La grandeza de los cuauhtemenses
En el escudo del estado de Chihuahua, bien se señalan como característica de quienes habitan dicha entidad la “Valentía, Lealtad y Hospitalidad”, pues la historia y la época actual dan cuenta de una sociedad dispuesta a defender con honor su identidad y su patrimonio en general, así como a asistir a quienes lo necesitan.
Tal es el caso de las personas que han habitado –y habitan- el municipio de Cuauhtémoc, Chih., cuya historia no se constriñe desde su fundación el 12 de julio de 1927 a la actualidad, sino que deriva de un sinfín de sucesos que desde antes les han venido marcando ese carácter fuerte y noble que les distingue.
El conocer esos acontecimientos tan relevantes que componen la tradición de una colectividad, tiene mayor complicación en cuanto más pequeño o específico es el núcleo de población, ya que en esa misma proporción seguramente serán los interesados en investigarlos y/o revelarlos. En ese sentido, si bien existen diversos documentos oficiales y de historiadores que relatan el devenir de Cuauhtémoc y
de la región, indudablemente los esfuerzos para dar continuidad a esa valiosa labor no cesarán.
Ejemplo de ello es la reciente obra “DE SAN ANTONIO A CUAUHTÉMOC, Herencia de grandeza”, en la que los escritores Humberto Domínguez Méndez, Salvador García Gardea, Manuel Marioni Manríquez, Rubén Martínez Miramontes, Humberto Ramos Molina, Fernando Suárez Estrada y Arturo Trevizo Núñez, conjuntan valiosa información obtenida de diversas fuentes -en algunos casos desconocida-. Tal labor tiene un significado especial, no sólo por su contenido, sino además porque se realizó con recursos propios, lo que denota el afecto de los coautores por su terruño y por la gente que lo habita.
Dicho libro nos relata acontecimientos anteriores y posteriores a la fundación del municipio de Cuauhtémoc. Por ejemplo, trata aspectos relacionados con los orígenes de la Laguna de Bustillos (lugar clave para para definir el asentamiento poblacional y para la toma de decisiones trascendentales para la Revolución, entre otros aspectos); la llegada de los menonitas y el reconocimiento definitivo a su estancia y labor por parte del presidente Carlos Salinas de Gortari en 1990; el establecimiento de destacadas instituciones de educación superior (ITCC, UACH, UACJ…), etc.
De igual manera, da razón de personajes que han influido en la fundación e historia de las poblaciones de la región: Gabino Cuilty, Pedro Zuloaga, Fong Go, Belisario Chávez, Aarón Redekop, entre otros. También ofrece diversas fotografías de esos personajes, así como de distintos lugares significativos de esa importante zona del estado.
Respecto de la grandeza de los habitantes de esta pujante región del estado de Chihuahua, considero que el doctor en historia Pedro Castro hace una referencia muy atinada de ellos en el prólogo del libro al señalar: “Un universo étnico y económico nacía en este momento: ejidatarios, hacendados, rancheros, colonos menonitas y habitantes originarios, quienes unieron esfuerzos para sobrevivir en condiciones donde otros se hubieran rendido. Aunque la tierra abundaba, las sequías periódicas, el bandidaje en los caminos y los fríos glaciares del invierno, constituyeron un reto de grandes proporciones que solamente pudo ser enfrentado –y superado- por la solidaridad, la cooperación, y claro está, por un intenso trabajo y sacrificio. En las primeras décadas todos constituyeron una gran familia en la que prevaleció la armonía, aunque no faltaron las diferencias y desencuentros que normalmente se resolvían de manera pacífica…”.
Lo anterior, evidentemente viene a ser una referencia por demás acotada del contenido del libro que nos ocupa, pero para poder disfrutar de la valiosa información inserta en el mismo, sería pertinente asistir a su presentación que se llevará a cabo el próximo día jueves 15 de agosto, a partir de las 19:00 horas, en el Teatro de Cámara de Ciudad Cuauhtémoc, Chih., donde seguramente se podrá adquirir tan interesante obra.
Para quienes nacieron, habitan y/o trabajamos en esa noble región, seguramente estaremos orgullosos de ese grupo de personas que, fuera de cualquier interés económico o material, se propusieron seguir explorando la historia del municipio de Cuauhtémoc y de sus pobladores.