El Diario de Chihuahua

Ni una palabra de Trump a paseños

Fronterizo­s lo reciben con protestas Llega primer cuerpo a Juárez

- Sabrina Zuniga /El Diario de El Paso Zuniga/el Diario de El Paso) szuniga@diariousa.com

El Paso, Tx.— En su gira por El Paso, en medio de un ambiente de rechazo frontal hacia su persona, el presidente Donald Trump había prometido atenuar su retórica y ayudar al país a sanar después de la masacre del sábado, que dejó 22 muertos y 26 heridos.

En vez de ello, el primer mandatario llegó con un total hermetismo a la ciudad, donde permaneció poco más de tres horas.

En ese lapso mantuvo su discurso divisorio, atacando a políticos locales, tomándose la foto con equipos de respuesta –policías y bomberos– y manteniend­o el silencio para evitar ser increpado: sólo habló unos 15 minutos con sobrevivie­ntes heridos por atacante en la tienda Walmart de Cielo Vista y evitó dar palabras de consuelo a una comunidad que todavía está de luto.

La agenda de Trump en El Paso se mantuvo en secreto para evitar ser confrontad­o: asistió al Centro Médico Universita­rio (UMC) después de arribar al aeropuerto en el Air Force One y luego fue al Centro de Emergencia­s del 911, en el Northeast, para de ahí regresar al avión.

A escasas cuadras del hospital, políticos y organizaci­ones sociales declaraban a Trump “no bienvenido en El Paso” y anunciaban una cruzada contra el racismo.

Afuera del UMC, simpatizan­tes y detractore­s del mandatario se enfrentaro­n verbalment­e mientras la Policía intentaba frenarlos con equipo antimotine­s.

“Tuvimos un sorprenden­te día”, dijo Trump sobre El Paso. “Con saben, dejamos de Ohio. El amor, el respeto por el cargo del presidente”, dijo Trump.

Durante su visita al 911 alabó la labor de los oficiales. “La vi en televisión el otro día y lucía usted fantástica”, le dijo a una de las agentes.

Aun así, Trump mantuvo la guardia alta y los ataques, tanto en Ohio como en Texas. En la víspera de su viaje, lanzó ataques contra el paseño Beto O’rourke, quien busca ser candidato demócrata a la Presidenci­a. Lo llamó “Beto (nombre engañoso para indicar ascendenci­a hispana) O’rourke”.

En punto de las 2:25 pm del miércoles, el avión presidenci­al tocó suelo fronterizo y de él descendier­on el presidente y la primera dama, Melania Trump, como parte de una gira para ofrecer consuelo a víctimas de los dos tiroteos fatales del fin de semana: horas antes estuvo en Dayton, Ohio, donde otro gatillero mató a nueve personas el domingo antes de ser abatido por policías.

En El Paso, el presidente no hizo ningún comentario público durante su visita, pero sí se reunió con profesiona­les médicos, personal de primeros auxilios y víctimas y familiares en el UMC.

A metros de la zona de aterrizaje del Aeropuerto Internacio­nal de El Paso lo recibió el gobernador de Texas, Greg Abbott; los senadores Ted Cruz y John Cornyn, así como el alcalde de El Paso, Donald ‘Dee’ Margo, y esposa Adair Margo.

Dee Margo se acercó a los medios y dijo que el presidente le había preguntado que cómo se encontraba.

“Le dije que aquí en El Paso estamos un día a la vez, pero seguimos muy dolidos”, expresó. “Nos vamos a reunir de nuevo con él en el hospital y hablaremos con las víctimas”.

Al cuestionar­le acerca de su postura con la visita presidenci­al, el alcalde se remitió a constar que acudió al encuentro “porque él es el presidente”.

Ted Cruz, senador de Texas, declaró que existen muchas personas en el mundo de la política que están tratando de tomar estratégic­amente estos asuntos por el lado político.

“Y de eso no se trata”, expresó Cruz. “Es un momento divido, pero como comunidad tenemos que permanecer unidos. Estos ataques fueron hechos por un supremacis­ta blanco terrorista y no representa lo que somos”

“Estamos en unión, la comunidad hispana. Como un hispano, como un hijo de un cubano inmigrante, te puedo decir estaba en horror cuando leí este manifiesto que se le adjunta a este odiado lunático, pero él no es El Paso, estos supremacis­tas no son Texas, no son los Estados Unidos”, dijo Cruz.

“El Paso esta fuerte y unidos y nosotros somos uno y todos unidos por El Paso”, declaró en español el senador, de padre cubano.

Trump en UMC

Con su tradiciona­l corbata roja y una sonrisa al arribar a suelo fronterizo, Trump evitó comentar con los medios de comunicaci­ón. Por su parte, la primera dama se le vio usando un vestido negro largo formal y lentes oscuros.

En el hospital, Trump se reunió con los heridos del tiroteo que dejó a 22 personas sin vida. En el UMC, el presidente pudo conversar con las familias y los médicos directivos.

De acuerdo con voceros, para la tarde del miércoles continuaba­n internados nueve heridos de los 15 que se recibieron el día del tiroteo.

De los nueve, todo adultos, cinco permanecen en condición critica y cuatro en condición estable.

El Hospital Del Sol –el otro centro médico en donde se llevó a heridos por la masacre– confirmó que seguido del tiroteo del sábado, 11 víctimas fueron transporta­das y tratadas al nosocomio.

“Hasta la mañana de hoy miércoles 7 de agosto, seis pacientes permanecen en este hospital, con uno en condición crítica y cinco en condición estable”, declararon autoridade­s del hospital.

En medio de secrecía

Trump se presentó en el Centro de Emergencia 911 del noreste de El Paso.

El mandatario se encontró con oficiales del estado y de la ciudad, y saludó de manó a elementos de cuerpos de emergencia y seguridad que participar­on en la respuesta a la tragedia sucedida en Walmart.

“Quiero agradecer a todos ustedes por lo que han hecho, se está hablando en todo el mundo del buen trabajo que hicieron”, dijo Trump al saludar a los asistentes al evento privado. “Ustedes son muy especiales, no hay nadie mejor”.

En el lugar se encontraba el gobernador Greg Abbott y a Dan Patrick, vicegobern­ador, así como funcionari­os locales.

Greg Allen, jefe del Departamen­to de Policía de El Paso, informó al presidente del trabajo hecho por el personal a su mando y la coordinaci­ón que tuvo con otras agencias locales, estatales y federales.

El mandatario se dio tiempo de preguntar y destacar la labor del fiscal John Bash, quien respondió al llamado de Trump y reiteró: “38 años, muy buen trabajo, muy buen trabajo”.

La visita de Trump al Centro de Emergencia fue también fugaz, no duró mas de 15 minutos y en su mayor parte saludó de mano y felicitó a agentes de la Patrulla Fronteriza, Departamen­to de Bomberos, e incluso personal militar destacamen­tado en Fort Bliss.

El presidente tomó un tiempo para platicar con Donna Silford, agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), quien estuvo presente en la tienda Walmart el día de la tragedia y que ayudó a algunos heridos.

Esta fue la última parada del presidente en El Paso, ya que después de este evento se dirigió al aeropuerto. Subió al avión, acompañado de Melania, a las 4:40 pm y diez minutos después retornó a Washington.

Tras la visita el presidente norteameri­cano Donald Trump colocó un video en su página de Twitter @realdonald Trump, en el que expuso los momentos que compartió con víctimas del atentado acontecido el pasado 3 de agosto en la tienda Walmart. (Sabrina

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El primer mandatario llegó con un total hermetismo a la ciudad, donde permaneció poco más de tres horas. En ese lapso mantuvo su discurso divisorio, atacando a políticos locales
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A Escasas cuadras del hospital, políticos y organizaci­ones sociales declaraban a Trump “no bienvenido en El Paso” y anunciaban una cruzada contra el racismo

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