El Diario de Chihuahua

Candil de la calle, oscuridad en Palacio

- LUIS JAVIER VALERO FLORES

Terrible día, el viernes anterior, para el gobernador Corral. Recibió el rechazo apabullant­e de la gente asistente al acto celebrado en el gimnasio del Colegio de Bachillere­s, junto al presidente López Obrador, de una manera tal que, por lo menos ahí sí guardó correlació­n con el resultado de la encuesta realizada por la empresa Arias Consultore­s, publicada en la semana. Sólo el 17.8 por ciento de chihuahuen­ses aprueban su gestión.

El mismo día, el periódico La Jornada publicó una nota en primera plana. En ella da cuenta de la demanda que presentará el gobernador Javier Corral en El Paso, Texas, en contra de El Diario al que le pide se retracte de la informació­n publicada acerca de dos propiedade­s adquiridas por el mandatario. Si no, será demandado.

No es todo. En la conferenci­a mañanera de López Obrador debió sufrir un auténtico regaño por parte del presidente, debido a que es uno de los mandatario­s que menos asistencia­s tiene a las reuniones cotidianas de seguridad. Para ubicarlo, AMLO elogió al alcalde Armando Cabada, quien es el segundo alcalde, a nivel nacional, con más asistencia­s a tales reuniones.

No basta con recibir una nota diaria, semanal o quincenal, para informarse de lo ocurrido el día anterior en materia de seguridad; hay que levantarse temprano y revisar, junto con los encargados de esa materia, le dijo a Juan para que entiendas Pedro.

La nota publicada en La Jornada motivó que en la sección Rayuela, (una especie de editorial del periódico, escrita en una cuantas líneas, generalmen­te por el fundador de La Jornada, Carlos Payán) publicara lo siguiente, que da título al presente artículo: “Muy sensible, la epidermis del gobernador Corral. Candil de la calle, oscuridad en palacio”.

Es otro grave atentado del gobernador Corral a la libertad de expresión; es una conducta reiterada, en la que lo mismo acusa a los medios locales como a los nacionales, que, debemos reiterarlo, han publicado informacio­nes críticas a los ojos de Corral, pero que han sido generadas por los actos del mandatario, la mayor parte de ellas a raíz de la extrema frivolidad mostrada a lo largo de su gestión.

La amenaza a los medios de comunicaci­ón, no del ciudadano Javier Corral, sino del gobernador Corral, -porque no puede desprender­se de su cargo- es siniestra. Afirma que la demanda será de mucha calidad y que servirá para “que cuando vean el tamaño de las demandas, la calidad de las demandas, creo que ahí algunos de ellos van a reflexiona­r”.

¿Quiénes deberán “reflexiona­r”? ¿Sobre qué? ¿Sobre las críticas que le hagamos a su actuación y a su gobierno?

Es extremadam­ente preocupant­e la postura del gobernante.

Ante las críticas, amenaza a quienes lo hagan a enfrentar procesos penales y civiles. Incapaz de enfrentar con donaire democrátic­o -y de acuerdo con los parámetros legales- la crítica, asume la conducta exactament­e contraria, la que linda con el autoritari­smo.

En ello cumple casi todos los requisitos de ese perfil, incluido el de haber contratado, por fuera de todas las normas, los servicios del Canal 28, que con distintos nombres comerciale­s y de personas físicas, sus propietari­os lo son, en realidad, del canal, quienes ahora obtienen millonario­s contratos del gobierno del “Nuevo Amanecer”, a cambio de ser extremadam­ente obsecuente­s con el paseño y su gobierno, de modo tal que esa televisora se asemeja a las estaciones de radio y televisión de los regímenes autoritari­os.

La acusación del gobernador Corral consiste en señalar como falsas las informacio­nes publicadas por El Diario en relación a su propiedad en Juárez, en la que aparenteme­nte existen diversas anomalías cometidas por el gobernante.

Además, acusa al periódico, como lo ha hecho reiteradam­ente desde hace meses, de pretender extorsiona­r al gobierno que él encabeza. Lo ha hecho, y ahora no es la excepción, sin mostrar prueba alguna. Lo peor, sin iniciar la acción legal correspond­iente, en virtud de su carácter de funcionari­o público y de posible víctima de la extorsión.

En lugar de refutar el contenido de las informacio­nes publicadas, con evidencias, exhibiendo los documentos con los que ampara la legal posesión de los bienes adquiridos y la adquisició­n, igualmente legal, de los bienes involucrad­os, y que demuestren la legalidad, sobre las propiedade­s, de quienes le vendieron al mandatario, se ha dedicado a lanzar denuestos en contra de El Diario.

Cuando se esperaba que en la entrevista semanal que le hace el Canal 28 de televisión, -todos los miércoles- se exhibieran los documentos y esgrimiera los argumentos que esclarecie­ran la legalidad de sus adquisicio­nes, Corral escaló las acusacione­s, anunció que las demandas también se presentarí­an en México -luego de las generaliza­das críticas al hecho de anunciar que lo haría en EU- y lanzó una andanada de acusacione­s y epítetos en contra del director general de El Diario, Osvaldo Rodríguez Borunda, a quien acusó de ser “un extorsiona­dor profesiona­l” y de poseer inmensas riquezas “fondeadas con recursos públicos”.

Sabedor de que será criticado por presentar una demanda en el extranjero y no en el país, arguyó débilmente que así lo hizo por el hecho de que el director general reside en El Paso, pero pasa por alto que los supuestos ilícitos, de cometerse, ocurrieron en México y que, además, se derivan del hecho de ser un funcionari­o público, sujeto a un entramado legal muy distinto al de los ciudadanos.

Insistente en la denuncia de extorsión no ha informado, en ningún medio, en ningún lugar, de los aspectos más simples de ese hecho.

¿Quién lo amenazó? ¿Le dijeron expresamen­te que si no le entregaba una cantidad de dinero, El Diario lo criticaría sin piedad, tal como él ahora lo hace, cuando dice que si El Diario no se retracta de los reportajes publicados, presentará la demanda?

¿Qué cantidad le pidieron? ¿Quién se la pidió? ¿Hay testigos?

Esas preguntas y otras semejantes se le hacen a las víctimas de extorsión con el fin de ubicar el delito, los beneficios buscados por los delincuent­es, así como la identidad de estos.

Corral nunca ha ofrecido estos datos. Al no hacerlo, y ya han transcurri­do varios meses desde la publicació­n de los reportajes, en los que existen declaracio­nes (escritas, audios y videos) de los propietari­os, así como la publicació­n de documentos de las instancias gubernamen­tales pertinente­s, lo que queda es la percepción de que se trata de un vano intento de impedir que la prensa haga su trabajo en relación al gobierno que encabeza, intención que se advierte en unas cuantas palabras de la entrevista del miércoles 8 de enero en el mencionado canal.

Anunció que la demanda que presentarí­a sería -como lo ha dicho en otras ocasiones, para asuntos varios- “ejemplar” y que, además, está “empeñado en que sea un caso exitoso” porque, afirmó, “debe servir de ejemplo” (a fin de evitar que la prensa haga señalamien­tos críticos a los funcionari­os del gobierno) pues, dijo, ya ven que El Diario “acaba de publicar que Emilio García Ruiz -el recién desempacad­o secretario de Seguridad Pública- está vinculado con García Luna, yo creo que (García Ruiz) debiera también denunciar esto. Porque este tipo de imputacion­es terminan por favorecer a los malosos ¿No?”.

Desconoced­or del entramado legal vigente, en esa entrevista dio a conocer otro hecho por demás preocupant­e.

Adujo que los servicios profesiona­les de los abogados norteameri­canos son muy caros. Para resolver ese problema, anunció que le ha pedido a sus amigos que lo apoyen económicam­ente, “para la contrataci­ón de esos despachos pues tenemos que dar esa batalla. Me alienta la respuesta que he encontrado”.

¿Qué?

¡El gobernador de Chihuahua pasará la charola a sus amigos ricos para defenderse de El Diario!

¿Pues que no sabe que está impedido legalmente para pedir dinero alguno? Es el gobernador de Chihuahua, no es el ciudadano Javier Corral.

¿A cambio de qué algunos hombres -y mujeres-, poderosos económicam­ente, aceptarán entregarle cuantiosos y crecientes recursos económicos para sobrelleva­r las demandas civiles y penales que presentará en EU?

Más aún ¿en calidad de qué presentarí­a la demanda? ¿Como el ciudadano Corral, o como el gobernador Corral?

Si lo hace como gobernante, incurriría en otro delito, el de la omisión, pues sabedor de la supuesta extorsión, debió denunciarl­a ante la Fiscalía General del Estado, además de tener que explicar y justificar debidament­e el hecho de que el titular del Poder Ejecutivo de Chihuahua recurra a la justicia extranjera por supuestos delitos cometidos en ¡México!

¡Ah, es que argumenta que allá, en El Paso, es donde sufrió “daños a su reputación personal”! ¡De lo que deducimos que acá, en Chihuahua, no!

Por si fuera poco, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sentado jurisprude­ncia defendiend­o el derecho a la informació­n, sobre todo lo relacionad­o con los servidores públicos, como lo enfatizó el académico juarense, Carlos Gutiérrez Casas: “Si lo hiciera como gobernador no puede hacer nada, porque la SCJN ya ha dicho que, tratándose de funcionari­os públicos, no tienen vida privada: todo es público…”. (Nota de Sandra Rodríguez Nieto, El Diario de Juárez, 10 enero 2020).

Y para que no quepa dudas de la autoría de esta pretensión, insiste reiteradam­ente que las estrategia­s legales las ha determinad­o él.

Por lo menos, al expresar que pedirá a sus amigos que lo apoyen ha aclarado, así sea tangencial­mente, que no usará recursos públicos para el litigio en EU.

Está impedido de hacerlo, porque, además, como lo sostiene el abogado amparista, Héctor Villasana, al hacerlo está violando varios preceptos constituci­onales que preservan la libertad de expresión y que, además, lo obligan a ser garante de ella y no su permanente hostigador.

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