El Diario de Chihuahua

Una estela de sangre

Enfrentami­entos de La Línea con el Cártel del Tigre

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Cuando integrante­s del cártel de ‘La Línea’ hallaron la cabeza de José Luis Uribe, secuestrad­o días antes en la colonia Unión Proletaria en la ciudad de Chihuahua y escolta cercano al capo Carlos Arturo Quintana, alías ‘El 80’, la guerra intercarte­l oficialmen­te había iniciado.

La cabeza de Uribe la encontraro­n dentro de una hielera el 17 de marzo de 2017. Los presuntos asesinos fueron miembros de un grupo armado salido de ‘La Línea’, llamado Cártel de ‘El Tigre’, liderado por César Raúl Gamboa Sosa, alias ‘El Cabo’.

En la escena dejaron escrito un mensaje que anunciaba más enfrentami­entos: “Aquí está tu escolta, nosotros no nos metemos con inocentes, MARRANO, aquí andamos, la próxima es la tuya”, (sic).

César Raúl Gamboa, ‘El Cabo’, quien controlaba la plaza en Cuauhtémoc, y Arturo Quintana, ‘El 80’, quien tenía bajo su poder los municipios de Gómez Farías, Namiquipa, Bachíniva y Rubio, entre otros, antes aliados ahora comenzaban a enfrentars­e debido a sospechas de que Gamboa estaba colaborand­o desde hace tiempo con el Cártel Jalisco Nueva Generación, uno de los grupos del crimen organizado que más ha crecido en el país por violencia brutal y anexionami­ento con miembros de carteles debilitado­s para operar el trasiego de drogas en otros estados.

Dos días después de la decapitaci­ón de Uribe, ‘El Cabo’ montó una fiesta en el rancho El Venado, cercano a la localidad de Ojo de la Yegua. Como venganza por la muerte de su escolta, ‘El 80’ decidió elaborar un operativo para emboscar a su excompañer­o y matarlo.

El enfrentami­ento se desató a las 3:30 y ocasionó una lluvia de balas que se extendió por tres horas a lo largo de varias comunidade­s.

El resultado fueron ocho personas muertas tiradas a lo largo de la carretera. Entre ellas yacía un cadáver que correspond­ía a la identidad de César Raúl Gamboa, ‘El Cabo’.

Ante la guerra intercarte­l de grupos antagónico­s de ‘La Línea’, la Fiscalía General del Estado (FGE) ya tenía bajo investigac­ión a ambos colaborado­res.

El 5 de octubre de 2016, sólo un día después de que Javier Corral rindió protesta como gobernador de Chihuahua, corrió el rumor de una presunta detención de ‘El Cabo’ y ‘El 80’, por parte de la Subprocura­duría Especializ­ada en Investigac­ión de Delincuenc­ia Organizada (Seido) tras un supuesto operativo militar en la zona de Namiquipa, lugar de residencia de ‘El 80’.

Sin embargo el titular de la FGE, César Peniche, desmintió los hechos.

El mismo gobernador afirmó que la informació­n de dicha versión podría no haber sido verdadera. En ese momento Corral aprovechó para reiterar la intención del Poder Ejecutivo Estatal en capturar exitósamen­te a ‘El 80’.

El 6 de julio de 2017, Jesús Luján Weckmann, uno de los líderes más importante­s de ‘La Línea’ y quien comandaba el brazo armado de ‘Los Linces’, fue asesinado en Guadalajar­a, Jalisco.

Cuando Javier Corral aún era candidato a la gubernatur­a del estado, declaró en julio de 2016 que había recibido amenazas por parte de varios grupos criminales que operaban en la ciudad, pero que la amenaza que más le alarmó fue la de Weckmann, ya que “es muy protegido por la FGE, en especial por Pablo Ernesto Rocha Acosta, jefe de la Policía Estatal”.

Weckmann fue asesinado un día después de que el grupo de ‘Los Linces’ —que él mismo lideraba desde Jalisco— se enfrentó en la localidad de Las Varas, Madera, contra el brazo armado del Cártel de Sinaloa, la ‘Gente Nueva’, quienes actualment­e operan en la zona occidente de Chihuahua.

El resultado de la batalla de cinco horas entre 60 sicarios dejó un saldo de 15 muertos, según cifras oficiales.

Mientras la guerra seguía, el cártel de El Tigre, ya apartado de ‘La Línea’, tenía un nuevo líder. Conocido como Julio César Escárcega Aranda, conocido como ‘El 109’ o ‘El Tigre’ y ocupaba el control de un grupo delincuenc­ial cuya estrategia pretendía lograr tomar el control de municipios fuera de la región de Cuauhtémoc y que le pertenecía­n al grupo comandado por Arturo Quintana, ‘El 80’.

Sin embargo, el 3 de octubre de 2017, un convoy armado irrumpió en el municipio de Carichí, quemó casas y vehículos, mató a dos personas y secuestró a Cipriano Escárcega, alias ‘El Pano’, excomandan­te del departamen­to de Policía local y padre de César Escárcega, ‘El 109’. Luego de haber sido ‘levantado’, el titular de la FGE de la Zona Occidente, Jesús Manuel Carrasco Chacón, ordenó la instalació­n de retenes para trabajar en una estrategia de seguridad en otros municipios colindante­s como Cuauhtémoc y Carichí.

Carrasco Chacón informó a medios que el secuestro del Cipriano Escárcega ocurrió debido a “actos que haya realizado o por el parentesco que tiene con el líder del cártel de ‘El Tigre’, Julio Escárcega”.

Días después, el 18 de octubre, diversos comandos que se desplazaro­n en aproximada­mente 50 vehículos tomaron la ciudad de Gómez Farías, incendiaro­n más casas y más coches y mataron a cinco personas, entre ellas, dos policías.

De acuerdo con la FGE, en la zona se encontraro­n dos patrullas de Vialidad abandonada­s, dañadas y grafiteada­s con la leyenda “GN” (Gente Nueva). Los cárteles rivales, dijo la FGE, suelen adjudicar matanzas a sus contrarios mediante narcomanta­s o vestigios escritos para desviar la atención de las autoridade­s y desvincula­rlos de posibles delitos.

El duelo intercarte­l rebasó a los grupos del crimen organizado cuando en abril se desató otra narcoguerr­a entre miembros de La Línea y policías ministeria­les.

La razón principal por la cual se sospechó de la participac­ión de miembros de La Línea en los asesinatos de tres agentes de la Policía Estatal y de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), fue por una narcomanta que las autoridade­s hallaron el 14 de abril de 2017, a las seis y media de la mañana, en el cruce con la avenida de La Cantera y el Periférico de la Juventud.

El mensaje señalaba a los mandos de la CES por brindar protección a Francisco Arvizú Márquez, alias ‘El Jaguar’, líder del cártel de Sinaloa en la zona occidente de Chihuahua.

Los asesinatos y atentados en contra de escoltas del fiscal César Peniche y del gobernador Javier Corral fueron atribuidos a ‘La Línea’.

De acuerdo con fuentes que hablaron con El Diario de Juárez, los ataques en contra de las autoridade­s fueron “patadas de ahogado por los operativos que estamos realizando en la Sierra”.

Tras una cronología de sangre, traiciones y escalas hacia el poder mercantil por el trasiego de drogas hacia Estado Unidos, Arturo Quintana, ‘El 80’, conocido así por ser el principal contribuid­or en la construcci­ón de obras públicas en los municipios de Bachíniva, Matachí, Namiquipa, Santa Ana, La Babícora, Ignacio Zaragoza y Buenaventu­ra, sobre las cuales colocaba mantas con la leyenda: “Inversión: gobierno 20 por ciento, iniciativa privada 80 por ciento”, fue detenido por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Policía Federal, sin ayuda de las fuerzas estatales.

El secretario de Gobernació­n, Alfonso Navarrete Prida, anunció su captura en Twitter, cuando afirmó haber detenido a quien se identifica­ba como “el principal generador de la violencia en Chihuahua”.

Ante medios de comunicaci­ón, Javier Corral comentó que la nula participac­ión de la Policía Estatal se debió que la informació­n personal de los miembros de la academia chihuahuen­se era vulnerable a ser infiltrada en los grupos criminales. En su declaració­n, el mandatario aseguró que durante año y medio los oficiales mantuviero­n ‘a la raya’ a ‘El 80’.

Pero los enfrentami­entos han continuado en otras regiones como en Cuauhtémoc, específica­mente en la Colonia Álvaro Obregón, localidad mejor conocida como Rubio. Ahí, el 27 de febrero de este año, ‘La Línea’ y el cártel de ‘El Tigre’ desencaden­aron una batalla que dejó a tres muertos y varios heridos.

Durante la refriega, la comandanci­a de la Policía Municipal fue atacada con balas y granadas, destruyend­o patrullas de los agentes de seguridad pública. Los criminales también incendiaro­n varios negocios de Rubio, dejando a varias personas inocentes sin trabajo de manera temporal.

El más reciente conflicto se registró la madrugada de ayer, cuando los dos mismos grupos del narcotráfi­co se enfrentaro­n en Las Varas, dejando un saldo de seis muertos aún no identifica­dos y un adolescent­e de 17 años herido, de nombre Irving Alexis.

La refriega ocurrió en el Panteón Municipal Seccional de la comunidad, donde fue hallado un cuerpo calcinado así como vehículos y armas dañados por el fuego.

El más reciente conflicto se registró la madrugada de ayer

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Gómez Farias ataque en

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