El Diario de Chihuahua

Los tiradores

- Jaque Mate sergio sarmiento Twitter: @Sergiosarm­iento

No tengo miedo de amar a un hombre. Tampoco tengo miedo de dispararle”. Annie Oakley

Ciudad de México.- Para Donald Trump la culpa es de los medios, que “tienen una gran responsabi­lidad por la vida y la seguridad de nuestro país: los medios de Noticias Falsas han contribuid­o grandement­e al enojo y la rabia que se ha acumulado durante muchos años”.

Para el New York Times la enorme cantidad de armas de fuego es la razón. Desde 2017 señaló: “La única variable que puede explicar la elevada tasa de tiroteos masivos en Estados Unidos es el alto número de armas de fuego”. La conclusión la ratificó tras los ataques de El Paso, Texas, y Dayton, Ohio. Andrés Manuel López Obrador coincide. Este 4 de agosto señaló: “Con firmeza estamos pidiendo que las autoridade­s asuman también la responsabi­lidad en el caso de que se estén permitiend­o excesos como el uso indiscrimi­nado de las armas, porque eso no está bien. En México hay control sobre el manejo de las armas; en otros países es como comprar cualquier mercancía, no hay control y eso daña mucho. Todavía es tiempo de rectificar, de cambiar esas normas”.

Yo tengo otros datos. En México las armas están prohibidas y muy reguladas, pero eso no nos ha salvado de la violencia. No hemos sufrido los tiroteos de Estados Unidos, pero sí homicidios constantes, muchos de ellos masivos. Ciudad Juárez y El Paso, como señaló ayer el presidente, son ciudades hermanas. La población es fundamenta­lmente la misma; las comunidade­s comparten idioma y cultura, y cruzan la frontera todos los días para trabajar o ir de compras. Sin embargo, El Paso, donde las armas son legales, ha registrado índices anuales de homicidios de menos de 1 por cada 100 mil habitantes, mientras que Juárez, donde están prohibidas, ha llegado a rebasar los 100.

Estados Unidos tiene 120.5 armas de fuego por cada 100 habitantes, según el Small Arms Survey de Ginebra. Es la mayor cifra del mundo. El segundo lugar es Yemen con 52.8. Los dos, sin embargo, tienen niveles relativame­nte

bajos de homicidios dolosos: cinco y ocho por cada 100 mil habitantes.

Las estadístic­as internacio­nales, en efecto, no muestran una correlació­n entre armas y homicidios. Uruguay tiene 34.7 armas por cada 100 habitantes, igual que Canadá, pero ocho homicidios por cada 100 mil habitantes contra dos de Canadá. Suiza registra 27.6 armas por cada 100 personas, una cifra muy alta, pero sólo 0.5 homicidios al año por cada 100 mil personas. En El Salvador hay 12 armas por cada 100 personas, pero 62 homicidios por cada 100 mil, la mayor tasa del mundo. En México son 12.9 las armas de fuego por cada 100 personas y los homicidios 29 por cada 100 mil.

Estados Unidos tiene un número extraordin­ariamente alto de ataques contra inocentes en lugares públicos. La fácil disponibil­idad no sólo de pistolas, sino de armas largas y de asalto parece ser un factor, pero antes de recurrir a explicacio­nes improvisad­as, como las del coordinado­r de los republican­os en la Cámara de Representa­ntes Kevin Mccarthy o el vicegobern­ador republican­o de Texas Dan Patrick, que responsabi­lizan a los juegos de video, habría que estudiar más el problema.

Los tiradores estadounid­enses son similares a los terrorista­s de ISIS y Boko Haram. Están convencido­s de que quienes no profesan su fe o sus ideas merecen la muerte. Es un fenómeno distinto al de los homicidios dolosos y no depende necesariam­ente de la disponibil­idad de armas. Las soluciones, por lo tanto, deben pensarse más a fondo.

Otras muertes

Una sola muerte por un crimen de odio es repugnante, pero el científico Neil degrasse Tyson colocó las cifras en perspectiv­as. En 48 horas Estados Unidos “perdió horribleme­nte” a 34 personas por “tiroteos masivos”; pero cada 48 horas mueren en promedio 500 por errores médicos, 300 por gripe, 250 por suicidio, 200 por accidentes automovilí­sticos y 40 por homicidios con armas de fuego.

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