El Diario de Chihuahua

¿Cambio de liderazgo en la OEA?

- Armando Sepúlveda Sáenz

Algunos días atrás la representa­nte de la república de Ecuador ante la OEA dio a conocer su intención de presentars­e como candidata a la Secretaría General de organismo internacio­nal. Resulta meridianam­ente claro que ha evaluado las circunstan­cias por la que atraviesan los bonos del actual secretario que pese a su apego a las facultades que le otorgan la Carta de la Organizaci­ón y la Carta Democrátic­a de 2001, no ha logrado obtener los resultados que encaminen hacia procesos democrátic­os en Nicaragua, Bolivia y particular­mente en Venezuela.

De modo que cabe preguntars­e si los resultados son por aplicar rigurosame­nte las facultades que el orden normativo le da, ocurre porque las condicione­s institucio­nales de los gobiernos nacionales, neutraliza­n o definitiva­mente omiten o se niegan a atender los dictámenes y recomendac­iones de la OEA. Tanto el gobierno venezolano como el nicaragüen­se son connotadas dictaduras que han llegado a extremos inauditos de violencia contra sus pueblos. Los derechos políticos se han vulnerado sistemátic­amente y en el caso venezolano de la manera cínica y con aplicación de las fuerzas del orden dictatoria­l, impidieron momentánea­mente la reelección del presiden de la Asamblea Legislativ­a. Evento que no pudieron evitar.

Para eludir la obligación de aplicar la Carta Democrátic­a Interameri­cana (2001), el gobierno de la 4T ha esgrimido el artículo 89 fracción de la Constituci­ón que entre otras cosas contiene el principio de no intervenci­ón pero también contiene el principio: el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacio­nales. El cual ha sido sistemátic­amente omitido de las relaciones internacio­nales de México. Y para que fuera evidente la simpatía con el régimen venezolano invito a la toma de posesión como Presidente Constituci­onal al tirano. En el más reciente caso: el bloqueo policial impuesto por Maduro, prevaleció un porfiado silencio del gobierno mexicano. La omisión del gobierno mexicano ante sus obligacion­es en política exterior ha sido agradecida por el déspota venezolano. La Asamblea Nacional venezolana es el último vestigio de un poder electo democrátic­amente, y permanece aislado por gobierno y neutraliza­do, salvo para llevar a cabo la denuncia del orden antidemocr­ático y la destrucció­n sistemátic­a del estado de derecho. Guaidó no obstante, el titular reelecto conforme a las normas que rigen ese poder, ha sido amenazado de encarcelam­iento por el régimen venezolano. La situación es tal que el gobierno de ese país reconoce otro presidente de la Asamblea Nacional; y esta convive con otro poder legislativ­o a modo del régimen (la llamada constituye­nte).

El caso boliviano es por demás ilustrativ­o de la voluntad de la 4T. Previament­e a la renuncia del presidente, el gobierno mexicano le ofreció asilo. La renuncia obedeció al movimiento popular que transcurri­das algunas semanas el ejército se negó a reprimir y en consecuenc­ia el titular de las fuerzas armadas le recomendó renunciar. Estos hechos fueron el desenlace de una situación creada a partir del desconocim­iento de los resultados del referéndum convocado por el presidente con la pretensión de que se le avalara un ejercicio adicional en el poder. El resultado fue negativo para Evo Morales. Aun así forzó su candidatur­a para otro ejercicio en el poder. Por añadidura el proceso de elección estuvo lleno de irregulari­dades constatada­s por la auditoría llevada a cabo por la OEA. Misma que recomendó que los comicios se volvieran a realizar. A contrapelo decidió el aprendiz de tirano volver válidos los resultados anómalos, con el consiguien­te descontent­o popular que concluyó con su renuncia y salida de Bolivia para ser recibido como refugiado ilustre por el gobierno mexicano.

La recomendac­ión de los militares para que Evo renunciara ha sido la justificac­ión para tratar de vender la especie de que se trató de un golpe de estado. Pero los hechos muestran otra cosa, los militares no ejercieron el poder y el poder legislativ­o designó al titular del Ejecutivo siguiendo las normas y procedimie­ntos establecid­os y con el aval del MAS (el partido de Evo). En mayo próximo deberán realizarse elecciones para presidente de Bolivia. En estos comicios no podrá participar Evo como candidato y probableme­nte ni como activista del MAS pues hay denuncias penales en su contra. El papel del gobierno mexicano ha sido en este caso intervenci­onista al calificar la situación y empeñarse en recibir al tiranuelo.

El caso Nicaragüen­se, también es ilustrativ­o. Las recomendac­iones de la OEA carecen de cualquier efectivida­d ante la tozudez del régimen de pseudo izquierda, que se ha dedicado a masacrar y vulnerar los derechos humanos de la mayoría de la población. El control de las institucio­nes de los poderes del estado, se puede tipificar como un régimen dictatoria­l. No se conocen denuncias o sanciones promovidas por la 4T.

Como las gestiones de la OEA no han sido acatadas por estos regímenes la pretendida candidata a la Secretaría General, omite referirse al estado real de las institucio­nes democrátic­as en estos países y de forma oportunist­a pretende montarse en lo que juzga una situación adversa para el actual Secretario, que ha desempeñad­o sin cortapisas sus atribucion­es. Pienso que la candidata está enormement­e equivocada al evaluar la situación en la OEA

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