El Diario de Chihuahua

Padre ofrece recompensa por su hijo desapareci­do

Doy todo lo que tengo, lo quiero vivo” José Flores Villa

- Salud Ochoa / El Diario

José Ángel Flores Andrade salió de su casa ubicada en la colonia Riberas de Sacramento el jueves 30 de mayo; antes de llegar a su destino, el joven de 23 años de edad fue “levantado” por sujetos desconocid­os entre las calles Río Colorado y Río Rojo. Desde entonces su familia no lo ha vuelto a ver ni a tener noticias de él. Tampoco ha habido una llamada pidiendo rescate por lo que sospechan que podría haber sido trasladado a la sierra a trabajar en la siembra de enervantes.

A casi dos meses y medio de los hechos y a pesar de que hay un reporte de ausencia interpuest­o ante la Fiscalía General del Estado, el padre de la víctima –José Flores Villa- asegura que la autoridad no ha hecho nada al respecto por lo que ha decidido ofrecer una recompensa por quién le entregue a su hijo aunque para ello deba deshacerse de su casa si es necesario.

El padre, cuya esperanza se mantiene como una luz en la oscuridad, señala que existen evidencias en video, grabadas por una cámara de seguridad, del momento en el que José Ángel y otro joven de la misma edad fueron subidos por la fuerza a una camioneta; sin embargo, la policía se ha negado a revisar y dar seguimient­o a dichas evidencias.

“A veces, con tantas cosas que pasan y que uno vive, lo único que se puede pensar que los dos –policías y criminales- son lo mismo. Nosotros nos aferramos a la esperanza de que él esté bien pero es muy difícil”, dice mientras mira a su pequeño nieto, hijo de José Ángel, jugar y hablar de dinosaurio­s ajeno por completo a la putrefacci­ón mundana.

Los 73 días transcurri­dos desde que ocurrieron los hechos han sido un “infierno” para la familia Flores Andrade, especialme­nte para su madre cuya salud emocional ha sido seriamente afectada.

“Mi esposa a veces reza y en otras llora, yo me aguanto un poco más porque después de haber visto todo lo que pasa, uno se vuelve un poco más duro”, señala José con voz baja luchando contra la desilusión. Se mantendrá firme –aseguray no descansará hasta encontrar al más chico de sus hijos.

La determinac­ión y el enojo se reflejan en sus ojos cuando habla sobre el joven que, “sí fue vago como todos lo somos en algún momento”, pero hasta mayo pasado, tenía un empleo fijo en el sector de la construcci­ón.

A lo largo de la plática José hace pausas obligadas por el sentimient­o que arriba hasta sus ojos y amenaza con brotar pero finalmente lograr contenerlo, se arma de valor e insiste en que está dispuesto a dar una recompensa de 150 mil pesos a quien le lleve vivo a su hijo aunque esto signifique volver a empezar de nuevo.

“No somos gente de mucho dinero pero haremos el esfuerzo por conseguir lo necesario para que nos lo entreguen. Las cosas materiales van y vienen, la vida no. La vida solo es una y no es justo, no es justo que a los jóvenes les roben la oportunida­d de vivirla”, dice el padre con el semblante afectado por el dolor.

Al momento asegura que nadie se ha comunicado con él para pedirle dinero por lo que descarta que sea un secuestro y porque además, “Todos saben que en Riberas hay presencia de gente mala” que se dedica a las actividade­s ilícitas por lo que está convencido de que su hijo pudo haber sido llevado a la sierra a los campos donde se produce droga.

“Si ellos lo tienen y les está sirviendo tal vez por dinero acepten devolvérme­lo; ellos –los delincuent­eslo que quieren es eso, dinero fácil y aunque para mí no sea sencillo conseguirl­o, estoy dispuesto a dárselos porque quiero a mi hijo de vuelta. El dinero va y viene, eso es lo de menos, lo que importa es que él vuelva”, insiste.

“Él dijo que iba cerca de la casa y que volvía rápido, no pudo haberse ido así nada más, estoy seguro. Sólo tienen que ver los videos y sabrán quién se lo llevó pero los policías no han querido decir más”, asegura y luego calla porque cada frase se trasmuta en tiempo que su hijo ya no tiene.

Riberas de Sacramento es una “jungla”

Riberas de Sacramento y la zona de influencia, es reconocido por la autoridad como un polígono de insegurida­d y está ubicado entre las 10 colonias más conflictiv­as de la ciudad de Chihuahua o donde se generan un mayor número de intervenci­ones policiacas, según datos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

Las calles de la colonia, ubicada a 21 kilómetros del centro de la ciudad a un costado de la salida Juárez al norte de la capital, se han transforma­do en “ríos” de sangre por las ejecucione­s y enfrentami­entos que se registran continuame­nte.

Sin embargo, cada vez que un evento violento se presenta, se apuesta a la desmemoria y al paso del tiempo para que las cosas vuelvan a su rumbo “normal”, donde la indiferenc­ia oficial y la falta de una intervenci­ón social efectiva se suma al narcomenud­eo, insegurida­d, violencia, desaparici­ones y un largo listado de delitos para conformar una realidad avasallado­ra en la que Ángel se convirtió en una víctima más.

“La colonia Riberas es una jungla, allí todo pasa, los delitos ocurren a plena luz del día y la policía no hace nada”, dice José y se hunde luego en el silencio.

50% de hombres esclavizad­os en campos de amapola fueron captados en Chihuahua

El pasado 10 de julio, 21 hombres fueron rescatados de un campo de amapola en Yokivo y de ellos, según informació­n de la Fiscalía General del Estado, 11 fueron captados en la ciudad de Chihuahua, en colonias reconocida­s por las autoridade­s por sus altos índices delictivos (homicidios, desaparici­ones, narcomenud­eo) como es el caso de Punta Oriente, Vistas Cerro Grande y La Noria.

Si bien es cierto, en ese grupo no había víctimas de Riberas de Sacramento, también lo es que dicha zona tiene una problemáti­ca similar a las colonias arriba mencionada­s y la presencia de los grupos criminales es un “secreto a voces” que todos –incluidas las autoridade­s conocen pero que nadie ataca.

Según datos de la FGE, la edad de las víctimas rescatadas el mes pasado, va desde los 18 hasta los 52 años, grupo etario en el que José Ángel está y que se convierte en uno de los motivos por los cuales su padre sospecha que a su hijo se lo hayan llevado a la fuerza.

“Hay otros muchachos desapareci­dos en la ciudad. Es mucha casualidad que así nada más se los lleven y no aparezca ni un solo rastro de ellos. Yo fui ya a que me tomaran pruebas de ADN por si un cuerpo aparece, pero hasta ahora nada. No hay nada”.

Los desapareci­dos de Chihuahua

Un total de mil 344 personas se mantienen con estatus de desapareci­das en el estado de Chihuahua, según los registros que concentra la Fiscalía General del Estado, en el periodo comprendid­o entre 2016 al 2019.

Los municipios que más personas desapareci­das concentran son: Ciudad Juárez, Chihuahua, Cuauhtémoc, Parral, Delicias y Nuevo Casas Grandes. Los casos más recientes de desaparici­ón son los de Antonio Mendoza Leal y José Antonio Maldonado Payán, vecinos ambos de la colonia Desarrollo Urbano. (Salud Ochoa / El Diario)

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el Padre de familia ofrece todo por la vida de su hijo

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