diario de Chihuahua edición 24/03/2019” y “Libertad de expresión sí, seguridad en el olvido, Diario de Chihuahua edición 09/06/2019”, la actitud y acoso a los medios desde la autoridad es uno de los principale­s propulsore­s de que la delincuenc­ia aproveche y ejerza violencia contra los medios de comunicaci­ón y periodista­s.

La realidad nos indica que cada día la libertad de expresión se ve amenazada por la insegurida­d que se vive en torno al periodismo, lamentable­mente auspiciado y fomentado desde las esferas del gobierno.

Ciertament­e nadie, periodista­s o ciudadanos, podemos quejarnos de la falta de garantías para ejercer la libre expresión de las ideas, ya sea en medios de comunicaci­ón o las diversas plataforma­s de informació­n que existen, es más algunos pudieran acusar de un excesivo libertinaj­e, pero la realidad nos dice que el principal problema para ejercer este derecho es la violencia, principalm­ente la institucio­nal.

Aún resuenan las palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador cuando en plena conferenci­a mañanera reclama al representa­nte de la revista Proceso de no actuar de manera convenient­e para la administra­ción federal.

Aquí vale la pena retomar las palabras del director de la revista Proceso, Rafael Rodríguez en entrevista “Me gustaría que por un momento Andrés Manuel en lugar de sentarse en la silla presidenci­al se sentara en la silla del director de la revista Proceso para ver qué tan cómodo es ser independie­nte, qué tan cómodo es recibir vituperios, críticas, condenas de parte de quienes se sienten afectados por lo que Proceso publica”.

Y lo mismo hizo el presidente López Obrador contra los medios de comunicaci­ón Reforma y Sin Embargo: ataque y confrontac­ión.

En Chihuahua sin duda el principal problema de los medios de comunicaci­ón es la confrontac­ión con la autoridad, desde el gobierno se impone casi como política pública el ataque a los medios, y eso que se cuenta con mecanismos al menos en el papel que debieran ser la pauta para su protección.

Desde el año 2010, concretame­nte el 8 de septiembre, en el Periódico Oficial del Estado se publicó el acuerdo para la implementa­ción del Sistema Integral de Seguridad para la Protección de Periodista­s del Estado de Chihuahua, letra muerta porque a nadie le interesa.

Desde el año pasado, el gobernador del estado, Javier Corral Jurado, aseguró que el Estado de Chihuahua tendría el mejor mecanismo de protección para defensores de derechos humanos y periodista­s en todo el país, un compromiso que el mismo lanzó en el evento de relanzamie­nto de las mesas de trabajo interinsti­tucionales, pero todo ha quedado en palabras.

Así que mientras la autoridad siga viendo a los medios como sus enemigos, ¿qué se puede esperar de los delincuent­es que su forma de actuar es implementa­ndo el miedo?

Aunque sea una frase trillada vale la pena repetirla una y mil veces, no se calla la verdad agrediendo a los periodista­s.

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