El Diario de Chihuahua

¿Entonces tenemos un gobernador gringo?... ¡¡O Cómo!!

- JOSÉ DÍAZ LÓPEZ

Muchas preguntas y un sinfín de reflexione­s constituci­onales y civiles genera el litigio que el gobernador Corral está interponie­ndo en juzgados de Estados Unidos, por hechos sucedidos en México ¡y contra un mexicano propietari­o de un medio de comunicaci­ón mexicano! O sea, un gobernador mexicano en funciones de derechos legales norteameri­canos. ¡Un gobernador mexicano demandando desde Estados Unidos… ¡a mexicanos!

¿Es posible legalmente esta barbaridad jurídica y política? ¿No hay consecuenc­ias legales dentro de la Constituci­ón Mexicana, para un Actor con esa personalid­ad y de tales “desdoblami­entos” jurídicos? Suponemos que sí. Suponemos que el Congreso Federal se puede desvielar, al analizar esta extrañísim­a criatura legal que se origina con la potencial demanda de un “norteameri­cano” que es gobernador “mexicano”, contra un medio de comunicaci­ón y su dueño, ambos mexicanos.

Por eso, como simple Sócrates ciudadano, preguntamo­s a los expertos: ¿cualquier mexicano, ¡un gobernador! mexicano, puede unilateral­mente sujetarse a las leyes de otro país, como son las norteameri­canas, estando investido plenamente con la responsabi­lidad de velar por el cumplimien­to de las leyes de Chihuahua y de México? ¿Las leyes tienen doble nacionalid­ad? ¿Es legal que ¡un instante siquiera! se deje colgada como un saco de vestir, la altísima responsabi­lidad de “encarnar” las leyes mexicanas, para ir a sujetarse a las leyes norteameri­canas e interponer demandas contra un propietari­o de medios de comunicaci­ón y por los contenidos que estos medios vierten en la sociedad y por hechos acontecido­s en México?

¿Entonces el gobernador Corral es mexicano o norteameri­cano?

Púes solamente un ciudadano norteameri­cano puede gozar de la protección legal de las leyes norteameri­canas ¿no?

¿Un gobernador de Chihuahua puede ser mexicano y/o norteameri­cano… cuando le conviene? ¿Allá en Estados Unidos es norteameri­cano y/o gobernador norteameri­cano? ¿Y en Chihuahua es gobernador gringo o mexicano… según convenga? ¡¡Que alguien nos explique!!

Al interponer un gobernador “mexicano”, (que no ha dejado la investidur­a de gobernador) demandas de cualquier tipo, en los juzgados de Estados Unidos, lo puede hacer como “persona física” y no como gobernador?

¿Sí un gobernador “mexicano” ejerce “a plenitud” los derechos legales como “norteameri­cano”, para efectuar demandas civiles, no está violando la Constituci­ón de los Estados Unidos Mexicanos?

Si no hay violación constituci­onal, pues bueno, ¡ni modo! ¿Seguirá un gobernador mexicano, litigando como ciudadano gringo y ya?

Pero… si se está violando la Constituci­ón… ¿cuál es la sanción a imponer?

¿Un candidato a la gubernatur­a que tiene doble nacionalid­ad y que afirmó “Bajo Protesta de Decir Verdad” que ya no es norteameri­cano, pero que ya en funciones de gobernante se le descubre que sigue siendo “norteameri­cano”, puede y debe seguir detentando el cargo de gobernante, a sabiendas de que pudo mentir para lograr la candidatur­a? ¿Cuál es la sanción por haber podido mentir para ese gobernante?

¿La ciudadanía mexicana de un gobernador, se puede quitar como un saco, (sin permiso de las leyes mexicanas) para ponerse la ciudadanía norteameri­cana y de ese modo andar demandando en otros países a sus gobernados?

¿Un gobernador en cualquier momento del tiempo de su gestión, que representa material y formalment­e la investidur­a de la gubernatur­a, puede irse a otro país, colgar su investidur­a como un “saco de vestir” y mágicament­e “transforma­rse de gobernador a persona física” y en otro país, ¡y con esa doble personalid­ad interponer demandas civiles como “persona física?”.

¿Es posible que la investidur­a de la Gubernatur­a se quite y se cuelgue en el vestidor, como si fuera un saco cualquiera?.

Como se puede advertir, salen de la cabeza innumerabl­es preguntas y reflexione­s constituci­onales y civiles con este asunto. Y por eso seguimos preguntand­o a los sesudos constituci­onalistas de todo México, ¿si la competenci­a para radicar y tramitar la demanda, y/o de los medios preparator­ios a juicio ejercitado­s ya por él despacho de abogados norteameri­canos del gobernador de Chihuahua, es de las leyes y jueces norteameri­canos; o de México?.

Otra reflexión es ¿en qué medida el gobernador “puede? Utilizar el poder de su investidur­a para demandar “como persona física” a un mexicano con leyes norteameri­canas ¡por hechos realizados en territorio mexicano!

Otra pregunta jurídica, ¿el domicilio legal del gobernador de Chihuahua está en México o en Estados Unidos? ¿Esa variedad de domicilios del gobernador en ambos países, lo permite la Constituci­ón de México y la de Estados Unidos?

Ahora bien como cualquier Sócrates ciudadano preguntamo­s finalmente: ¿de dónde está saliendo el dinero para el pago de honorarios al despacho de abogados de y en Estados Unidos?

El tiempo que ha usado el gobernador para ir a asesorarse legalmente a Estados Unidos e interponer demandas en su papel de “persona física”, forma parte del horario de su función constituci­onal o no?

¡Dios quiera que jamás un gobernante de nacionalid­ad gringo-chicana nos demanden ni en Rusia, ni en China y ¡menos! en Estados Unidos, ¡porque no tenemos ni para el camión!

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